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Mientras Jughead y Verónica se encontraban en aquel bar, Betty por su parte tenía un importante trabajo en el lado Sur de Riverdale. Pues le habían hecho una llamada diciendo lo que tenía que hacer junto al FBI, claro que ella no había querido ir, pero aunque estuviera deprimida y rota por dentro, ella aún era la mejor periodista de todas y era su trabajo.
— Toc-Toc, ¿puedo pasar? —la voz de Archie, tocando la puerta de su habitación que estaba abierta, la hizo girar con una pequeña sonrisa mientras se colocaba unos pendientes plateados.
— Adelante, Arch. —Betty sonrío al pelirrojo, secándose unas cuantas lágrimas que habían caído al recordar a Jughead y toda su historia con él. — Puedes pasar. Aunque no tenías que tocar, la puerta estaba abierta.
— Pero aún soy un caballero. —rió Archie, causando una breve risita en Betty, y se aproximó a ella. Entrando en la habitación y admirando su belleza. — Te ves hermosa.
— Gracias. —esbozó una sonrisa ante su halago. — Normalmente no usaría algo así de descubierto, ajustado y diminuto, pero se supone que voy de encubierta a un bar... Ni siquiera sé cómo se llama. —rió. — Pero me haré pasar por una de las chicas que bailan. Creo que será divertido y servirá para distraerme un poco. Cheryl y Toni cuidan a mis hijos.
— ¿Betty Andrews bailando en un tubo?, mm... ¿En dónde vi eso? —Archie dijo divertido, mirándola con una ceja levantada y causando que Betty rodara los ojos divertida.
Aunque, cuando prestó más atención a sus palabras, algo en su cerebro hizo clic y se dio cuenta de lo que decía... "Betty Andrews". Era verdad. Ella aún seguía casada con Archie y era "Elizabeth Andrews". Aunque todavía no hubiera cambiado su apellido oficialmente.
— No lo viste, y no lo vas a ver. Así que ni te emociones, golden boy. —dijo Betty divertida ante sus gestos, mientras tomaba en sus manos un collar que hacía conjunto con los pendientes y lo ponía alrededor de su cuello. — ¿Me lo puedes poner? Por favor.
— Claro que sí. —asintió de inmediato, tomando el collar en una de sus manos y con la otra corrió su cabello al otro lado, mientras cerraba la joya con cuidado alrededor de su cuello.
Pero sin poder evitarlo, Archie acarició su cabello rubio, después las yemas de sus dedos acariciaron la suave piel de su cuello que estaba moreteada por los constantes abusos de Jughead, y sus labios se unieron para depositar un beso persistente en el moretón.
— ¿Archie, qué estás...?
Pero Archie ignoró sus palabras, bloqueándolas y no dejando que arruinara el momento. Mientras daba besos en su cuello un poco más lánguidos.
— No, Archie, para. —Betty se alejó, incómoda por aquellos besos de esa forma y se giró para mirarlo. — ¿Qué te pasa?
— Te amo, Betty. —confesó, causando sorpresa en la rubia, mientras se acercaba para tomar sus manos entre las suyas. — Siempre te he amado. Desde que éramos niños de 10 años. Es por eso que tú y yo tenemos que estar juntos. Estamos casados.
— Me dijiste que amabas a Verónica. ¿Qué te sucede? —se quejó la rubia, caminando de a poco hacia atrás mientras él se acercaba más y más. — Tú no me amas a mí, jamás lo hiciste y jamás lo harás. Y yo tampoco te amo a ti. Yo amo a Jughead, ¡y tú lo sabes!
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𝗛𝗘𝗟𝗟
Non-Fiction𝐇𝐞𝐥𝐥 | 𝗗𝗘𝗦𝗖𝗢𝗡𝗧𝗜𝗡𝗨𝗔𝗗𝗔. Después del cielo, después de que él la había llevado a tantas partes sin salir de la habitación. Después de todo el placer, todo el dolor, los golpes y azotes, después de que él la liberara y le quitara las e...