La casa de madera se visualizaba a lo lejos. Está vez Margarita pasaría de largo la puerta principal e iría al patio.
Al llegar ahí , encontró a una señora de mediana edad tendiendo la ropa. Imaginó que sería la madre de Omar. Margarita la abordó.
-Buenos días ¿Es usted la madre de Omar?
La señora que en ese momento luchaba con un bulto de ropa, se dio la vuelta para responder. -Buenos días, sí, soy yo. ¿En qué le puedo ayudar?
-Bueno, en realidad buscaba a su hijo...-Al ver la reacción de la señora, agregó. -Perdón, que descortés. Me llamó Margarita, soy la madre de Manuel, me parece que su hijo y el mío son compañeros.
-¡Ah, ya entiendo! -Notoriamente la señora se relajo. -Deme un minuto. En seguida le hablo ¿Gusta que le ofrezca alguna cosa? Me imagino que ha de venir por lo del deportivo; hace días que no quiere ir, y no me ha querido decir la razón jajaja a lo mejor usted logra sacarle la sopa. -Le guiño un ojo.
Margarita se limitó a sonreír.
Entraron a la casa por la puerta trasera; mientras Margarita le ayudaba a meter un cesto de ropa, esta llamó a su hijo desde las escaleras.
Rápidamente se oyeron pasos acudiendo al llamado. El semblante de Omar se volvió turbio en cuanto vio a Margarita; por un momento quedó paralizado. Su mamá, al notar el repentino cambio, lo apresuro.
-¡Hijo! !No seas grosero! ¡Baja a saludar!...-Se dirigió a Margarita- Estos niños... Luego pueden ser tan tímidos, usted entiende. Bueno, iré a poner esto en su lugar.Margarita y Omar se observaron mutuamente. Finalmente, Omar bajó los últimos escalones con resignación, parecía que llevaba tiempo esperando ese momento.
-Em... ¿Podemos hablar en el patio trasero? -Su voz era baja y tímida.
-De acuerdo. -Salieron.
Ninguno de los dos dijo nada, se limitaron a observar el paisaje.
Margarita suspiró. -¿Qué fue lo que pasó?
Por un momento Omar no supo que contestar. Así que se tomó su tiempo, antes de soltar la bomba.
-Era la hora de la salida... Mi grupo y yo solíamos ir a la piscina a pasar el rato. Manuel estaba ahí, sólo, apartado del resto. Llevaba varios meses así, mis ami... -Dudo. -amigos comenzaron a molestarle; al principio era eventual, después se volvió continúo. Yo no entendía porque lo hacían, al inicio era divertido pero... con el tiempo las burlas se volvieron más ofensivas. Intente detenerlos pero se burlaron de mí, así que me quedé callado hasta que pasó lo de ese día. Cuando llegué tenía el presentimiento de que algo raro estaban tramando, no supe que era hasta que llegué a la piscina , y vi que mi grupo comenzaba a agredirlo, él intentó defenderse, sin embargo, eran muchos... Pensé en detenerlos, pero sentí miedo. Manuel se puso más a la defensiva y John perdió el control.. -observó a Margarita antes de continuar. - Fue cuando sacó una navaja y se la clavó... Todo fue en un instante, después todos corrieron; mi mente estaba en blanco, así que hice lo mismo. -Miró al suelo. -Debí haber sido más valiente...
-Y desde entonces no has ido al deportivo...
-No.
Margarita miró al frente, vio la ropa moverse al compás de la brisa, inhaló y exhalo. Posó su mano sobre el hombro del chico.
-Bien, ya escuché lo que tenía que escuchar. -Se levantó sin más. Omar se inquietó.
-¿¡Le dirá a mi mamá!? -Sus ojos mostraban temor.
-No... No te preocupes. -Caminó a la puerta y se despidió cortezmente de su mamá.De vuelta en el hospital, Margarita observaba nostálgicamente a Manuel mientras este conversaba con July, tenía una eternidad que no lo veía tan relajado, se quedó un rato más apartada de ellos, observando.
Sintió una gran lástima cuando la enfermera entró a realizar el chequeo diario, convirtiendo en Manuel en la cara de poker que había adoptado desde tiempo atrás. Suspiró resignada, y entró después de la enfermera.
July y Margarita pasaron el resto del día conversando sobre lo sucedido con Omar.
-Entonces, ¿No piensa denunciarlo?
-No, es un pobre chico que no supo escoger bien sus amistades.
Manuel soltó un bufido de irritación.
-Pues si usted está bien con eso... entonces no hay nada que hacer. ¿Y qué planea hacer ahora?
-¿Ahora? -pausa. - Creo que necesito hacerle una visita a un tal John...
La sala se quedó en silencio.
-Usted.. ¿Está segura, señora? John es... -se mordió el labio. -Es alguien de cuidarse.
-Lo sé, pero tengo que hacerlo, o no me sentiré nunca es paz con mi hijo.
Manuel soltó otro bufido, July le dio un codazo, este respondió dándole la espalda. Margarita sonrió, al menos tenía energía para andar replicando.
ESTÁS LEYENDO
Margarita
Storie breviLa vida suele darnos experiencias que no sabemos controlar, pero podemos aprender de ellas.