No quiero opacar la ternura otoñal de tu espina,
Maldito dolor, el de intentar olvidar el perfume de tu viento,Tan maravillosa sonrisa de rosas cansadas,
Tal agasajo que cubre el silencio de tus labios,
Tan perfecta como un viento otoñal,
Tan perfecta y soñadora.Tus besos de un alba semejante,
Que me invita a un despertar hieratico,
Y aquél viento otoñal, frío; pero hogareño, que sin permiso del verano, se abrió paso.
