4.El lugar abandonado.

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Zack era un chico muy bien parecido, cabello rubio cobrizo y unos ojos azules que parecían tan dulces. Entendía porqué a Nora le resultaba encantador.

-¿Y? -me preguntó.
-¿Y... qué?
-¿Derian te estuvo molestando? -acarició mi cabeza.
-En realidad...
Hope me miró con los brazos cruzados.
-Un poco -sonreí débilmente.
-Eso explica porqué se marchó repentinamente -soltó un suspiro -pero en cuando lo vea, lo reprenderé.
-¿Acaso eres su padre? -dije incómoda, no me parecía que se comportara de esa manera con su amigo.
Soltó una risita.
-No, pero debe entender que eres mi chica y que tú me amas solo a mí -me abrazó por la cintura y me besó.
Me estremecí ante el contacto de nuestros labios. Si, entendía que estaba mal besarlo porque era el novio de Nora y no el mío pero...aquel chico no merecía sufrir.
Zack observó mi rostro.
-¿Está todo bien Nora?
Asentí.
-Tengo hambre -mentí.
Zack sonrió dulcemente.
-Pues entonces hay que darnos prisa porque los niños nos esperan.

¿Los niños?
¿Acaso eran niñeras?
No entendía nada, así que solo me limité a sonreír y sentarme en la mesa con todos.

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Los cuatro habíamos subido a un auto color azul y nos pusimos en marcha a ese misterioso lugar.
Yo observaba por la ventanilla admirando un paisaje lleno de maleza que cada vez se hacía más solitario.
Bien. Aquella mañana había resultado bastante tranquila exceptuando que en el desayuno habían empezado a hablar de cosas que yo no entendía, de recuerdos que no eran míos... No me gustaba para nada aquello, no estaba a gusto y no creía aguantar un año.

Pronto Zack introdujo el automóvil a un camino de terracería y varios minutos después se detuvo.
Los tres bajaron y yo me limité a seguirlos sin animarme a preguntar si habíamos llegado porque claramente, Nora debería saber eso.

-¿Qué te ocurre hoy?
Salí de mis pensamientos cuando Hope empezó a caminar junto a mí, postrando su dura mirada sobre mi persona.
-No me ocurre nada -dije simple.
-Uh... -su mirada era de duda.
-¿Qué? -le pregunté.
-Te ves diferente.
Lo sabía. Primer día y nos habían descubierto.
-En toda la mañana no has hecho ninguna de tus crueles bromas, además cuando Derian entró a tu cuarto no lo golpeaste como normalmente lo haces. Y por si fuera poco no te resististe a venir cuando te llevas fatal con los niños.
-Solo me siento mal -apresuré el paso.
-¿En qué sentido?
Su mirada era tan intensa que me daban ganas de contarle todo pero con solo recordar la advertencia de Nora...
-Deja de preguntar tanto, tengo uno de esos días en que detestas ser mujer así que deja de molestar -intenté sonar igual de agresiva que me había sonado la otra Nora. Esperaba no haberlo echado a perder.
Hope soltó una carcajada.
-Claro que te entiendo. Solo pensé que te veías diferente pero me doy cuenta que sigues siendo la misma.
Suspiré con alivio cuando dijo eso.
-En fin -me dijo mirando al frente -dejemos las tonterías y vayamos con los niños.

Y desvié la mirada observando aquel lugar que al primer vistazo me pareció abandonado por Dios.

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