La primera vez que llegue al hospital
Durand me encontré con la sala de urgencias infectada de cuerpos a la intemperie y con los pocos doctores haciendo lo imposible para salvarles la vida , a pesar de la precariedad del hospital varios de los heridos del gran accidente de trenes de 1850 fueron a parar allí , la gravedad de las heridas eran notorias pero eso no detenian al joven doctor de urgencias Joseph Stanley que parecía estar batallando valiententemente contra la muerte.Su voluntad de acero y su temperamento inquebrantable lo hacían el más respetable y sagaz de todo el hospital , entre las manos del doctor pasaban escarpelos , equipos improvisados de sutura, gasas , visturis y todo lo que sirviera para cortar , entrelazar la carne y mantener con vida al paciente, si bien el hospital poseía pocos recursos y no contaba con un quirófano el doctor Stanley hacia lo imposible por resistir ante semejante presión, los demás doctores no se quedaban atrás pero admiraban la potencia y la sabiduría del joven.
Esa noche el doctor pudo salvar a doce pacientes que estaban al borde de la muerte.
Entre las personas salvadas, se destacaba Eva Kitting una joven activista por los derechos de las mujeres que estaba en el lugar equivocado a la hora equivocada ,esta muchachita emanaba un fuerte aroma a lirios , lo que me hizo suponer que no le quedaba mucho tiempo.Pero a pesar de que sabía de que su vida colgaba de un hilo decidí no hacer nada , preferí dejar las cosas como estaban , de cualquier manera si seguía con vida no sería por mucho tiempo y lo impredecible me causaba mucho más regocijo que seguir las reglas y cumplir con mi tarea.
Mientras tanto yo voluntariamente me ponía en el lugar del espectador ,ansioso por ver como se forjaban nuevos destinos y por ende nuevas tragedias.
* espero que les guste este capítulo y tengan ganas de seguir leyendo , la verdad es que soy nuevo y aceptó críticas y comentarios que puedan enriquecer la historia que les estoy contando *
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El Príncipe de los finales
Romance"Entre los pasillos del hospital ella me vio llegar , no tuvo miedo , sonrió y me mostró sus barquitos de papel flotando en la ventana "
