After the Earth: Comienzos

Capítulo III

-        Dime Garen… ¿Esos de afuera son tu equipo?

-     Am… si te refieres a equipo de futbol, bueno, a veces jugamos juntos pero no somos un equipo fijo.

-      El viejo soltó unas carcajadas – No, estúpido. Estoy hablando de tu equipo… el que debes preparar para enfrentar al apocalipsis.

-      “Oh genial, otro demente” ¿Apocalipsis? No podría enfrentar ni a un ladrón armado. De alguna forma no serás amigo del anciano alado ¿O sí?

-        Conozco muchos ancianos alados, puede que lo conozca, pero no es noticia que eres el que debe salvar al mundo. Tú eres el de sangre heredera.

-         ¿De qué hablas? ¡Nadie entiende que no soy el que buscan! Se llevarán una gran decepción conmigo.

-         Jaja ¡Qué chistoso eres chico! Y bien, dime, ¿Cuál es tu habilidad natal?

-          ¿Habilidad natal? Eso ya lo han mencionado pero am… videojuegos supongo.

-          ¡¿DICES QUE NO SABES CUÁL ES TU HABILIDAD NATAL?!

-          No, no sé de qué hablas. Ni sé quién eres.

-           ¡EL APOCALIPSIS ESTÁ PRÓXIMO! ¡HAY QUE DESCUBRIRLA PRONTO!

-      Bien… aquí vamos. – Suspiró Nathan – No tengo nada de especial, sólo soy un humano común y corrien…

-          ¡Piensa rápido! – El anciano le arrojó un cubo de metal sólido.

El metal, ante el contacto con la mano de Nathan comenzó a brillar con intensidad y a cambiar de formas.

-          Eso fue rápido, nada costoso. Parece que no eres tan especial después de todo muchacho… me decepcionas.

-           “Esas palabras duelen” – Pensó Nathan, aunque le aliviaban en cierto modo.

-           Tu habilidad no es más que el simple movimiento de partículas. El mismo que varios de los seres más bajos de tu raza.

-           ¿Qué quieres decir con mi habilidad?

-          Verás… desde que cada Roomie nace, lo hace con una habilidad natal que no es revelada hasta ser descubierta por su portador. En caso de que el portador no descubra esa habilidad, estará con un aprendizaje un tanto retrasado, y podrá ser ayudado por un sacerdote de la luz o uno de la oscuridad utilizando un cubo revelador, ese cubo mágico que te lanzé a las manos.

-         ¿Qué es un Roomie?

-         Veo que tienes mucho que aprender. No has avanzado nada por tu cuenta, no eres como los demás, eres más ñoño. – Soltó una risa – Sólo espero que sea un error, no podría confiar el destino de la tierra en tus manos, no eres más que un Roomie cualquiera. Por cierto, los Roomies son criaturas similares a los humanos, solo que poseen habilidades particulares que los distinguen de los humanos. Existen dos tipos de Roomies, los que tienen apariencia humana, destinados a ser repartidos al azar entre familias de humanos con la esperanza de que encuentren su habilidad natal; o los que no tienen esa apariencia, que suelen nacer en distritos mágicos y conviven con sus padres. Éstos últimos suelen ser más poderosos, ya que dominan sus habilidades de pequeños y a su mayoría de edad son auténticos guerreros. Viven para pelear.

-       No tengo idea de lo que me dices, pero en el caso de que decida creerte… ¿Debería dominar mi habilidad para así poder parar el supuesto “apocalipsis” del que tanto hablan?

-    A éstas alturas ya deberías tenerla dominada y ya deberías estar empezando a reclutar miembros para tu equipo.

-    ¿Qué tal si lo hago solo? Tengo muchos amigos pero no somos buenos trabajando como equipo.