Me gusta mirarte a lo lejos, sentada en aquel roble; viejo y lloroso,
Me gusta verte callada y sumisa, con tu sonrisa de esperanzas!Tus manos de ilusiónes, que abastecen el alma en cada rincón de mi llanto...
Cuando al callar los labios, tus ojos gritan en desesperación de amarme.Miro tu sonrisa, esa que huele a caricias bendecidas,
La que se ofrece curvada, rosa blanca y azul marino en tus versos.Cuando al callar tus labios, mi razón desborda,
Y es el cielo que hasta dios anhela alcanzar,
Pero por una dicha afortunada, tengo todo el celeste del cielo para amarte.
