Mira como se me pone la piel cada vez que me acuerdo,
El cielo lloroso en olvido y las nubes echas de acero.Entre mis ojos nada el recuerdo,
Entre mis labios polvorientos,
se acorrala un querer echo de espinas y un muerto,Un muerto desterrado de tierra santa, olvidado en algún cementerio,
Esa es la palmada del tiempo, recordándome que aún sigo vivo,
Un beso degollado, una caricia imborrable y el sutil aroma de tu ausencia.Cada vez que me acuerdo del perfume de tu pelo,
siento un llorar de alegrías, muertas por la daga de un dolor cansado.Un llorar ahogado, sumergido y olvidado en lo más profundo de mi alma, pero que triste pena la de amarte tanto.