Capítulo 2| La aventura comienza

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Nos pusimos en camino a la cafetería y cuando llegamos James me presento a su amiga.

-Alaska, ella es Ruby.
-¡Hola Ruby! Un gusto conocerte.
-Igualmente, siéntense a comer. Supongo que tu desmayo no debió ser en vano.
-¿lo notó mucha gente?
-No, solo que yo estuve ahí le ayude a James a llevarte a la enfermería.
-Siendo así, gracias.
-Claro.
-sigo aquí - reclamó James- por cierto, el descanso se acabará en unos minutos prepárense para irnos.

En ese preciso momento sonó el timbre que indica la hora de regreso a las aulas.
La escuela me estaba gustando, las instalaciones eran bastante buenas para ser una escuela pública y la mayoría del personal se mostraba siempre amable, supongo que dejando el accidente atrás se podría decir que este día se ve prometedor.
Cuando llegamos al salón me fui directo a donde había tres sillas vacías, la profesora ya estaba ahí, era una mujer joven pero formal, se veía bastante agradable.

-Buenos días, jóvenes - dijo la profesora- tomen asiento por favor.
-Necesito que saquen sus libros en la página...

Mis nuevos amigos se sentaron cada uno delante y atrás mío, por un momento quise ver las caras de todos mis compañeros así que miré hacia todos lados y lo vi. ¡Era el chico guapo de la entrada! ¡Y estaba en el mismo grupo que yo! Debía estar soñando, no se cuanto tiempo me perdí en mi mundo pero una voz que decía mi nombre me regreso a la realidad.

-¡Alaska! ¡Alaska!
-¿Qué pasa?
-¿Qué tanto ves? ¿Acaso te gusta?
-No, claro que no sólo me parece lindo. ¿Cómo se llama?
-Conor, Conor Reynolds
-Tiene nombre de modelo
-En lugar de ver chicos lindos deberías poner atención a la clase. La profesora no tardará en hacer que te presentes.
-¡¿Qué?! ¿Por qué tengo que presentarme?
-Porque es algo normal que se hace en todas las escuelas con los alumnos nuevos-dijo con una sonrisa burlona
-¡Señoritas! Si mi clase no es de su agrado, pueden retirarse
-No profesora, sólo le estaba pidiendo un lápiz - dijo Ruby.
-Tú debes ser la chica nueva ¿no es así?
-Si, soy yo Alaska Dinozzo, un gusto profesora...
-Profesora Danna, Danna Lewis espero que sea buena estudiante jovencita. Bienvenida al instituto.
-Por supuesto que sí, sólo debo adaptarme, y muchas gracias.
-Muy bien, prosigamos con la clase - justo en ese momento sonó la campana que indicaba la salida, ¡al fin a mi casa!

Pero justo cuando iba a salir por las puertas del instituto alguien me tomó del hombro y me detuvo, era James...
-Hola, ¿quieres ir a dar una vuelta?
-¿a dónde? - dije aguantando una leve risa
-Te puedo mostrar la ciudad
-Claro, sólo hay un problema
-¿Cuál?
-La ciudad es demasiado grande para recorrerla en unas horas
-Tienes razón-dijo sonando un poco avergonzado
-¿Quieres ir a mi casa? Te invito a comer, después me pones al corriente de cómo son las cosas en la escuela y si nos da tiempo salimos a dar una vuelta.
-Perfecto
-¿Cuál es tu auto?
-Ese de allá - dijo señalando un jeep, uno de mis autos favoritos
-Es hermoso, ¿hace cuanto tiempo lo tienes?
-Unas tres semanas
-Genial - dije mientras subí.
El auto aún tenía ese característico olor a nuevo, avanzamos sin poner música, ni hablar, ni siquiera le he dicho mi dirección ¿adónde vamos entonces?
-James...
-¿Sí?
-No te he dicho mi dirección.
-Oh, es cierto ¿dónde vives?
-Vas por buen camino, dobla a la siguiente calle, le das todo derecho durante ocho cuadras y luego vuelves a doblar a la izquierda y luego de nuevo a la derecha.
-Que rápido aprendes las direcciones- dijo soltando una risilla- Y dime, ¿te está gustando?
-¿Qué cosa?
-Esto.
-¿Dónde esto equivale a?
- La escuela, tu nueva casa, esta nueva ciudad... En fin todo lo nuevo.
- Para ser sincera, no me quejo. Pero como aún no me hago a la idea de que "esto" este pasando no puedo decidir si me gusta o no. Da vuelta ahí, estaciona el auto justo... aquí
- Tu casa es genial, ¿vives con tus padres?
- Eh... No... bueno, sólo con mi padre.
- Todo esta fantástico, es de un color muy bonito, es espaciosa... Vaya. Debió costarle una fortuna.
- En realidad no.
- ¿Qué dices?
- En su trabajo nos dan las casas cada que el se traslada de ciudad.
- ¿En qué trabaja?
- Es arquitecto
- Genial, ¿a qué hora llegará?
- En una media hora, vamos, entra ¡tenemos que ordenar la comida!

Momentos después de ordenar la comida llegó mi padre, para mi alivio no se sorprendió ni se enojó, todo lo contrario.

- ¡Alaska! ¡Ya llegué!
- Hola papá, él es James.
- Hola James
- Un gusto señor...
- Gabriel Dinozzo
Bip, Bip, Bip el repartidor estaba afuera y traía nuestra comida...

- Alaska, ¿Van a hacer alguna tarea en especial?
- Eh...no solo me va a explicar algunas cosas que me pueden servir para la escuela.
- Bien, entonces me retiro. James, estas en tu casa, bienvenido.
- Muchas gracias señor Dinozzo
- Por nada. Hija debo irme. Te veo en la cena.
- ¡Hasta luego papá! Muy bien James ¿vamos a mi habitación o a la sala?
- ¿En tu habitación hay un televisor?
-No
- Quedémonos en la sala.

Mientras fuimos por unas cosas que serían de utilidad (en su mayoría comida y bebida) nos recostamos en el sofá, encendí el televisor y puse la música que generalmente escucho, lo cual me reveló que James y yo tenemos los mismos gustos en cuestión de música.

- Dime, ¿en esta escuela tienen su clásico bando de chicas populares y extrovertidas?
-Eh... Si... ¿Supongo?
-¿supones?
- Bueno no se si entendí tu pregunta, hay unas chicas muy conocidas se llaman Sarah y Noah
- Entonces querido, ahi tienes tu bando de chicas populares- dije dando un sorbo a mí café.
- Si bueno, no estoy tan seguro, son de nuestra edad solo que van en otro grupo.
- Entiendo, háblame de Conor
- ¡¿Conor Reynolds?! ¡BROMEAS!
- No - dije en tono serio
- Es uno de los más codiciados, es "guapísimo", le gusta el deporte y además según las chicas es "A-D-O-R-A-B-L-E".
- Lo es.
- ¡no me digas que te gusta!
- No me gusta, no me puede gustar si no lo conozco. Sin embargo, su físico me atrae: eso es todo. Pero prométeme que no dirás nada de esto último.
- Lo prometo
- Ahora, hablemos de ti, ¿cómo va todo?
- Bien, supongo.
- Eso significa que no está mal.
- Si.
-Ok.
-Ok.
Luego de un silencio incómodo él hizo otra pregunta:
-¿por qué decidieron mudarse?
- Mi madre nos abandonó, hace menos de un mes. La verdad me comporté como una estúpida, no reaccioné como es debido y más en esta época donde es de lo más normal que los padres se separen si ya no se aman.
- No sabía que tu mamá también los dejó
- Si, pues ahora ya lo sabes ¿Qué otra cosa debería saber sobre ti?
- Realmente siempre llevé una vida muy normal.
- Me parece bien.
- Créeme que si
- ¿En esta ciudad dónde está el centro comercial?
- ¡Cierto! Te prometí que iríamos a dar una vuelta. ¿Te parece si vamos?
- Perfecto.

Una vez en camino al centro comercial llamé a mi padre y le dije que estaría ahí a tiempo para cenar, aceptó y cuando menos me di cuenta ya estaba frente a un gran edificio repleto de tiendas departamentales...

Alaska Dinozzo una chica popular, no tan popular. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora