Tres.

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Verónica.

Estar con el señor Bruce me convierte en un manojo de nervios. O debería decir Kendrick.

Cuando me sujetó de la cintura percibí lo poderoso que es, la diferencia de nuestras alturas y lo bien que se siente estar entre sus brazos. Él me desea, lo sentí contra mi. Pero algo mas veo en sus ojos, además del deseo era como si yo fuera quien pone la luna en su cielo.

Probablemente solo alucino. Kendrick es encantador y puede tener a cualquier mujer que desee ¿por qué se fijaría en mi?.

Viajamos en un silencio cómodo todo el camino como si fuera lo mas normal del mundo, ni siquiera recuerdo si le he dado mi dirección.

El auto se detiene en la calle frente al jardín de mi hogar, antes de que pueda dar las gracias y bajar del auto con los niños dormidos; Kendrick apaga el motor, baja, rodea y abre mi puerta caballerosamente justo como hizo cuando me subí. Me ayuda a bajar sujetando mi cintura y me libera delicado en el suelo como si fuera a romperme.

Como un par de imanes nuestras miradas se vuelven a encontrar, de repente siento mis labios secos y mi lengua los humedece. Su mirada anhelante cae allí y se inclina un poco mas cerca mezclando nuestros alientos.

- L-los niños - logré decir temblando, mis piernas parecen gelatinas.

Él solo asintió sin dejar de mirarme, tomó un cabello que se había zafado de mi cola de caballo y lo colocó detrás de mi oreja como un gesto familiar e íntimo.

Separándose de mi abrió la puerta de los asientos traseros y cargó a Ekram en brazos. Antes de que intentara alzar igual a Violeta me escabullí por el otro lado del auto y la cargué.

Caminamos por el camino de piedra hasta el porche donde golpeo la puerta.

- Muchas gracias Kendrick por traerme, no sé como devolverte el favor - rezo por dentro para que mi abuela pueda abrir la puerta lo mas rápido posible, mi pobre corazón no aguanta estar bajo la mirada cálida de Kendrick.

- Cena conmigo - dice sin dudar tomándome la palabra otra vez con la voz que usa para ser el jefe y todos le obedezcan.

Sorprendida formo una "O" con mis labios, abriendo y cerrando, sé que parezco un pez. Busco en mi mente una respuesta que suene segura pero la puerta se abre mostrando una figura.

- Por supuesto que cenará contigo - dice la voz emocionada de mi hermana y madre.

- ¡Mamá! ¡Jasmine! - chillo aun asustada por su intromisión. Violeta se remueve y yo acaricio su espalda calmándola. 

Kendrick muestra su sonrisa de comercial de pasta dental y asiente hacia ellas como un saludo.

- Mucho gusto, lamento no saludarlas correctamente. - dijo refiriéndose a Ekram que sigue en sus brazos profundamente dormido. No puedo culparlo, yo también estaría cómoda en ellos.

- Oh, lo siento, yo me ocupo - dijo Jasmine tomando al niño y entrando a la casa. - fue un gusto Señor Bruce - me advierte por ultima vez con una mirada de "sal con él a cenar sí o sí".

- Por favor llámenme Kendrick - sonríe encantador.

- Hasta pronto Kendrick - se despide mi mamá también tomando a Violeta y siguiendo a Jasmine me dice con la mirada "no lo arruines".

El hombre frente a mi ríe y me pregunto si mamá sí dijo eso o solo lo imaginé.

- Lo lamento - digo casi en un susurro por volver a estar solos, ya no estándar los niños para escapar de él y concentrarme en ellos.

- Deja de disculparte - 

Iba a pedir perdón por eso pero cerré mi boca sin saber que mas decir.

- ¿Si hay posibilidad de que aceptes mi invitación antes de que encuentres otra excusa para huir de mi?- me asombré por como sonó, sentí tristeza en su voz. 

Mi parte mas impulsiva me obliga a por primera vez en todo este tiempo no esconder mas lo que pienso y decirlo.

- Iré - 

- Gracias - siento como una tensión casi imperceptible abandona su cuerpo. - mañana pasaré por ti a las 18:30 - 

- Estaré lista - 

De nuevo su mirada y la mía se enredan. Con sus manos me atrae hacia él. Mi cuerpo se deja llevar fácilmente fundiéndose con el suyo. Solo nos miramos sin palabras de por medio. Bajando su boca a la mía nuestros labios se encuentran y sus manos acunan mi cara. Empieza en un movimiento suave, lento y dulce. Su lengua delineando mis labios, pidiendo permiso para ingresar el cual no dudo en conceder. Su calor es dulce y me derrito contra él dejando salir un gemido. Mi cuerpo responde a su toque y mis manos fueron a su cabello. Kendrick gruñe y ese sonido salvaje me afiebra más. Sus brazos se afianzan mas a mi como si no deseara que me alejara nunca.

Nos separamos por falta de aire y estoy segura de que no puedo estar mas sonrojada. El sonido del timbre de su teléfono le saca un gruñido y contesta de mala gana sin poder ignorar la llamada. Mientras escucha quien habla por el otro lado de la linea sus ojos siguen en mí; orgulloso del desastre que probablemente haya hecho con mi lápiz labial. No lo culpo, a mi también me gusta el desastre caliente de él con su cabello revuelto por mis manos, mi lápiz labial también manchando su boca y una prominente erección que me tiene deseando darnos el alivio que necesitamos.

- Está bien - finaliza la llamada y aprieta el aparato en su mano con fuerza. - Un problema con una de los proyectos en Chicago, tengo que viajar- dice con fastidio -  Volveré para nuestra cita mañana - suaviza al final. Asiento con miedo de que si hablo saldrá un balbuceo.

Me da un casto beso.

- Entra, cariño, quiero saber que te dejo sana y salva antes de irme - me impulsa con una mano en mi espalda baja.

- Hasta pronto - 

- Lo mas pronto que pueda - dice y cierro la puerta. Oigo como espera unos segundos mas en el porche y camina por la gravilla hasta su auto. Hasta que no escucho el arranque del motor no me muevo.

Suspiro sin poder creer todo lo que está sucediendo. El hombre del que llevo platónicamente enamorada por dos años me ha invitado a salir. Esto es de locura. Probablemente ya se ha aburrido de las experimentadas y estilizadas mujeres con las que debería salir un hombre como él y ahora busca lo que hay al fondo del barril. 

- Cuéntanos todo - giro y están mi hermana, mi madre y la abuela con los brazos cruzados y  sonrisas en la cara.

- Voy a ir a una cena - digo tímida.

- Con tu jefe - dice mi madre.

- Con el que te acabas de besar - dice acusadora Jasmine señalando mis labios.

- En el frente de tu casa como una colegiala enamorada - finaliza la abuela.

Cubro con mis manos mi boca tratando de esconder el desastre que Kendrick dejó.

Créditos de la imagen a su respectivo creador.

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Y para carlaantonel gracias nena por el apoyo.

Nos leemos luego

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