"La mejor escoria"

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¡Buenas noches mis preciosas criaturas! Aquí les traigo nuevo capítulo como les prometí. 

La verdad no pense que lograría terminar el capítulo hoy mismo y publicarlo, pero me esforcé y lo logré! Como siempre quiero darles las infinitas gracias por sus hermosos comentarios, y también que le den una estrellita a mi fic, me hacen enamorarme de ustedes todos los días, por favor dejen que les de mucho amor. 

Sobre el capítulo, sé que el anterior lo dejé en una parte muy drámatica, y me alegra pensar que ya llegamos a más de la mitad del fic! Seguiré siendo constante, lo prometo! 

Creo que no era justo no explicar el pasado de Ryuuji, sé que en esta historia lo odian, pero es bueno ver un poco de su pasado y saber por qué se volvió un asesino. Seguiré dando datos de él. 

Un datito curioso! Un nadador es considerado óptimo hasta los 25 años, después los consideran viejos y ya no con las mismas capacidades. Las carreras de los deportistas competitivos no dura mucho lamentablemente. 

Bien, perdonen todos mis errores! 

Disfruten de su lectura! 

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Si le preguntaran en qué momento comenzó todo, diría que fue un desencadenamiento de malos sucesos.

Tiró su gorra al suelo, frustrado por haber perdido otra competencia, ¿Qué le estaba pasando? ¿Por qué ya no podía ser el mejor como antes? Suspiró y se marchó sin siquiera ver su tiempo en la gran pantalla, sabía que lo estaba haciendo mal, muy mal.

—Ryuuji —Se detuvo al escuchar su nombre. Miró al hombre detrás de él, era su mánager quien lo llamaba— ¿Qué estás haciendo? Aún te quedan dos competencias.

—Estoy fuera —Respondió dirigiéndose a los camarines.

Azuma Ryuuji era uno de los mejores nadadores a nivel nacional, famoso por su pulida natación y tiempos records. Saboreó la victoria muchas veces. Conoció la gloria y bailó con ella todo el tiempo hasta ahora. Los medios siempre iban tras de él, halagándolo, recibiendo regalos, reconocimientos; orgulloso, él recibía todo con gran encanto, uno que se fue degradando poco a poco. La prensa ya no le estaba prestando atención, su rendimiento estaba cayendo, apenas lograba estar entre los cinco primeros lugares. "Es tiempo de las generaciones nuevas" le decía su mánager tratando de hacerle razonar, pero no lo lograba. En su mente no podía creer que estuviera perdiendo contra mocosos que ni siquiera sabían nadar de forma prolija. Le irritaba demasiado, ¿Su fecha de vencimiento había llegado? ¿Acaso ya estaba viejo para seguir nadando competitivamente? ¿Su cuerpo ya había alcanzado su límite?

Se miró al espejo sorprendido al ver sus brazos temblar, había llegado a cuestas a las semifinales de un torneo nacional, fijó su mirada en la lista de competidores. Todos eran jóvenes promesas de la natación, algunos ni siquiera alcanzaban la mayoría de edad, ninguno estaba a su nivel y aun así lo superaban ¿Mal perdedor? Todos los que competían lo eran, se daban las manos deseándose buena suerte mutuamente, pero por dentro lo único que les deseaban a sus contrincantes era el fracaso. Hipócritas, él también lo era.

Caminó tranquilamente hasta su carril, negándose totalmente el miedo que le tenía a los nadadores que estaban junto a él, joviales, llenos de energía y con sus carreras prosperando a un futuro prometedor, podía sentir cómo le robaban todos sus años de trayectoria y los hacían pedacitos. Ellos le sonreían sin siquiera saber todo el esfuerzo que le había costado llegar a la cima y se lo arrebataran tan fácilmente. Sus ojos se clavaron al punto de partida, esta era su última oportunidad, debía darlo todo y demostrar que aún estaba en condiciones de seguir compitiendo.

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