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En esa semana que llevaba desvelándome para hablar con él (y avanzar trabajos) noté que todas mis sospechas sobre la personalidad de Kun eran ciertas, me di una recompensa por haber leído bien a una persona, por tercera vez en mi vida sin siquiera conocerla completamente.

Qian Kun era una persona amable, alegre, que no le haría daño a nadie, ni siquiera a una polilla, como pensó la primera vez.

Algo que hizo que mi corazón se extujara fue cuando  me dijo que los días sábados se iba a ayudar a alguna fundación, orfanato o simplemente recogía basura de la playa para reciclar.

Era un ser de luz, Kun iluminaba el lugar, su alma tan buena se reflejaba en su sonrisa o en todo lo lindo que le tocaba, su buen karma se notaba, hasta a los días más grises le sonreía y aunque no fuera asi él le ve lo positivo a todo.

Soliamos juntarnos en al menos uno de los recesos a hablar de más cosas, lo que fuera que se nos planteara en la mente y yo no pude evitar caer a sus pies, su alma era lo más lindo que alguna vez alguien se pudiera topar.

El momento en el que noté que ese chico era tan perfecto, fue un día que lo acompañe a buscar a su hermanos y noté cuanto los quería y cuidaba...

La belleza física de Kun, solo era una forma de la vida de expresar la belleza espiritual que tenía ese ser.

Amor Platón-icoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora