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Narra Vera:

Finalmente, había llegado el viernes. Luego de tres eternos días, me encontraba revisando los últimos detalles antes de salir rumbo a la casa de Cristian lugar donde realizaría la nota para el diario. Lo único que espero de esto es que brinde lo mejor de si mismo para que todo salga bien ya que considero que es una gran oportunidad para adentrarme en lo que espero ser en un futuro. 

Recogí mi anotador y salí rumbo a la dirección que figuraba en el mail mientras que de camino a su departamento repasaba mentalmente las preguntas que le haría una vez que me encuentre redactando la nota. Cuando volví a la realidad, me di cuenta que ya estaba frente a lo que parecía ser una lujosa torre. Nerviosa, bajé del auto y me dirigí escaleras arriba luego de avisar al hombre mayor de seguridad lo que venía a hacer. 

Toqué la puerta decidida y tratando de eliminar los nervios y la ansiedad que se hacían presentes en mi. Al cabo de unos segundos, se abrió la puerta encontrándome finalmente con Pavón con el pelo desordenado y sin remera. Involuntariamente, bajé mi mirada a su pecho descubierto y posé mi mirada en el tatuaje que lo adornaba para luego subir rápidamente la mirada tratando de formular alguna palabra que me saqué de la situación vergonzosa que estaba atravesando. Y la mañana recién comenzaba...

- ¿Otra vez vos? ¿volviste por la foto? - habló finalmente Cristian, con una sonrisa que reflejaba diversión.

- Hola - musité, con un hilo de voz. Aún con vergüenza por mi descaro de mirarlo tanto aunque estaba segura que toda la situación le causaba gracia. 

- Parece que nos volvemos a encontrar - ríe. - Pasa, te estaba esperando. Lo único que espero es que no me mates con las preguntas. - se sienta finalmente en un sillón señalándome uno frente a él para que también me acomode.

Le sonreí en forma de agradecimiento y decidí comenzar sin más. Mientras contestaba mis preguntas sobre su gran momento en Boca y la relación con sus compañeros del equipo comenzó a sonar su teléfono indicándole una llamada. Me pidió disculpas y se retiró para atender. 

Me encontraba sola en la sala y me dedique a mirar al rededor de la gran sala en donde me encontraba. Al parecer vivía solo y para ser una persona con poco tiempo debido a los entrenamientos y partidos el departamento se encontraba muy ordenado y en buen estado. Al cabo de unos minutos, me interrumpió para avisarme que tendría que salir con urgencia. 

- Si queres puedo pasarte mi teléfono para terminar la entrevista. No tengo problema en que me mandes las preguntas que faltan por mensaje - me avisó.

Asentí y de inmediato le pasé mi celular para que anotara su número. 

- Ya está. Cuando quieras me hablas y me mandas lo que falta. Igual, no me molestaría charlar un rato con vos además de la entrevista. - me entregó el celular y me guiñó el ojo.

Rodee los ojos y le agradecí por responder las preguntas. Sin más que hacer o decir me encaminé a la puerta para no robarle más tiempo. Me saludo desde la puerta con una sonrisa arrogante sin importarle para nada su aspecto. Comenzaba a creer, a pesar de no conocerlo, que le encantaba llamar la atención de cada persona que pasaba por la puerta de su departamento. 

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Perdón si tardo, pero acá les dejo algo. Espero que les guste y me dejen sus comentarios sobre que les parece hasta el momento. 

- V 🖤 

the fault | cristian pavónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora