#O1

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— ¡Jodeme!  —la boca de Vanessa cae abierta.

—¿Por qué estaría jodiéndote con algo así? —respondo alzando una ceja y comienzo a tirar la ropa en la maleta más rápido.

—Te conozco, Isa. —suspira y comienza a ayudarme a ordenar la ropa —mentís la mayor parte del tiempo.

—¿Te pensás que te estoy mintiendo? —llevo mis manos a mi cabeza y me dejo caer en la cama, exhausta.

—No lo sé. Isabella, es muy raro que tus papás…

—¿Queres llamar a mis jodidos padres y preguntarles si te estoy diciendo la verdad o no? Dale, hacelo. —le señalo la puerta con el dedo índice.

—Te creo… en cierto punto —agrega Vanessa —es decir, te creo que te hayas mandado una flor de macana, pero no creo que te manden a un internado.

—Me mandé muchas últimamente, y creo que no tuvieron otra alternativa. —suspiro y me siento.

Observo mi habitación. El último día que la voy a ver antes de que me vaya. Dentro de seis meses volveré, pero ugh ¿Un internado? No me lo creo ni yo. Últimamente estuve haciendo cosas totalmente estúpidas, como escaparme de mi casa para salir al boliche o llegar tarde a casa sin avisar a mis padres, ¿pero llegar a tal punto de que me tengan que encerrar seis meses en un lugar totalmente desconocido para mí? Debo de ser la hija del diablo.

Me ato el pelo en una cola de caballo, llevo mi cuello a un lado y al otro, sonándolo. Camino hacia el armario y busco los últimos sweaters y remeras cortas. Me fijo la hora en mi reloj de mano; las nueve y media de la noche.

—Va a ser mejor que me vaya. —Vanessa se levanta del sillón.

—Está bien. Deciles a mis papás que ya terminé de ordenar la ropa. —ella se limita a sonreír levemente y asiente con la cabeza.

Sale de mi habitación y creo que esta va a ser la última vez que la voy a ver hasta que pase el semestre.

Camino hacia una estantería y paso mis dedos por los libros, rozando las tapas y paran en uno de Edgar Allan Poe, lo tomo y agarro otros cuatro. Camino de nuevo a la valija y los guardo. Cierro la valija y la dejo en el suelo, lista para agarrarla a primera hora. Mañana va a ser un largo y extremadamente cansador día.

                                                                                                                                                                           

                                                                                              *

6:30 a.m.

Suena el despertador y lo apago como puedo casi tirándolo al suelo. Me giro en la cama y bostezo.

Hoy.

Me levanto y me dirijo al baño. Nada mejor que una buena ducha antes de empezar el día.

Cuando termino y envuelvo mi cuerpo en la toalla observo la ropa que hay arriba de mi cama. Un jean azul nevado y una polera negra con la inscripción “22” en dorado. Me pongo la ropa interior y luego el jean, primero metiendo la pierna derecha, intentando mantener el equilibrio, pero es inútil, porque me caigo. Sentada en el suelo sigo con la acción de ponerme el jean. Cuando termino me pongo la remera y me peino trenzando el cabello con mis dedos. Una trenza que me cruza la cabeza en diagonal. La sacudo un poco para que quede suelta. Me aplico un poco de rimmel.

Suena la puerta.

¿Estás lista, Isa? —pregunta mi mamá del otro lado.

— Sí, ya voy. –digo intentando sonar de buen humor. Cada acción que elegimos en el día nos van a llevar a una nueva, por eso si elegimos ser jodidos, nos van a tratar mal en todo el día, en cambio sí elegimos ser buenos, nos van a tratar bien. Creo.

— Bueno, dale, te espero en el auto, corazón.

¿Corazón? ¿Es enserio? Río para mis adentros. Mi mamá y sus adjetivos de mierda. No mamá, no soy un corazón, soy una adolescente de diecisiete años que solamente quiere vivir su vida y se lo prohíben. Suelto un bufido y tomo la maleta. Abro la puerta y veo que mi mamá ya no está ahí. Paso el pasillo hasta que llego a las escaleras. No sé cómo voy a bajar esta gran maleta. Comienzo a bajar llevando a la maleta detrás de mí, teniendo cuidado de ir despacio. Cuando lo logro le echo un vistazo a la sala de estar y camino hacia la puerta. Estoy a horas de mi próximo destino, algo totalmente desconocido.

Y eso es genial.

Toxic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora