Nathan caminaba despacio, aunque el bullicio del lugar era fuerte sentía que estaba absolutamente solo, de algún modo por querer ayudar se encontraba metido en problemas, si David había derramado algunas lagrimas por la simple posibilidad de que alguien lo encontrara, ahora era él quien lo entregaba, odiaba esa cobardía que siempre lo tenía preso cuando algo salia mal, por pequeño que fuese el problema, era el tipo de persona que quería correr, esconderse y jamas volver a mostrar su rostro.
- Te demoraste bastante - La voz de David lo sacó de sus pensamientos - ¿algo interesante?.
- No mucho, me perdí un poco pero todo está bien - esto le hizo gracia, no debía mentir, pero ¿qué mas podía decirle?.
De ahí en adelante la cena transcurrió con total normalidad, los guías se encontraban comiendo en una zona exclusiva para ellos, no fue mucha la charla que tuvieron, de vez en cuando Marcos y Nathan intercambiaban miradas, también podía ver como el director Miguel charlaba con unos de los cuantos hombres de seguridad. Al terminar se acerco a una pequeña plataforma donde había un micrófono, tomando aire y acomodando sus lentes, se dirigió a todos los presentes.
- Buenas noches estimados estudiantes, bienvenidos al colegio San Patrick, o como ustedes lo conocen, su segundo hogar, esperamos que este año sea mucho mejor que el anterior, con mas éxitos y menos inconvenientes, no olvidemos que todavía hay entre ustedes algunos que no han comprendido lo que supone ser un hijo de San Patrick, esto lo digo porque ha ocurrido un pequeño problema hace apenas unas horas. - tanto de Nathan como la de David se volvieron de hielo, una pausa en el discurso del director para toser un par de veces hacía que la expectativa de los presentes aumentara. - El guía Lucas ha encontrado algo que nos ha parecido de lo mas particular y merece atención especial, se trata de una chiquillada por ahora, así que no hay de que preocuparse, pero pensando en primero en su seguridad claro está, hemos decidido hacer una pequeña búsqueda entre sus pertenencias para encontrar cosas indebidas. - Todos en la mesa intercambiaron miradas.
- Podrán pasear por la plaza mientras terminan la búsqueda en sus dormitorios, luego podrán volver- con estas palabras, el director dio por terminada la intervención y el refectorio fue vaciándose poco a poco, nadie decía nada, Marcos se retiro con Chris al intercambiar un par de palabras, Nathan desconocía de donde había sacado las pinzas para romper el candado pero seguro que eso le traería problemas.
- Estoy seguro de que será mi última noche aquí - La voz de David apenas era audible.
- No pienses eso, todo estará bien -cada palabra le parecía mas falsa que la anterior, desde lo que sucedió no había parado con los golpes de pecho, ahora todos sus compañeros pagaban las consecuencias de sus actos.
No tardaron en salir del edificio varios hombres con algunas bolsas negras, todo el mundo entró en silencio y cada uno fue a su dormitorio, Marcos buscaba como loco pero no logró encontrar nada, esté le pidió a Nathan que le acompañase un segundo.
- ¿Qué se llevaron tuyo? - Nathan dudo un segundo en responder, en ese momento su mente se ilumino, aunque no sirviera de mucho en caso de que se quedará podría salvarse con sus compañeros de cuarto.
- Falta el diario de David. - dijo esto bajando la mirada.
- ¡Maldición! - Marcos apretaba sus manos con fuerza.
Ninguno dijo mas palabra, ambos entraron al dormitorio y pronto todo el mundo fue a dormir, Nathan no pudo conciliar el sueño así que se dedico a mirar el techo pensando en que pasaría al día siguiente, así fue durante un tiempo hasta que escuchó como David lloraba.
- Oye, pssss. - Nathan se bajó de la cama despacio para no despertar a nadie y toco el hombro de David que estaba bajo las sabanas.
- Lo lamento, no pensé que estuvieras despierto. - el pelinegro limpiaba sus lagrimas con su manga.
- No pasa nada... sabes, dijiste que está cama te haría mal, ¿por qué no duermes en la mía? dices que solo estarás esta noche, luego usaré la tuya para guardar cosas. - Había tenido la idea de cambiar sus camas hace unas horas, pero no sabia si sería una buena idea, sonaba extraño.
- Eres un idiota, pero si me voy, espero que por lo menos sea con buena salud - David sonrió, se levantó y caminó hasta la otra cama, luego de un "buenas noches" no se escucho mas que su respiración.
Esa noche había Luna llena, Nathan podía mirarla al estar acostado, no sabía como, pero lograría recuperar su diario aunque le expulsaran, la luna sería testigo del primer y quizá único acto de valentía que haría en San Patrick.
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- No has parado de estornudar en toda la mañana - le decía a Marcos mientras ambos caminaban al refectorio y extendía otro pañuelo,
- No creí que lo de enfermarse fuera cierto - un estornudo terminó con la frase.
- Nunca lo había hecho tanto, eres el primero que se contagia en una noche - las risa de David no esperó - La luna llena hace que sientas mas frío y parece que te quedaste dormido sin arroparte, así que eso lo explica - otro fuerte estornudo separo a ambos muchachos.
- Me siento fatal - la voz de Nathan apenas se entendía por la congestión - me duele la cabeza - un estornudo volvió a sonar por el pasillo.
- Será mejor que te lleve a la enfermería. - dicho esto, en lugar de tomar la ruta hacía uno de los edificios en los que iniciaban las clases antes del desayuno, ambos amigos se dirigieron hacía el que pertenecía a la parte administrativa, allí también se concentraban las oficinas de los guías, aunque eran varios, algunos por su tiempo y servicio a la comunidad desde su profesión poseían una, ambos entraron al vestíbulo, desde la entrada se podía ver fina decoración sobre un piso que parecía de mármol, David se acerco hacía una mujer de edad que estaba tras un recibidor.
- Buenos días katherin - dijo David con una sonrisa. - mi amigo necesita visitar a la enfermera, no se siente muy bien.
- Buenos días... - la mujer se quedó pensando el nombre del muchacho que le había hablado.
- David - el pelinegro acompañó está respuesta junto con una ligera carcajada- ya van varios años y ¿aún no lo recuerdas?.
- Es solo para molestarte- la señora sonrió y acomodo su cabello canoso. - La enfermera no se encuentra en esté momento, pero el muchacho puede seguir y esperarla- un fuerte estornudo hizo eco tras de David mientras conversaban.
- Nathan es nuevo, en su estado no creo que pueda llegar solo - dijo a katherin mientras le guiñaba el ojo.
- Esta bien - respondió la mujer - acompáñalo, pero ya sabes que me debes. Estas palabras hicieron que el pelinegro se sonrojara un poco y soltara una leve risa.
Ambos caminaron y Nathan entró y subió las escaleras junto al pelinegro, al llegar a la segunda planta, se podía observar el pasillo amplio, empezaron a caminar y Nathan notó que todas las oficinas tenían una estructura similar, una puerta con el nombre de la persona a la que le pertenecía grabado y una gran ventana que mostraba el interior de su oficina.
Nathan se detuvo un momento mientras veía la puerta del guía Lucas, solo ver ese nombre le traía los recuerdos de la noche anterior. Al parecer él no fue el único que se detuvo para observar, David se quedó sin palabras al notar que su pertenencia mas valiosa se encontraba sobre el escritorio del guía con un candado casi roto.
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Déjame decirte "Te quiero" una vez mas
Teen FictionNathan es un muchacho listo que acaba de entrar en el prestigioso internado masculino San Patrick, ¿algún problema?, sí, Nathan es un muchacho homosexual, esto, desde que le dijo a sus padres no hace mas que traerle problemas. Secretos, emoción, eno...