Capítulo 32: Habla mucho y muy fuerte
La gente se ríe de sus chistes, lo entiendo. Lo consideran un ídolo, lo comprendo. Lo que no tiene sentido para mí son sus incontrolables deseos de hacerse notar. Siempre habla fuerte como si todos participáramos de la conversación.
Fue así que me enteré de las "cualidades y virtudes" de Samantha, está de más decir que no eran virtudes precisamente.
Fue así que todos se enteraron de que cortó conmigo. Si lo hubiese publicado tal vez no se hubiese esparcido tan pronto, nótese la ironía.
Es así como siempre escucho sus conversaciones con Samantha (como todo el salón).
Es así como busca herirme. Y a veces lo consigue.
¿Cómo podría no dolerme saber que le dice y le promete lo mismo que a mí? ¿Cómo ser indiferente a sus apodos cariñosos que antes eran dedicados a mí?
Duele. Por dios que sí.
No es justo. ¿Por qué él no está como yo estoy?
Yo quedé destrozada, yo sufrí por la separación, yo aún lo quiero, ¿acaso él ya me olvidó?
"Nunca fuiste nada para él, Renata" me susurra mi conciencia y sé que está en lo cierto. Él y yo fuimos una mentira que terminó siendo una bonita realidad, pero mentira al fin y al cabo.
Él no me quería, yo lo necesitaba. Fuimos la combinación perfecta para el amor más enfermo.
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50 Razones para odiar a Dan
RomansOh, claro. Ahora es una dulce y blanca paloma que se preocupa por los demás. Puedo demostrar que no, señores. Es mi ex y es completo imbécil. Todos los derechos reservados.