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Lluvia, humedad, oscuridad, relámpagos en medio de semejante tormenta, calles bañadas por una ligera luz que el Sol reflejaba por medio de la Luna ya que no había electricidad en toda la ciudad; en otras palabras la noche perfecta para salir a matar por lo que me puse mi sudadera blanca, tomé la pequeña mochila negra de tela donde guardo las llaves, el celular, mi libreta junto con una lapicera negra, cuerda, mis cuchillos y un paquete con la inscripción de PLAN B en el dorso. Luego de esto salí de casa. Hoy no quería alejarme, trabajaría por la zona ya que hace mucho no lo hago y levantaría sospecha.

Después de media hora de caminar llegué al centro de la ciudad y me senté en un banco de la plaza. Abrí mi mochila, busqué mi libreta y comencé a leer los nombres que había anotado y a comparar mi posición con la de las casas de cada una de las personas que allí estaban escritas:

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Rosario Fortuna... vivirá hasta el próximo recorrido local, si no cambia su actitud para con los demás muere de lo contrario, vive.

✳Carlos Protina, ¿qué hace aún aquí? el chico murió por causas naturales hace dos meses -tachado-

Lourdes Danchale se mudó a Chile, debo cambiar su ficha a la sección C de internacionales.

✳Rodrigo Monzón... historial bastante pesado, suele maltratar a niños pequeños, irrespetuoso con los padres, ignoró mis advertencias tan preciadas que solo doy en casos especiales y vive acá cerca. Grupo Sanguíneo: A+ colecta del 93, la de esta noche será sin dudas una buena cosecha.

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Cerré la libreta, guardé todo en mi mochila y camine 45 minutos hasta llegar a la casa de mi presa. Vivía en el tercer piso de un edificio con ventana al frente por lo que se me haría mas sencillo entrar. Trepé por un árbol hasta llegar al balcón del segundo piso, tomé mi cuerda y la tiré al balcón de arriba, una vez asegurado todo subí.

Entré sigilosamente al departamento que para mi fortuna tenía mal cerrada la ventana, respiré hondo y me detuve a escuchar. Luego de un par de minutos me dirigí a la última puerta del pasillo y me lo encontré ahí, durmiendo junto con una joven atada de pies y manos que supuse que se había dormido luego de tanto llorar ya que su maquillaje estaba horriblemente corrido. Si no se encontrase de esa forma la hubiese matado junto con él ya que los acompañantes dificultan demasiado mi trabajo, pero luego de la muerte del pequeño Thomas me prometí a mi misma matar solo a aquel que se lo mereciese. Odiaba hacer esto porque me rebajaba pero al mismo tiempo me encantaba hacerlos sufrir. Fui al baño con el PLAN B en manos y luego de 5 minutos volví a la habitación con un muy corto short de cuero negro tiro alto en lugar de mis leggings y un top blanco en lugar de mi sudadera. Me acerqué sigilosamente y me senté en sus piernas inclinánrostro hacia su rostro tapándole la boca con uno de mis dedos y acariciándole la cara y el rostro con la otra mano.

Rubén Doblas, la victima más difícil de matar (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora