Capítulo 22. Encubrimiento

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Astrid quiso irse, no pudo con su profundo remordimiento pero ahora que le había dicho la verdad a Eric Henderson, tuvo el valor de quedarse y ver su respuesta, no le importaba el rechazo, lo único que estaba anhelando era lo que tuviera que decir o hacer. Por su parte, Eric estaba mudo, su mandíbula había caído por la inmensa sorpresa pero sus ojos reflejaban otra cosa, hubo algo que vibraba en el brillo de sus pupilas, un mar de pensamientos que cruzaban por su mente no dejaban que pudiera tomar una decisión o incluso en pensar en una posible respuesta.

Todavía sostenía la mano vendada de Astrid sobre la suya, su primer impulso fue apretarle levemente y acariciarle apenas en un roce las yemas de los dedos; Astrid quiso sonreír ante la leve caricia pero no pudo hacerlo, porque Eric se le había acercado más de lo que pudo imaginarse, fue dándose cuenta que también inclinaba su rostro hacia el de ella, muy lentamente. La respiración de la chica se aceleró como fue de esperarse, ella estaba tan quieta como una estatua, más que nada por la emoción que estallaba debajo de su cuerpo.

No solo Astrid estaba liberando algo que la tenía sofocada, Eric estaba igual de aliviado porque se cegó durante estas semanas, aquella sensación a la que le tenía tanto miedo cuando estaba con Astrid era ni más ni menos que la atracción; quiso huir de eso por las semanas que siempre estaba con Astrid o cuando se encontraba con ella por casualidad, para Eric era necesario deshacerse de la atracción que tenía hacia Astrid porque no quería dañar a Vivian pero en efecto, parecía que estaba viviendo una mentira.

—Sabes, olvida lo que te dije —de repente, Astrid rompió el espacio que estaban creando entre los dos, ese pequeño momento dónde habían logrado ignorar a los demás, incluso el tiempo. Se soltó de la mano de Eric, huyendo de los ojos de Eric que no querían separarse de los de ella. —De verdad, perdón si te puse en una situación difícil pero no era mi intención decírtelo. Déjalo así y trata de olvidar esto.

—Espera, ¿Por qué? ¿Estás jugando conmigo? ¿O me usas solo para ver qué clase de reacción tendré por lo que dijiste?

—Fue una estupidez, no debí habértelo dicho, estuvo mal, muy mal. Fue mi error y lo mejor es que desde ahora en adelante, sigas el caso con Patricia.

—Ya me acostumbre a ti —confesó Eric con urgencia, evitando que Astrid se pudiera ir de ahí, casi interponiéndose en su camino —Es mucho más fácil el caso cuando estás conmigo, no quiero que te vayas. No es solo tu error, Astrid yo también me enamoré de ti, ¿Qué puedo hacer contra eso?

Astrid mantenía la distancia entre los dos, sacudiendo la cabeza mientras dejó escapar un suspiro pesado.

—Piensa en tu familia, puede que encuentres la respuesta a tu pregunta. 


—¿Crees que soy egoísta?

—Considero que los dos somos egoístas.

Astrid agarró la lata de cerveza, la abrió y la vertió en un vaso de vidrio, lo hizo para aparentar que la había preparado pero solo le había agregado medio limón; salió de la cocina con la posibilidad de que nadie viera un aparente cambio en su semblante, le sonrió a todos cuando salió e incluso trato de unirse a la charla de Derek.

Eric se quedó recargado sobre la barra de la cocina, empezó a sentirse mal consigo mismo porque la chica tuvo razón, tenía una familia que no debía ser más que su prioridad, ni siquiera pensó en eso cuando se le declaró a Astrid, ni Astrid pensó en Charlie o Vivian cuando se lo confesó a Eric, pero al menos ella si se había disculpado.

(...)

La noche pasó rápido, ni siquiera se habían dado cuenta que ya eran pasada de las doce de la noche, los invitados como los anfitriones se la estaban pasando muy bien, por primera vez Astrid Welsh parecía sentirse cómoda porque la mayoría del tiempo quien habló fue Isaac que era quien estaba haciéndose el gracioso en toda la reunión, avergonzando a Eric con anécdotas. Nadie sacó el tema de Irina, ni siquiera cuando todos lo sabían, Astrid se fue dando cuenta que por primera vez en estos meses ella no era el centro de atención, solo fue persona más.

El Rastro de Irina Steinberg©+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora