Capitulo 17. Los borrachos y los niños nunca mienten.

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Capitulo 17. Los borrachos y los niños nunca mienten.

Mantenerse firme en las creencias de uno mismo, valorarse, hacerse a uno mismo desde cero, no caer en las trampas... si, son promesas que a veces nos hacemos a uno mismo, que intentan ser un propósito de una nueva vida, que intentan ser algo más. Pero a veces, solemos tropezarnos con la misma piedra y los propósitos quedan solo en eso.. en propósitos.

Kathya

Que se apague ese maldito ruido infernal.

Intento alcanzarlo, pero consigo que algo bastante más contundente caiga al suelo.

Los vecinos nos llamarán la atención.

Abro los ojos.... ¿que narices hacen las persianas abiertas? Cierro los ojos. Me duele la cabeza.

El maldito ruido ha cesado.

Mi dolor de cabeza no.

¡Espera! ¿Desde cuando tengo esas cortinas?

Abro los ojos de nuevo (como puedo) y observo la habitación...

No son mis cortinas, no son mis alfombras, no es mi cama, hay una lámpara en el suelo (nótese que debe ser lo que he tirado hace un rato), ropa por el suelo... Me giro y afortunadamente no me encuentro con nadie al otro lado de la cama.

Suspiro reconfortada.

Y... Levanto las sábanas para comprobar que estoy en ropa interior....

Se abre una puerta enfrente a la cama y un hombre sale cubierto con solo una toalla a la cintura.... Es tarde para fingir que duermo y luego degollarlo en un descuido...

- Buenos días vicepresidenta, creo que llegaremos tarde el primer día...- me dice con una sonrisa encantadora.- El desayuno ya está preparado creo que no te vendría mal una ducha...- dice caminando hasta su closet.

Si, mi mandíbula se ha desencajado hasta por lo menos la altura de mis rodillas... ¿que se cree el mamón este para caminarse delante mía en toalla y darme órdenes? ¿Además que demonios ha pasado ayer para que esté en su cama y en ropa interior? Y....

NO PUEDO AGUATARLO.

NO PUEDES DARLE MÁS IMPORTANCIA QUE LA QUE ÉL LE DA.

NO PUEDES PEDIRLE EXPLICACIONES, PORQUE CREERA QUE LE DAS IMPORTANCIA.

NO CAIGAS EN SU JUEGO.

NO VOY A DUCHARME, SOLO PORQUE EL LO DIGA.

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