Capitulo XII

3 0 0
                                    

Hendrick y yo nos dirigimos al auto, antes de subirme di una última mirada a donde reposaban los restos de Nicole, nuevamente se escapa una lagrima, la cual seque con mi mano derecha, acto seguido prometí que jamás olvidare su muerte. Entre en el carro, Hendrick me dijo antes de que yo arrancara: -Oye ¿no te parece curioso que la amiga de Nicole la que tuvo o tiene algo con Jhojan no haya vendido al entierro’ más curioso aun es que desde que ella apareció Jhojan ya ni te llama ¿ella no se estaba quedando con Nicole? No se Tom todo esto no me da buena espina y tu sabes que mis presentimientos casi siempre están en lo correcto. Vamos a donde quiera que este esa chica y que nos hable un poco de su difunta amiga- me quede en silencio y el acoto: -¿Vas a dejar que los seres esos te jodan la vida? ¿Vamos Tom donde quedaron tus pelotas? Eres mi amigo y mis amigos no son unos cagados, te conozco desde hace mucho y no eres así, no busques que te de una cachetada para ver si reaccionas. Tu sabes que todo esto es obra de ellos, te están debilitando,  están jugando contigo, te están  llevando a un risco de donde te empujaran sin compasión alguna la verdadera pregunta aquí es ¿Te vas a quedar aquí parado en medio de un cementerio, viendo como tu vida se hunde en la mierda y tu no haces nada para remediarlo o vas a arrancar el estúpido coche y vamos a averiguar que carajos hace esa amiguita que no tuvo tiempo en todo el día para despedirse de Nicole-.
Arranque el auto cogí el teléfono y marque a Jhojan, repico y repico y no contestaba, hice tres intentos y nada, le dije a Hendrick que habían cambio de planes, la soledad en estos momentos no era una opción y necesitaría de todo el apoyo posible, Hendrick en estos momentos era muy único amigo o al menos el único en el que podía confiar.  Iba lo más rápido que podía y en menos de quince minutos ya estábamos tocando el timbre de la casa de Jhojan, el no abría su camioneta estaba afuera, Hendrick se devolvió al carro y trajo un bolso que había  metido en la maleta sin yo percatarme, se acerco y saco una cámara especial, linternas, un par de radios por si acaso nos separamos y lo más impactante saco un par de navajas y dijo que lo demás no sería necesario. La verdad no se me ocurrió en ese momento preguntar de donde saco todo eso, pero tenía la mente en otra cosa.
Hace tres meses Jhojan me conto que escondía una copia de su llave en su jardín trasero, esta se encontraba justo al lado de las rosas rojas debajo de una roca. Hendrick y yo nos dirigimos hacia allí, buscamos la llave pero no estaba, me altere Hendrick tomo la roca y con ella rompió una ventana diciendo: -¡Guao! ¿Quien lo diría si era la llave para entrar después de todo-  luego con un trapo quito los restos de vidrio de los bordes y dijo de forma burlona: -Pase usted-  Primero paso él y luego yo, comenzamos a llamar a Jhojan pero nadie respondía, Hendrick dijo que tal vez no estaba en casa, pero en el llavero de la entrada estaban todas sus llaves, lo comenzamos a buscar en la cocina, su cuarto, en el balcón, lo buscamos por toda la casa y no aparecía, pensamos en llamar a las autoridades hasta que de repente escuchamos un ruido proveniente del único lugar donde no habíamos buscado, el sótano. Nunca había bajado ahí la verdad no le había prestado atención a ese lugar en especifico de la casa, pero ahora Hendrick y yo estábamos a punto de bajar a ver quien estaba haciendo ese ruido tan peculiar. 

Los OscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora