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Jimin rápidamente se colocó al costado de Jungkook y lo siguió sin decir nada. No estaba seguro de a dónde era que se dirigían porque el hotel quedaba del otro lado del camino que habían tomado.

—Eh... ¿Jungkook?

—¿Qué? —Jimin frunció el ceño.

—Sólo es por pura curiosidad pero, ¿estás enojado? ¿A caso hice algo para que estuvieras de mal humor o... —escuchó al castaño bufar.

—No, no estoy enojado. Pero, ¿qué demonios es eso de 'alma gemela'? ¿A caso estás saliendo con ese sujeto? —esas preguntas lo habían cogido un poco desprevenido pues esa era la primera vez que Jungkook parecía... de cierto modo molesto por lo que Taehyung había dicho.

—No, no estoy saliendo con MÍ MEJOR AMIGO, él y yo somos como almas gemelas pero no en el sentido de amor, Jungkook —no hubo respuesta, Jimin rodó los ojos—. A todo esto, ¿a dónde me estás llevando? ¿Estás planeando degollarme, cortar mi cuerpo en pedazos y luego enterrar mi cuerpo debajo de la arena? Dios, ¿por qué nos alejamos tanto de los demás?

—No exageres, no es muy lejos de aquí y dudo mucho que quieras que alguien nos encuentre haciendo... ya sabes qué cosas.

¿Ahora soy yo el que no quiere que nos encuentren? Aha, definitivamente escuché mal porque él es el único al que no le gustaría que los demás se enteraran de lo nues... de lo que sea que tengamos en este preciso momento.

—Huh... ¿Por qué no sólo me enviaste un mensaje para encontrarte en un lugar donde los demás no pudieran vernos o en todo caso encontrarnos? Pudimos ir a mi habitación, ya sabes, Taehyung está en la playa observando a chicos con sus cuerpos cubiertos de sudor y arena pegada en su piel —Jimin frunció el ceño ligeramente—. Eres el primero que se preocupa porque no nos vean juntos pero no estas haciendo nada en este momento para evitarlo...

—Park —el pelinegro se detuvo y volteó a verlo, Jimin se detuvo justo a tiempo para no chocar con su cuerpo—. Sólo guarda silencio y sígueme, ¿si? —el rubio bufó, volviendo a seguir su camino detrás Jungkook en cuanto volvió a caminar.

Jimin no lo podía creer. Detuvo su marcha dejando que Jeon avanzara unos cuantos pasos por delante de él entre enormes rocas. No quería hacerse falsas ilusiones porque pues... se trataba de Jeon Jungkook de quién estaba hablando, así que no dijo absolutamente nada, simplemente se dedicó a observar todo lo que se encontraba en el centro de las enormes rocas. El pelinegro tomó asiento sobre la enorme manta con pétalos de rosa encima y miró hacia donde Jimin seguía de pie.

—Estamos entre cuatro enormes paredes de roca, te aseguro que nadie nos va a encontrar aquí a menos que grites cuando comencemos. ¿Vienes o no? —cuestionó como si nada.

—Uh... ¿Qué es todo esto? —la pregunta salió de los labios de Jimin sin siquiera haberse detenido para pensarlo primero.

—No lo hice yo si eso es lo que te preocupa. Mark y Jackson tuvieron una discusión y me pidió que le dejara nuestra habitación a cambio de este lugar —Jimin había tenido toda la razón al no ilusionarse por ello.

—Oh.

—¿Te quieres quedar aquí todo el día? —Jungkook enarcó una ceja.

—No, yo... Nada, no es nada —sonrió de lado y se acercó a Jungkook quien tomó a Jimin de sus muñecas haciendo que se sentara en el espacio vacío entre sus piernas.

—¿Te preparaste para mí? —cuestionó mirando a Jimin a los ojos, el rubio negó lentamente sin apartar su mirada de los oscuros brillantes ojos de Jeon.

—Lo habría hecho pero no nos hemos visto en dos días, tres de no ser porque apareciste milagrosamente. ¿Cómo querías que adivinara? Pudiste haber mandado un mensaje o una llamada rápida no te costaba absolutamente nada —Jungkook rodó los ojos, soltó la muñeca izquierda de Jimin y de la bolsa de su sudadera sacó un pequeño bote de lubricante.

—¿Lo haces tú o lo hago yo? —Jimin mordió su mejilla por dentro sin apartar la mirada de la mano que sostenía la pequeña botella, el pelinegro sonrió de lado—. Bájate el traje de baño y date la vuelta.

Jimin no tardó ni dos segundos en obedecerlo, se colocó en cuatro y volteó a ver a Jungkook por sobre su hombro, pudo ver cómo vertía el espeso líquido en tres de sus dedos. Jeon lo volteó a ver y sonrió al verter un pequeño chorro del lubricante sobre su entrada haciendo que diera un pequeño brinco por el frío del mismo.

—Ah~ —gimió Jimin en respuesta al primer roce de los dedos de Jungkook en su entrada, no tenía idea de cuánto lo había extrañado y sólo habían pasado dos días.

Jungkook, por su parte estaba igual de ansioso y no sabía porque. Desde que había visto a Jimin a la hora del desayuno con su short beige pegado a sus piernas ahora torneadas y poco bronceadas más la camisa blanca casi traslúcida y ceñida a su cuerpo, se había puesto duro y por más que había intentado bajar su erección corriendo a su habitación y meterse bajo un chorro de agua helada, no lo había conseguido.

Jimin seguía gimiendo quedamente mientras se encargaba de dilatarlo un poco para él. El rubio sostuvo un puñado de arena con sus dos manos apretándolos fuertemente al sentir las yemas de los dedos del pelinegro rozar su punto dulce una y otra vez.

—Jungkook, ya no importa. Te necesito dentro de mi ahora —suplicó Jimin con la respiración entrecortada, con las mejillas rojas y las pupilas dilatadas de pura excitación—. Guk... —ambos sabían que al pelinegro le enojaba que lo llamara de ese modo pero en ese momento algo encendió en Jungkook, tomó a Jimin de la cintura e hizo que quedara tumbado con la mitad de su espalda sobre la arena y la otra sobre la manta roja.

—Sólo por hoy —habló Jungkook con la voz ronca más sexy que Jimin había escuchado—. Sólo será hoy, necesito verte a los ojos mientras lo hacemos —Jimin no dijo nada, dejó que el pelinegro terminara de bajarle el traje de baño y se colocara en medio de sus piernas, era algo definitivamente nuevo...

Nunca lo habían hecho mirándose a los ojos...

Take My Heart  ˜KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora