Capítulo 2

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Algo de esfuerzo le costó a Rapunzel hacerse notar por el joven que ocupaba sus pensamientos y que parecía andar en su propio mundo ocupado en las cosas que más amaba estudiar y jugar fútbol.
Primero intento explotar su belleza natural mediante consejos de sus amigas. Cambio el peinado que había llevado toda su vida y de manera casi imperceptible puso color en sus mejillas y sus labios. Pero apesar de que su nueva apariencia hizo girar más de una cabeza en los pasillos del colegio, el causante del cambio ni la miró. Algo desilucionada pensó en volver a su apariencia de antes, pero sus amigas la convencieron de que nunca se había visto mejor así que optó por seguir cuidando de forma más dedicada su cabello y de vez en cuando maquillándose de una forma que no encontrara exagerada.
Eugene, mientras tanto, continuó con el ritmo de su vida que siempre había llevado, sin saber la forma en el que alborotaba el corazón de Rapunzel. A poco más de un año para graduarse y para contribuir al dinero que sus padres juntaban para enviarlo a estudiar lejos consiguió trabajo como repartidor de comidas. Un trabajo que le resultaba divertido y además le daba oportunidad de usar la motocicleta que durante meses acumulado polvo en la cochera.

Una noche, la última de sus entregas lo llevó a una casa que nunca había visitado, donde un hombre algo malhumorado que lo miró de pies a cabeza estuvo apunto de no pagar la comida porque había llegado cuarenta y cinco segundos después del tiempo establecido. Algo incómodo dejó la casa del hombre sin que le dieran las gracias y tuvo la mala suerte de que su motocicleta se negaba a encender. No conocía el barrio y no tenía una forma de avisar al restaurante sobre el inconveniente. Caminó por una calle estrecha buscando algún teléfono público y al pasar por delante de un jardín muy bonito , vio que cerca de la puerta principal de una casa, había una chica leyendo sentada en un pequeño mueble.

- disculpe señorita - le dijo imprimiendo le a su voz toda la amabilidad del mundo. La chica dejó, el libro, levanto la vista y lo miro directamente poniendo su rostro una expresión de sorpresa. Parecía tan turbada que el libro cayó de sus manos.

- no quisiera molestarla, pero me permitirá usar su teléfono, es para una emergencia - dijo Eugene. La chica parecía no poder articular una palabra.

Quédate Conmigo Eugenzel (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora