Día 8/365

37 6 0
                                    

Nuestros encuentros eran fugaces.
Tan fugaces que duraban apenas momentos. Igual que una estrella fugaz, no te da tiempo de pensar en un deseo cuando ya ha desaparecido. A mí no me daba tiempo de confesarle mis sentimiento cuando él desaparecía por la misma puerta que momentos antes había entrado.
Pero esos encuentros fugaces, esos momentos que duraban apenas un suspiro, eran los mejores de mi vida. Estudiábamos nuestra anatomía en apenas un suspiro, entre besos y jadeos nos hacíamos uno mismo en apenas un suspiro. Después se iba, llevándose toda mi vida consigo. Y es que así es cuando no es posible, cuando es un secreto, cuando es a escondidas, él era el secreto y el suspiro más hermoso de mi vida.

-Maye.

365 DÍAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora