Capítulo 2. Invitación

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2.

Una semana después de haber conocido al pequeño Tony, Steve salía ya más seguido al jardín y se encontraba al moreno jugando con robots o simplemente sentado debajo de aquel enorme árbol que Tony tenía, Steve simplemente lo saludaba y Tony correspondía el saludo.

Steve le había contado a Tasha, Sam y Bucky sobre Tony, ellos no cabían de la emoción que su amigo estaba consiguiendo nuevos amigos y que ya no era tan tímido como lo era.

Pasaban los días de que Steve salía animadamente a saludar a Tony o a observarlo pero el moreno lo empezaba a ignorar.
Hasta que María, la madre de Tony, veía al niño rubio de ojos azules observando a su hijo y tratando de entablar una conversación con su retoño pero él simplemente lo ignoraba o no le ponía atención a lo que le dio un sermón a su hijo de que no tomara al otro niño como loco.

Tony se puso a pensar y su madre tenía razón, sus amigos se podían contar con los dedos de la mano y hasta sobran, desde hace mucho que no veía a Pepper, Bruce ni a Rhodey y realmente que los extrañaba, ahora que conocía a alguien que realmente le parecía amigable, confiable, sincero y él descaradamente ignorandolo.

[...]

Se encontraba sentando con Steve debajo del enorme árbol y estaban hablando amenamente, comiendo unas galletas hechas por las manos de la madre de Steve y tomando una deliciosa limonada hecha por la madre de Tony.

Por cierto Steve, mi mamá me dijo que estaban invitados tú y tu madre a nuestra casa, que si hoy podían más que perfecto. —le comento el moreno al rubio, se sorprendió bastante ya que Tony... lo estaba invitando a su... CASA, bueno aunque en realidad era la madre pero se podría decir que el ya que él le dijo. Bueno el punto es que lo invito.

Steve no podía estar más que contento, a lo que cuando se despidió de Tony, inconscientemente le dio un beso en su mejilla y el moreno se puso de mil colores, su pequeño corazoncito estaba acelerado y ni hablar de Steve, estaba peor.

Después de aquel acontecimiento vergonzoso el niño rubio fue a comentarle a su madre de la invitación que le hicieron los Stark por lo cuál su madre inmediatamente se puso a preparar algún postre para no ir con las manos vacías.

[...]

A las 20:00 hrs. se encontraba en frente de la puerta de la casa de los Stark un pequeño Steve vestido con un pantalón negro, una camisita azul y sus zapatitos bastante limpios con su madre acompañandolo y en sus manos un delicioso pastel de frutas. Sarah tocó un par de veces para esperar que abran y no tuvieron que esperar mucho ya que María Stark abrió la puerta con una sonrisa de oreja a oreja.

—Hola, ¿Qué tal? Soy Sarah Rogers, mamá de Steve. Mi hijo me comento lo de la cena, así que no quise venir con las manos vacías y le traje mi especialidad de postre. —Sarah estiró sus brazos para entregar el postre a María y ella gustoso lo aceptó.

—Hola mucho gusto Sarah, yo soy María y no debiste de haberte molestado aunque en verdad se ve delicioso el Pastel así que muchas gracias, pasen y bienvenidos. —María los recibió, pasaron al salón para poder sentarse y platicar mientras esperan a que la cena estuviera lista.

Maria veía a Steve un poquito aburrido y como no estarlo, si las señoras hablaban de la mudanza, el clima, política, familia, etc.

Disculpe señora María, ¿donde está el niño de ojos de chocolate?

María le dio ternura y a la vez curiosidad.

¿Quien es el niño de ojos de chocolate, Steve? —Pregunto María con una sonrisa.

Steve suspiro.

Pues quien más, es Tony. Solamente que le digo así porque sus ojos son taaan hermosos. —Dijo el pequeño rubio alzando sus bracitos.

Mira que curioso, Tony también habla de un niño de ojos color cielo, y seguro que eres tú, pequeño. Tony se encuentra en su habitación, segunda puerta a la izquierda.

Steve asintió para poder voltear a ver a su mami, ella con una mirada le dio acceso a ir, Sarah y María no cabían de emoción de que sus hijos fueran buenos amigos y que se dijeran esos apodos tan bonitos.

El pequeño rubio salió corriendo hacia arriba para rápidamente llegar a la habitación de Tony, tocó varias veces para poder escuchar un “pase” y así fue.

Entró y vio al morenito jugando con soldaditos de plástico encima de su cama, cuando vio Steve le sonrió y le hizo una señal para que pasará, el mencionado no puso resistencia, entró y le comento a Tony que los soldaditos eran sus juguetes favoritos.

Tony no se quedaba atrás tenía una caja repleta de esos soldaditos, carros militares, etc.

Se pusieron a jugar entre ellos dos sin que nadie les molestace, hasta que se aburrieron comenzaron a conversar de cosas diferentes.

Steve se olvidó de la conversación que estaban entablando para poder tocar la mejilla del otro, algo que el otro pequeño niño no pasó e igual manera tocó la mejilla un poco sonrojada del niño bonito rubio.

Me gusta tu carita Tony: me gustan tus pestañas, tus cejas, tu nariz pero especialmente me encantan tus ojos, tus ojos color chocolate. —mencionó el chiquillo rubio tocando cada parte mencionada por lo cual el otro nene se puso como un pequeño tomatito. Pero el no se quedó atrás, empezó a acercarse más el morenito para tocar mejor al otro chiquillo.

A mi también me gusta tu hermosa carita: tus cejas, tu naricita, tu pestañas, tus cejas, tus labios pero de igual manera me encanta tus ojos color cielo, son tan hermosos.

Ambos se sonrieron com mucho cariño y se sintieron tan bien haber dicho esas palabras tan llenas de cariño.

Desde ahí todo cambio.

𝑬𝒔𝒕𝒂𝒓 𝑪𝒐𝒏𝒕𝒊𝒈𝒐; 𝒔𝒕𝒐𝒏𝒚 𝒂𝒖 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora