El Café (Parte 1)

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¿Alguna vez has sentido como si quisieras que te tragara la tierra?

Pues la acabo de sentir más que nunca, y sí, con Mathew.

Esto incluye a mi sexy antiguo vecino el cual me rechazó cuando tenía 13 años, a mí debajo de él y su carro lleno de café en la tapicería trasera.

¿Se estaban preguntando cuál era ese chico que había estado rondado mi cabeza toda la noche? ¿Cuál era la persona a la cual no quería haber visto en la universidad?

Pues señoras y señores les presento a Mathew Blaker:

Mi vecino que no veía hace 4 años y que ahora está más bueno que antes.

Tiene su cabello castaño más largo, un cuerpo atlético, pero no exagerado, ojos chocolate que a la luz del sol parecen mieles, una sonrisa perfecta (claro que después de los brackets porque estamos en la vida real) y blanca, esos labios medio carnosos y rojos y su manera de vestir más Tumblr que antes. Creo que estar conmigo tanto tiempo si le afecto un poco, pero de buena forma, le enseñe a vestir, lo sé suena loco, pero me pidió consejos de moda y yo como una buena adolescente que era le enseñé a vestirse Tumblr.

¿Por qué tenía que ser tan malditamente perfecto?

No, no solo era perfecto físicamente, era tierno, amoroso, celoso y divertido. Además de eso siempre me escuchaba cuando éramos amigos y te daba los mejores consejos.

¡Por Dios!

Sigo enamorada de él.

Creí que ya lo había superado, pero no, mis hormonas estaban colapsando en este momento y eso no había pasado desde hace 2 años cuando vi de nuevo a Cole Sprouse en Riverdale.

Dejando de lado a Cole hermoso Sprouse y a Mathew de lado se preguntarán:

¿Cómo carajos resultaste debajo de tu amor de infancia en la parte delantera de su carro que está manchada de café? Y además ¿Si a ti no te gusta el café?

Hace 7 horas...

No quería más clases, eran hasta ahora las 9:00 am y salía a las 4:00 pm.

¿Cómo iba a sobrevivir a tantas horas?

Resistir tantas horas escondiéndome en la última silla del auditorio es complicado, no sé si seguir evitándolo o rendirme y saludarlo, pero no, no perdía mi dignidad tan fácilmente. Aún recuerdo que me rechazó y no lo voy a saludar, así como así, es más, ni siquiera sé si lo conozco, hace años no hablamos ni nos vemos, es posible que ni me reconozca.

- ¿Estás bien Evie? Todo el día has estado pensativa y has estado ocultando de algo – la preocupación es evidente en el tono de Leo.

- Sin incluir que has andado con eso en tu cara todo el día – señala Jade mi gorro de lana.

- Claro que no, solo me lo pongo en la cara cuando es necesario – digo haciendo un puchero.

- Dinos de quien te escondes – no sé si responderle o tenerle miedo, Jade puede llegar a ser demasiado intimidante.

- Les contaré pero no me juzguen ¿Bueno? – no podría ocultárselo por mucho tiempo entonces prefería contarles antes de tener a Jade de esa forma todo el tiempo.

- Empieza – dijo Leo cruzando los brazos.

- Al final del día les digo ¿Bueno? – rodé los ojos dando una pequeña sonrisa surcando en mis labios.

- No te vas a librar tan fácil y los sabes – recuerda Jade.

- Lo sé, prometo que les contaré – le dí una mirada sincera.

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