Darkland | Yoonmin - Jimgi

03 - Sospecha mutua

— ¿Por qué siempre estoy aquí encerrado, mientras tú sales algunas veces? — cuestionó un cansado Jimin desde la cama, apoyando su mejilla sobre su mano.

Yoongi sonrió de espaldas mientras ordenaba unas cosas. Se giró ladeando su cabeza mientras permanecía su comisura levantada y se acercó por el lado del pelirrojo.

— No me mientas, michin, ¿Quieres escaparte, no?

— ¿Puedo hacerlo? — dijo atónito en cuanto el contrario lo tomaba de la barbilla.

— ¿Quieres?

Jimin desvió la mirada haciendo que el tacto se anulara. Volvió la mirada y vio a los ojos anaranjados del peli azul. Algo transmitía él, algo quería decirle. Su sonrisa y sus peligrosos tactos. Pero desconocía absolutamente todo.

Lamió sus labios.

— No...por ahora —. Habló como respuesta. — Pero, hace un rato que no como, esta no es tierra de demonios, ¿Cierto? Porque no me traes nada para mí.

Yoongi borró su sonrisa y tomó a Jimin de la mano guiándolo a paso rápido fuera de la habitación.

— ¿Adónde me llevas? —preguntó el pelirrojo mientras caminaba por detrás del demonio— ¿Por qué tan-...?

— ¿No querías comer?

— Ah, pues...

— Te acompañaré afuera para buscar algo.

En eso Jimin se calló y ambos chicos llegaron a la puerta. Yoongi sacó las llaves y abrió la puerta, aun tomando al pelirrojo de su muñeca, Yoongi cerró la puerta y entonces se encaminaron hacia el bosque, algo lejos de la casa del peli azul.

Durante el trayecto Jimin aún se preguntaba por qué tan repentina actitud y además, por qué ese chico no lo soltaba del agarre. No era como si fuese un niño pequeño, Jimin creyó que Yoongi le iría a preguntar por qué había aguantado tanto el hambre, sin embargo, fue una suerte que no.

Afuera había un ambiente algo gélido, perduraba la neblina grisácea y el pasto estaba seco, era como si siempre estuvieran en un paisaje de otoño, invernal. También se cuestionaba si todos los ciudadanos eran como el peli azul, o si tal vez el mundo les contagiaba su actitud. En el camino, Jimin iba muy distraído admirando lo oscuro, que ni siquiera se dio cuenta cuando Yoongi lo llamó.

Él lo observó con sus ojos oscuros y miró a su alrededor, habían unas moras y frambuesas en los arbustos que estaban cerca de ellos.

— ¿Q-qué? — tartamudeó.

— Sólo hay frutos del bosque, así que confórmate con eso.

— ¿Dices que...?

— A menos que quieras comer carne cruda, y comida de demonios... — susurró Yoongi cerca del oído del pelirrojo.

Demonios...

— S-sí...demonios... — pasó saliva con dificultad. Yoongi arqueó una ceja.

— Te noto inseguro, ¿No quieres alimentarte finalmente?

— No, no...lo que pasa es que...

Jimin comenzó a tener su vista nublada, los recuerdos pasaban como agua.

La discoteca, los cuerpos, el auto, el accidente. La muerte. El cielo o infierno, la pérdida. Cuando cayó y fue adoptado, cuando escuchó el nombre Yoongi...

El adolescente no se dio cuenta que mordía fuertemente sus labios, así que comenzó a sangrar su belfo y ahí fue cuando levantó la vista para observar al chico peli azul, el cual sólo observaba perplejo la situación. Jimin sonrió por ello y comenzó a tambalearse; cuando estuvo por caer, Yoongi usó su poder y lo atrapó entre sus brazos confundido.