"Pensamientos recurrentes"

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¡Buenas noches mis preciosas criaturas! Muchas gracias por los comentarios! los amo muchísimo! 

Me he tardado algo porque estoy escribiendo este y otro fic, y también porque los escribo con más paciencia. 

¡Me alegra mucho que les haya gustado este fic! Espero sigan leyéndolo. 

Perdonen todos mis errores!

Disfruten de su lectura!

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Lo observó detenidamente, un ligero temblor era percibido por sus ojos que no dejaban de mirarlo, "No está actuando normal", pensó dirigiendo su mirada a la comida que tenía en frente. Makoto sonreía y comentaba alegre, supuestamente alegre. Llevaban años juntos, no podía engañarlo. Si ya estaba tenso en la mañana, ahora se encontraba peor, justo después de la visita de Azuma, ¿Le había dicho algo? O ¿Quizás su presencia lo incomodó? Llevaba meses siendo su entrenador, sabía lo impertinente que podía ser. Suspiró frustrado, quería una cita tranquila con Makoto, pero desde que se volvieron novios, si los veían juntos, no los podían dejar en paz, en especial Kisumi y Asahi, como estudiaban en la misma universidad, cada vez que veían llegar al de hebras olivas, le dirigían miradas acusatorias y frases de "Seguro se irán a hacer ése tipo de cosas" o "Haru, no ensucies los camerinos", "¿Cómo es Makoto en ese sentido?" Quizás Kisumi molestaba con más malicia que Asahi, pero al pelinegro no le importaba eso, ambos eran molestos por igual. Además, Makoto siempre que iba, moría de la vergüenza con las cosas que le decían, increíblemente y aunque nadie lo esperaba, el chico de orbes esmeralda era el más vergonzoso de los dos respecto a su relación, al menos cuando se trataba de cosas íntimas.

Luego de comer, caminaron juntos mirando una que otra tienda, ya se acercaba la hora de separarse, pues ambos tenían clases por la tarde. Makoto se detuvo a pasos de la estación de trenes, no tenía idea de cuándo podría ser capaz de poner un pie en ella de nuevo, Haruka lo miró interrogante, como lo ha estado haciendo durante la mayor parte del día.

—Voy a tomar bus otra vez —Dijo con una sonrisa.

—¿Te encuentras bien? —Preguntó demostrando algo de su preocupación por su novio.

—Sí, sólo estoy algo aburrido del tren últimamente —Excusó tratando de que el pelinegro no ahondara más de lo que debía— Oye Haru... Hoy entrenarás con Azuma-san, ¿Verdad?

—Como siempre, ¿Te dijo algo mientras yo no estaba? —Haruka era intuitivo, algo le decía que la tensión de Makoto fue provocada por aquel hombre de hebras oscuras.

—No, nada —El precioso chico de orbes esmeraldas estaba en un pánico interno, el sólo hecho de pensar que el pelinegro estaría a solas con Azuma, le aterrorizaba de una forma abrumadora, él dijo que no le haría daño, pero, ¿Realmente podía creerle? No podía decirle a Haruka que dejara de entrenar con él, eso lo delataría. Su corazón latía fuertemente, no tenía idea de cómo actuar— ¿Te parece si voy a buscarte, después de tu entrenamiento? —Preguntó con dulce desesperanza, debía calmarse, lo sabía.

—Está bien —La verdad es que tenía pensado en pasar la noche en el departamento de Makoto, después de todo, el temporal aún no terminaba.

—Bien, te estaré enviando mensajes, ten un buen día Haru —Se despidió dándole un abrazo, el chico de orbes oceánicos pudo sentir su leve temblor.

—Tú también... —¿Qué le sucedía? Definitivamente no estaba actuando normal. Se quedó unos minutos parado, viendo como su novio se perdía entre la multitud, una gota cayó del cielo, para luego venir otra, y otra, comenzó a llover nuevamente, ahogó un suspiro y se dirigió a la estación, esperaba que el temporal pasara luego.

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