NOCHES DE INSOMNIO

PESADILLA ETERNA

Me siento en el borde de mi cama con lágrimas en los ojos mientras observo su rostro en la foto que sostengo en mis manos, se veía hermosa, su cabello largo ondulado se esparcía por todo el lugar gracias al viento fuerte y esa sonrisa suya que tanto me encantaba iluminaba la fotografía, dejando de lado mi cara inexpresiva y llevándose todas las miradas, como siempre solía hacerlo...

Ya estoy cansado, de despertar todas las noches a causa de estas terribles pesadillas, no he dormido en días y esta carga que llevo sobre mis hombros cada vez pesa más, quisiera poder olvidarlo todo, pero esto es algo con lo que tendré que vivir para siempre. Alguien toca la puerta, sé que es él, puedo escuchar su respiración e imaginarme su rostro acusatorio, cuando supo la verdad solo sonrió y me dijo "para eso están los amigos, yo te ayudaré" pero muy en el fondo yo sé, que detrás de esa sonrisa, él me juzga, me ve como un monstruo y la idea de que lo sepa todo me tiene muy ansioso... Mis pensamientos se ven interrumpidos, cuando entra a mi habitación y se sienta a mi lado.

- ¿Estás bien? – dice con cautela, mientras toca mi hombro.

- Sí, solo son de nuevo las pesadillas, tendré que tomar alguna pastilla, llevo días sin poder dormir bien.

- Tranquilo, todo estará bien, podrías ir a ver algunos sitios para que te ayuden – retira la foto de mis manos y me mira para ver mi reacción.

- ¿Qué centros? Se claro, ¿estás insinuando que me interne en un lugar de esos para locos? ¡no estoy enfermo! Malditasea, tú también me ves como ella - callé abruptamente mientras las lágrimas corrían por mi rostro.

- No, cálmate por favor, lo lamento, fue mi error, no volveré a hacer ese tipo de comentarios, deberías de tratar de descansar un rato, toma una ducha caliente y bebe esta leche tibia que te dejé en la mesa, te quiero amigo – dijo mientras salía de la habitación.

Después de aquella conversación supe que ya no lo tenía de mi lado, siempre fue así no sé porque me sorprendía... por eso ahora en su funeral, no puedo derramar ni una sola lágrima.

Estoy parado en el último piso del edificio más alto de la ciudad, la brisa golpea mi rostro y siento como la lluvia moja todo mi cuerpo, caigo al vacío, puedo sentirlo, mi corazón se acelera, mi respiración se vuelve inestable e impacto sobre la acera, escucho el sonido de mis huesos quebrarse, uno a uno, es insoportable, estoy desesperado pero no puedo hacer nada, solo debo soportar un poco más, pronto acabará. La veo desde lejos, me observa desesperadamente, mientras intenta abrir el vidrio en el que me encuentro atrapado, siento como poco a poco me voy asfixiando por el humo pero de todas maneras lucho por romper el cristal, el calor me sofoca, mi piel no lo soporta y comienzo a derretirme como si de un muñeco de cera se tratase, aún así no me importa, recuerdo verla hasta cerrar los ojos. Ahora la calle está llena de autos, yo estoy en el centro, mi ansiedad crece al sentirme acorralado, necesito correr para ponerme a salvo pero un carro me golpea haciéndome retroceder varios metros, cuando intento ponerme de pie algo impacta sobre mi cabeza provocando que mi cráneo se abra y parte de mi cerebro explote, estoy tendido en el pavimento mientras la sangre corre, pedazos de mí están regados por todo el lugar y cuando pienso en que no podría ser peor,  la carga de una camioneta termina dándole fin a mi suplicio. Todo ha acabado o eso pienso hasta que observo como un montón de rostros me miran, siento la necesidad de confesarles mi más grande secreto, tengo que hacerlo, pero algo me lo impide, una bala impacta en la parte trasera de mi cabeza, sé que fue ella porque puedo percibir su perfume, todo se vuelve negro.

Abro los ojos, estoy en mi cama, bañado en sudor, no puedo seguir viviendo así, aquella pesadilla se repite una y otra vez ¡no puedo más! Ellos lo saben, yo lo sé, puedo sentir como hablan de mi a mis espaldas, nadie me lo dice pero están asustados, son tan hipócritas, me abrazan y consuelan por la muerte de mi novia y de mi mejor amigo pero me culpan de ello, sus ojos lo revelan, es ahí donde está la verdadera esencia de cada ser.
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Visto elegantemente mientras me subo a la tarima, todos mis amigos y familiares están entre el público, cuando las luces se apagan y una sola me ilumina parado ante un micrófono junto a una mesa con un objeto misterio comienza mi liberación...

- Buenas noches a todos les agradezco enormemente por haber aceptado mi invitación, entiendo que muchos se sienten confundidos pero todo se irá aclarando poco a poco, desde donde estoy ustedes me pueden ver más no alcanzar, esto lo hará todo más fácil. ¿Quieren saber que dijo mi novia antes de morir? Me dijo te odio mientras mis manos apretaban su cuello hasta dejarla sin oxigeno, recuerdo su boca abierta y sus ojos desorbitados a causa de la presión, no puedo evitar sonreír al revivir ese momento, sus gritos se escuchaban por todo el lugar, ¡vaya! No me miren así ¡por Dios! yo sé que todos la querían muerta, les ahorré el trabajo, deberían de agradecerme, sé muy bien como se sentían porque yo me sentía igual, ella siempre era el centro de atención, tan inteligente y bella, iluminaba con luz propia a donde llegara y nosotros los simples mortales nos veíamos opacados por su dulzura. El único que sabía mi secreto era mi mejor amigo pero como ustedes saben murió hace algunos días, los frenos de su auto fallaron ¿quién dijo que fue un accidente? No sean hipócritas, siempre me culparon a mí de sus muertes, en sus ojos podía ver como me miraban ¿temor? ¿odio? ¿desconfianza? No sé que era, el caso es que ahora que por fin me he liberado, podré acabar con mi tormento, llevo días sin dormir a causa de esas malditas pesadillas. Como pueden observar esto es una navaja y está muy filosa, la sangre me gusta y más cuando corre por mis manos, un pequeño corte en mi cuello y todo acabará, vamos no se alarmen, esto es lo mejor...

Sin pensarlo 2 veces realizo el corte, no me dolió, estoy maravillado, mi propia sangre me está matando ¡soy libre! Nunca me había sentido tan bien en toda mi vida, este pequeño instante es la felicidad para mí, comienzo a descender lentamente mientras todos los asistentes gritan ¡qué dicha!