Capítulo 8

267 20 1
                                    


En el capítulo anterior ...

Al ver la expresión de Deidara por el retrovisor supo que estaba ganando.

Y algo que Deidara odiaba más que intercambiar diálogo con la bola de imbéciles, era intercambiar diálogo en privado con ellos. Lanzó un pesado suspiro.

Y en los siguientes días estaba seguro que se arrepentiría de las palabras que estaba a punto de pronunciar.

Conozco un bar no muy lejos...  [...]

Esta bien, guiamos. 

.
.
.

I feel the first drops of rain
Of rain. of rain. of rain
I hear they whisper your name
Your name. your name. your name

El fuerte olor a trago, sudor y humo les dieron en pleno rostro como una brusca bofetada. La música era estruendosa junto con la bulla de las personas quienes ondulaban sus cuerpos al ritmo de la música en plena pista de baile, a todo volumen.

You. and I
We are two satellite in the sky
Don’t go, baby, baby, don’t go
Baby, baby, don’t go
‘Cause my heart is gonna blow

"Eres tan inoportuno Alan Walker"  Suspira Deidara empezando a hacerse camino entre la multitud intentando ignorar la melodía que hacía que las almas aglomeradas en aquella estancia levantarán sus brazos como queriendo tocar el cielo y con sonrisas en sus rostros movían sus cuerpos y almas al ritmo de aquella canción. 

Don’t go, baby, baby, don’t go
Baby, baby, don’t go
You’re the star of my show

Don’t go, baby, baby, don’t go
Baby, baby, don’t go
‘Cause my heart is gonna blow

Don’t go, baby, baby, don’t go
Baby, baby, don’t go
You’re the star of my show


—Que clase de lugar es este —Pregunta Sasori levantando la voz para ser escuchado , estaba curioso de contemplar aquello, en definitiva todo resultaba ser un mundo nuevo para él, esto no era Mozart, ni Beethoven ni mucho menos una pieza de Pachelbel, sin embargo causaba un éxtasis en la personas casi como una droga que les hacía desconectarse de sus cuerpos llevados por una especie de trance.

—Es un bar ya se los dije —Responde el rubio tomando asiento en una mesa vacía y haciendo una señal al camarero para que les trajera unos tragos.

—Es una discoteca —Le corrigió Itachi.
 
—Uy, perdón, ¿demasiado vulgar para tí señor concertista? —El gesto de Deidara es de total desagrado y poca tolerancia, ya era mucho para él tener que compartir su tiempo y espacio con ese par de cretinos como para que ahora vinieran a juzgarlo por sus preferencias musicales.

Tristeza de Verano ☆《ItaSasoDei》☆ #AlianzaAwards Donde viven las historias. Descúbrelo ahora