Nathan se encontraba bajando las escaleras, que aunque no recordaba lo habían llevado a la quinta planta del edificio donde los estudiantes dormían, delante suyo se encontraba David bajando la escaleras, sabía que un mal movimiento podría generar el mayor revuelo que había tenido en su vida, el diario seguía debajo del sweter que utilizaba.
- ¿Sueles bajar las escaleras tan lento? - comentó David sin mirar atrás.
- Lo lamento, me siento algo cansado, aún no me termino de acostumbrar a este lugar. - respondió Nathan con la mejor excusa que en ese momento se le ocurrió.
- San Patrick es... como decirlo sin que suene mal. - hubo un momento de silencio mientras ambos terminaban de bajar las escaleras y salían del edificio por una calle que conducía a un arco de piedra que a pocos metros conectaba con un camino hacía la plaza central, Nathan no dejaba de preguntarse como era posible no haber notado nada de aquello, no solía ser muy despistado esto, le desconcertaba. - San Patrick es el lugar que pretende que todo sea perfecto, donde todo el mundo calza en el molde, algo como un reloj, todas las piezas son exactas.
- Pero, ¿qué sucede cuando las piezas no... encajan?¿qué pasa si son diferentes?- contestó Nathan, que en ese momento caminaba junto al pelinegro y mantenía una mano sujetando el diario para que no se cayera.
- Es una buena pregunta -respondió con una sonrisa- los guías piensan que ese tipo de piezas pueden pulirse, quitarle lo que les sobra y ponerle lo que les falta... pero, solo ellos lo ven así, tanta perfección fingida, tantas reglas solo terminaron por asfixiar a todo el mundo.
- Pero nada pueden hacer, ¿verdad?, es decir, leí el reglamento, cualquier falla se castiga como si fuera un crimen, ¿cómo lograr vivir con ello estando en desacuerdo? - preguntó Nathan mientras miraba al pelinegro a la espera de una respuesta.
- No eres el primero que se pregunta como escapar - dijo esto mientras una pequeña sonrisa se formaba en su rostro, era la primera vez que lo veía hacer eso - la respuesta es mas sencilla de lo que parece, les hacemos creer que somos lo que ellos quieren, que jamas romperíamos un plato, que somos esos zombies santos que tanto anhelan, pero...- aunque no menciono palabra alguna, fue mas que suficiente para darse a entender.
- ¿Mienten? - la cara de Nathan expresaba desconcierto, el mentía pero solamente cuando consideraba que era absolutamente necesario - eso está prohibido para nosotros, tu no eres...
- Yo creo en lo mismo que tu- La respuesta dejo a medias las palabras de Nathan - pero piénsalo, ¿qué mas podríamos hacer?, nos quieren hacer renunciar a todo, ¿donde queda que yo soy dueño de mi vida? - estas palabras dejaron a Nathan en silencio, siempre había obedecido lo que su padre le ordenaba, entendía que el auto sacrificio era muestra de amor y que el amor lo es todo, pero ¿hasta donde era posible llegar con ello? - Y no solo mentimos, actuamos, nos escondemos, todo para hacer lo que queremos sin tener problemas con ello.
Cuando David dijo estas palabras ya habían atravesado toda la plaza y se encontraban entrando en lo que parecía un gran salón, el refectorio tenía dentro varias mesas en las que se distribuían por todo el lugar, desde los pequeños que iban para cursos inferiores hasta los que este año terminarían su estudio, todos comían en un solo lugar, podía distinguir el olor a comida fresca a la vez que escuchaba como reían y el bullicio se extendía a cada rincón.
- Lamento todo eso, solamente que me pone un poco enojado pensar en el tener que estar aquí- esto lo dijo con una sonrisa mientras ambos avanzaban a sus lugares en las mesas y se sentaban.
- No pasa nada, puedo entenderlo, por mi parte, siempre he tratado de encajar no tener problemas.- esto último hizo que Nathan bajara la mirada.
- No te preocupes, una temporada aquí te enseñara algunas cosas que no se aprenden en otras escuelas. - dijo esto guiñando un ojo.
- ¿Cómo puedes hacerlo? - David no entendió la pregunta ya que miró confundido a Nathan - el sencillamente ir en contra de lo que te dicen porque tu lo prefieres así.
- Piensas todo demasiado, pero creo que es sencillo, a veces hay que hacer cosas aunque no estén permitidas y no hacer algunas que si lo están.
En ese momento el estomago de Nathan hizo un sonido, tenía hambre y no había ido al baño en todo el día, con un ademan le señalo a David que volvería pronto, y se dirigió a los cuartos de baño que estaban cerca a la entrada.
Una vez estando ahí sacó el diario y lo dejó cerca de los lavamanos, un poco mas y hubiera caído en medio del suelo mientras caminaba, dejó correr el agua y se echo un poco en la cara para despertar, tenía algunos pensamientos revueltos, en definitiva este no parecía demasiado el lugar pacifico sobre el que había leído en Internet.
En ese instante la puerta se abrió dejando ver al guía Lucas, esto le sorprendió ya que reía que ellos tenían sus propios baños, en ese instante Nathan se coloco frente al diario con el fin de esconderlo.
- Buenas noches, ¿Cómo se encuentra usted? - dijo el hombre calvo mirando al muchacho quien parecía a sus ojos estar algo nervioso.
- Buena noche, me encuentro bien y espero que usted tan bien - Nathan se esforzaba porque las palabras salieran fluidas - pensé que los guías tenían su propio baño.
- Es cierto, soy algo sensible de estomago, no creo poder llegar muy lejos, así que opte por entrar aquí - esto para Nathan fue asqueroso de oír -Le noto algo raro, ¿esta seguro que se encuentra bien? - con cada palabra que decía trataba de mirar que era lo que se encontraba en a espaldas de Nathan mientras este intentaba tomar el libro con sus dedos.
- Si, me encuentro bien - Sus palabras perdieron toda credibilidad posible.
- Qué guarda en su espalda - Estaba perdido, lo habían descubierto - sabe muy bien que tipo de castigo puede concebir el traer artículos prohibidos... soy un hombre viejo, entrégueme lo que tiene y no habrá castigo, o ¿quiere que sus padres se enteren que puede ser expulsado apenas llegar?. - estas palabras retumbaron en la cabeza de Nathan, quien, temblando un poco entregó el diario de la persona con quien había tenido una conversación mas larga en lo que había llegado, el problema del diario ya no era solamente de Marcos, por ser a quien lo tenía ya estaba involucrado.
- Un libro, tiene seguro... ¿tanto alboroto por esto?, me parece tonto, pero quisiera asegurarme de que no haya aquí nada malo, solo por formalidad - una sonrisa maliciosa se formó en los labios del guía Lucas.
- No puedo hacerlo... - La voz de Nathan parecía como un susurro - el diario no es mio.
- Conque no sabe lo que tiene y trata de ocultarlo, será interesante abrirlo y ver que tiene, hasta nueva orden queda decomisado y usted tiene que decirme el nombre del estudiante al que pertenece.
Nathan dudo por unos instantes si debía delatar a Marcos, ya había entregado su posesión mas valiosa, un acto que para él podía ser llamado traición, sus labios temblaban, nunca había estado en una situación así.
- Le repito señor, quiero, no, exijo que me diga el nombre del estudiante al que pertenece- Nathan estuvo a punto de decir en un susurro el nombre de David, tal vez con esto el castigo sería menos severo, en ese instante un estudiante de cabello rojo y ojos de color verde entró al baño y se quedo sorprendido ante la escena que estaba presenciando - Bueno, señor Torres, ya sabe, debe buscarme mañana en la tarde para que terminemos de discutir este asunto, mientras tanto yo me quedo con esto, puede retirarse.
Nathan salió rápido de ese pequeño lugar dejando a los presentes solos, algo de él se había derrumbado, algo en él sentía que merecía un peor castigo que la golpiza que le daría su padre si lo expulsaban.
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Déjame decirte "Te quiero" una vez mas
Fiksi RemajaNathan es un muchacho listo que acaba de entrar en el prestigioso internado masculino San Patrick, ¿algún problema?, sí, Nathan es un muchacho homosexual, esto, desde que le dijo a sus padres no hace mas que traerle problemas. Secretos, emoción, eno...