CHICO LINDO ¡Larry Stylinson!

Novena Parte.-

Jardinería, Familia, Recuerdos, Hospital, Cementerio.

El rizado regaba las rosas con delicadeza, mirando cómo estas de apoco comenzaban a crecer. Le fascinaban las rosas y por eso les dedicaba mucha atención a estas, sobre todo a la hora de regarlas.

Un sombrero de paja cuidaba su cabeza del horrible sol, su piel ya más arrugada le hacía sonreír al recordar todo ese tiempo.

Louis recortaba los arbustos, mientras sus ojos se mantenían sobre la figuro de su marido, le gustaba observarlo mientras se dedicaba a regar el jardín, la dedicación que le ponía a aquellas rosas y lo lindo que se veían aun con el pasar del tiempo. Le gustaba observarlo.

Ver aquellos ojos jade, con algunas arrugas ya en su cara por el pasar de los años.

Seguía tan enamorado de él, como la primera vez que lo vio, podrían haber arrugas en su cara, sus mejillas podían ya caer un poco. Su piel podría estar arrugada, pero seguían teniendo ese algo que lo enamoraba.

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Una tarde, su hijo Jeremy junto a su familia arribo a su casa, para pasar una tarde en familia, en compañía de la esposa de su pequeño y los hijos de este.

Louis y harry, solo se sentaron en el sillón de su sala. Observando a sus nietos jugar y dibujar en la mesa del centro.

Su pequeño hijo, ahora era todo un hombre, con mujer e hijos.

Y se dieron cuenta de todo el tiempo que había pasado, de todas las cosas que habían pasado, de todo lo que habían pasado. Uno al lado del otro.

El rizado beso la mejilla de su marido y dándole la mirada de amor más hermosa, se acurruco en el hombro de Louis, dejándose llevar por la imagen que su ojos presenciaban.

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Esa misma noche, el rizado abrió el álbum de fotos. El ojiazul no dudo en ir a sentarse a su lado y disfrutar de cada recuerdo impreso en una imagen alado de su amor.

Los dos pasaban de página en página, hablando sobre la imagen o simplemente riendo y recordando viejos tiempos.

El momento en que se conocieron, su primera platica, cuando el ojiazul tomo su cómic sin aviso y lo sonrojada que había terminado, su primer beso, la primera cita, su primera noche juntos, cuando se mudaron juntos, su primera vez, su primera pelea, su primera reconciliación, un beso bajo la lluvia, un día de San Valentín, una fotografía juntos… etc…

Harry sonrío con lágrimas en los ojos y acurrucándose en el pecho de su amado, los dos sonrieron contentos, disfrutando de su presencia.

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Mirado a su amado, postrado en una cama de hospital, con aquella sábana blanca tapándolo. Su mirada se encontraba triste, ¿Por qué las personas no simplemente podían morir juntas, sin sufrir al sentir la pérdida del otro irse antes. ¿Por qué las cosas tenían que ser así?

El rizado miro a Louis y le regalo una de sus mejores sonrisas.

-Tuve una buena vida y gracias a ti.

Las mejillas del ojiverde se fundieron en un color apenas escarlata, mientras las de Louis hacían lo mismo.

-Harry…

-Gracias Louis…

Las lágrimas comenzaron a hacer su caído sobre las mejillas de los dos, con delicadeza el ojiazul se levantó y poniendo sus brazos sobre el colchón. Tomo entre sus labios los del chico que le hizo tener la mejor vida.

Lo beso lento, sin prisa a que el fin de su mundo pudiese venir después de ese beso, lo beso con tanta delicadeza, trasmitiéndole todo aquellos sentimientos que durante años vivió a su lado, le beso con tanto amor en cada movimientos. Lo beso con todo el amor que pudo dar, con todo el amor que le dio a él.

A su pequeño de los cómics.

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Miraba la lápida de su amada, junto a otras más a su alrededor, pero el solo miraba la que llevaba la parte más importante de su vida. Había posado una imagen en esta.

Su hijo Jeremy lo acompañaba con un abrazo sobre su hombros. EL ojiazul se recargaba sobre su bastón mirando con una sonrisa en sus labios el lugar.

Sus ojos miraban con tristeza y felicidad, lo que una vez le dio los más hermosos recuerdos que alguien le pudo dar en la vida. Los mejores momentos que pudo pasar en compañía de su rizado.

Ahora él estaba en un lugar mejor, un lugar en el que pronto estaría acompañándolo, para pasar la eternidad de su vida juntos. Amándose.

Louis se quedó ahí, junto a su hijo.  Solo observando, solo recordando.

[…]