03: Cisne

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Transcurrió un mes, en el cual todos los días Lucas iba a ver a Jungwoo y hablaban animadamente, o el chino le pedía que tocara el violín, ya que adoraba cuando lo hacía, parecía un bello ángel con una mirada triste.
Jungwoo aún no salía de la habitación normalmente, pero a cada tres días salía a desayunar con su madre al comedor, y también había retomado el hábito de comer, actitud que puso muy alegre a la señora Kim y agradeció muchísimo a Lucas. Este último se había sumergido en una gran confusión y se sentía temeroso, últimamente quería estar constantemente con Jungwoo y cuidarlo todo el tiempo. Le había tomado demasiado aprecio en el mes, y ese aprecio lo asustaba, porque iba más allá de una relación de amigos o de cliente a abogado.
Por otra parte Jungwoo era un martirio de sentimientos, se había pillado a si mismo queriendo salir de la habitación y abrazar a Lucas, quien era de contextura física más grande, pero parecía todo lo contrario a quererle hacer daño, sino que se veía cálido y seguro. Aunque admitía que confianza tenía hacia el chino, aún así sentía temor de salir y que Lucas viera sus quemaduras y se asustara, y jamás regrese a verlo. Además, ¿quién querría estar con alguien como yo? Alguien horrible y con cicatrices. Se repetía Jungwoo en su cabeza. Sus intentos por erradicar las secuelas que el incidente había dejado en su cuerpo fueron infructuosos. Entonces, todos los días vestía una remera con mangas largas y pantalones largos.
Un hábito al que Jungwoo se había acostumbrado, era que cada tarde salía al balcón y esperaba la llegada de Lucas, y hoy no era la excepción, observó como estacionaba su auto y bajaba de este, pero consigo traía una caja, le pareció curioso a Jungwoo y se interesó en lo podía haber en el interior de la caja.
Lucas acostumbrado a que cuando llegaba unos bonitos y dulces ojos lo veían desde el balcón. Correspondía la mirada y se saludaban agitando sus manos en el aire con una cálida sonrisa por parte de ambos.
Lucas fue recibido por la señora Fran, siempre tan amable.
—Oh, veo que ahí traes el regalo que me comentaste para Jungwoo —musitó señalando la caja adornada. Lucas asintió levemente. Fran sonrió pícaramente— sabes, no me disgustaría ser tu suegra...
—¡Con su permiso señora! Iré a ver a Jungwoo —la interrumpió Lucas sonrojándose y corrió rápidamente a las escaleras.
Al llegar al lugar de siempre le sorprendió que la ventana que da al pasillo estuviera abierta, por ella observó a Jungwoo, quien acomodaba sus cuadros.
—Ya casi termino —inquirió colocando dos cuadros más arriba del resto. Una vez acabó volteó y se acercó a la ventana, le indicó a Lucas que también lo hiciera. Por primera vez estaban tan cerca y ambos pudieron mirarse mejor sin el cristal de por medio.
—Tu cabello es muy bello —musitó Lucas apreciando mucho mejor el cabello rojizo caoba natural que se veía brilloso.
—El tuyo también es lindo, es muy oscuro y sedoso —extendió su brazo y con su delgada y pálida mano acarició el cabello del contrario. El corazón del pelinegro comenzó a latir más rápido, sonrió cerrando sus ojos y disfrutó de la caricia del menor. Recordó la caja y abrió los ojos nuevamente, Jungwoo alejó su mano.
—Te he traído un regalo —replicó Lucas tomando la caja y se la alcanzó. El pelirrojo curioso sujetó la caja y retiró la tapa rápidamente, sus ojos brillaron de la alegría y esbozó una amplia sonrisa, acto que hizo a Lucas sonreír también. Se ve más hermoso cuando sonríe así, pensó el chino. Sin perder el tiempo sacó al gatito del interior de la caja, lo abrazó a su pecho y lo dejó en el marco de la gran ventana. Se sentía muy feliz para importarle su temor a salir del cuarto o tener contacto físico con otra persona. Simplemente saltó por la ventana y se arrogó a los brazos de Lucas, quien lo sujetó para que no cayera, sintió lo frágil que era el cuerpo de Jungwoo. Este último lo abrazó y apoyó su cabeza en el cálido pecho del mayor. Lucas aún sorprendido correspondió al abrazo, aspiró el olor de Jungwoo, olía como las flores de cerezo cuando florecían en primavera.
—Gracias, me encantó el regalo —replicó el menor sonriendo.— me voy a sentir mal si no te doy algo, puedes escoger algunas de mis pinturas —se separó del mayor y sujetó su mano, tiró de él hacia la habitación, abrió la puerta e ingresaron, Jungwoo la volvió a cerrar con seguro. Lucas aún atónito por las acciones del pelirrojo sólo asintió. La habitación era demasiada fría, en el aire se podía oler el aroma que Jungwoo poseía, eso le agradó al chino.
—Puedes elegir cualquiera de éstas —habló el pelirrojo señalando dos filas.— son nuevos, así que serás el primero en verlos.
Lucas empezó con el primero, tenía colores fríos y expresa nostalgia y dolor, revisó los siguientes y expresaban lo mismo, hasta que los colores comenzaron a volverse cálidos, los cuadros que conocía de Jungwoo habían regresado, se detuvo en el último cuadro, llamó mucho su atención puesto que era una pintura diferente al estilo de Jungwoo, se podía apreciar un ocaso sobre una laguna rosada, las nubes eran brillantes como el oro, del cielo llovía rosas rojas, y en el centro de la pintura se podía vislumbrar a dos cisnes bailando. Jungwoo se sonrojó levemente, inclusive él mismo se sorprendió al crear la pintura, expresaba un sentimiento distinto a los que solía trasmitir, usualmente utilizaba colores llamativos y vivos, verdes, azules, rojos, amarillos, colores que reflejaban su juventud y optimismo, pero en esta ocasión hizo algo diferente, la pintura poseía colores suaves, expresaba amor. Luego de meditarlo Jungwoo comprendió que sentía amor, pero no un amor como el que sentía por su madre, era de otra forma, sentía amor hacia Lucas, admitió sus sentimientos y decidió reservarselos para él, no quería decirle a Lucas lo que sentía, Seguramente se espanta y no regresa, se repetía el pelirrojo. Aun así, lo suyo no eran las palabras, por eso la pintura con tonos suaves que tenía un mensaje muy claro.
-Oh, te has enamorado, ¡que bonita poesía! Los cisnes representan el amor fiel y sincero, ya que eligen una pareja para el resto de su vida, pareces que ya tienes a alguien en mente -habló Lucas, dejando al contrario perplejo, exactamente eso era lo que había pensado cuando creó la pintura. Tu eres mi cisne, Lucas, pensó Jungwoo.





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¡Hola! Me disculpo por la demora en actualizar, pero me esmeré en este capítulo.
Gracias por leer, y no olviden votar y comentar♡, me agradaría saber que opinan sobre lo que va sucediendo.
Saludos♡.

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⏰ Última actualización: Feb 22, 2019 ⏰

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