Capitulo 4

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Al finalizar el primer día de academia para nuestros futuros shinobis, decidieron ir a comer ramen al lugar favorito de Boruto, "Ichikaru Ramen".

Como Suki no tenía mucho que hacer decidió acompañar a su hermano y su grupo de amigos; por un momento pensó en hablarle a Shikadai y disculparse por como lo trató en la sala de clases, pero Suki no siempre era tan valiente frente a situaciones tan comprometedoras. El Nara por su lado, mantenía su mirada fija en la pequeña Yamanaka y se maldijo a si mismo por joderla siempre con sus comentarios, suspiró y se acercó a ella.

Suki – mencionó Shikadai mientras posaba su mano en el hombro derecho de la chica - ¿podríamos hablar un momento? – dijo rascándose la cabeza mientras apartaba su mirada.

Está bien – contestó Suki – Vamos a las rocas de los hokages, ahí podremos hablar tranquilos – le dedicó una leve sonrisa y Shikadai se sonrojó levemente, estaba nervioso y era raro que su "amiga" aceptara amablemente el conversar.

Cuando Suki y Shikadai desaparecieron de la vista de sus amigos, Inojin bufó, la verdad es que no era tan tonto como para no notar ni escuchar lo que sucedía entre ellos dos. Era extraño, a Inojin le gustaba lo que pasaba, no quería que nadie tuviera a su hermana, se acercara a ella, la abrazara y le dijera cosas lindas... él estaba ¿celoso? Claro que no, o eso creía nuestro artista; De la nada Inojin formó un puño en ambas manos, pero la voz de Boruto lo llevó a la realidad.

¿Qué te sucede Inojin? – preguntó el Uzumaki, luego dirigió su vista hacia atrás – ¿Qué pasó con Suki y el vago de Shikadai? Quizás fueron por allí a besarse – Dijo mientras abrazaba a Mitsuki y fingía que lo besaba, mientras este tenía una ligera sonrisa.

Cállate – Dijo cortante el Yamanaka – Me largo – Y así es como Inojin muy molesto se fue a su casa, la verdad estaba furioso y sabía que si se quedaba ahí escuchando las bromas de Boruto, terminaría matándolo.

Vaya, que lunático – Dijo Boruto – Bueno, Iwabee, Denki y Mitsuki, ¡Vamos a comer, dattebasa! – Mencionó muy feliz.


.-Con Suki y Shikadai-.


Y... ¿de qué quieres hablar Shikadai? – Dijo Suki algo nerviosa mientras miraba el cielo.

Verás, yo... bueno, es que yo... - Shikadai no podía articular ninguna palabra, estaba nervioso, la presencia de Suki, el estar ellos solos y el no haber planeado nada terminó cayéndole como un balde de agua fría, estaba muerto, pero feliz. Shikadai se tomó su tiempo, respiró profundamente y soltó lo primero que se vino a su mente.

¡Lo siento tanto por ser tan tonto, pero yo te quiero tanto, lo siento! – gritó el Nara

¿¡Q-qué!? – Suki puso ambas manos en su rostro, estaba roja como un tomate - ¿Qué has dicho?

Pues, dije que me disculpes por ser tan tonto – Contestó Shikadai

No, no, lo otro – Dijo Suki nerviosa esperando su respuesta

No sé de qué me hablas – Mencionó este.

Está bien – Suki se puso seria, se levantó dispuesta a irse, pero Shikadai la detuvo.

¡Hey! No te vayas, en serio lo siento – Dijo él.

Ok, estás disculpado, me largo – Suki sacó un pergamino y dibujó una ave sobre éste - Ninpou choujuu giga – Formó una especie de sello y un ave hecho de tinta salió del pergamino, Suki se subió sobre éste y se marchó, dejando al Nara confundido y enojado consigo mismo.

Soy un estúpido... lo siento, no debí fingir... debí decirte que te quiero, que me gustas, pero yo, yo te perdería – Dijo Shikadai mirando en la dirección en la que se fue su amada y sintió que le dolía el corazón, nunca se había comportado tan idiota, pero cuando estaba con ella él dejaba de pensar.


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Suki llegó a su casa y rápidamente subió las escaleras hasta su cuarto, Ino llamó a su hija porque le pareció que le ocurría algo malo así que mandó a Inojin a hablar con ella; Inojin subió hasta el cuarto de hermana, golpeo tres veces y abrió lentamente la puerta.

Eh, Suki ¿estás bien? – Inojin vio a su hermana tendida boca abajo en su cama, se acercó a ella mientras le decía – Oye, mamá está preocupada y ya sabes que no querrá verte triste o subirá y no te dejará en paz y yo sé como eres t... - No terminó de hablar porque su hermana levantó su rostro y dirigió su vista hacia él, con los ojos completamente rojos de tanto llorar y con breves palabras ella le contestó – Vete.

Aquellas palabras fueron suficientes para que Inojin la jalara del brazo y la acercara a su pecho para abrazarla, y la abrazó, la abrazó tan fuerte y con tanto amor que Suki lloró, lloró como nunca mientras Inojin le hacia cariño en su cabello. Él jamás había visto a su hermana llorar, no era común, de hecho él pensaba que no era humana porque jamás lloraba. Y por un largo tiempo se quedaron así, hasta que Suki se quedó dormida, Inojin la miró y sonrió y antes de quedarse dormido junto a ella le susurró – Te quiero, tonta.

¿AMIGOS? {Boruto NG - Shikadai y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora