¡Papá!

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Pov _____

— Oye ¿Estás vivo? -volvió a hablar la persona del comunicador, su voz se me hace muy conocida pero por la estética no la logro reconocer.

— ¿Hola? ¡Hola! -habló Rick desesperado por una respuesta.

— ¡Oh! Ahí estas, me había preocupado -respondió la otra persona, empiezo a darme una idea de quién puede ser...

— ¿Estás afuera, puedes verme? -pregunto Rick.

— Si, estas rodeado por ellos. -respondió.

— ¿Tienes algún consejo? -volvió a preguntar Rick, el sudor invade su rostro por completo.

— Intenta salir corriendo. -volvió a responder y Rick y yo nos miramos.

— ¿Eso es todo, salir corriendo? Amigo, también tengo a una niña conmigo.

— No es tan tonto como suena, ¡Soy tus ojos! Solo queda uno en el tanque, el resto se está comiendo al caballo.

El sujeto le siguió dando indicaciones a Rick, yo escuchaba atenta a su platica, mi compañero tomó una pistola y una granada. Salimos del tanque y empezamos a correr rumbo a un callejón, ahí había una escalera donde se hallaba la persona que nos salvó, quien resultó ser mi padre. Nos miramos unos momentos y luego subimos por las escaleras ya que los monstruos nos perseguían.

Paramos un momento en una plataforma que estaba ahí e inmediatamente abrace a mi padre, quien me cargó en brazos y correspondió mi abrazo, no tarde en sollozar en su hombro.

— Gracias... -le dijo a Rick mientras me bajaba y tomaba mi pequeña mano.

— Gracias a ti, nos salvaste. Soy Rick. -le extendió la mano.

— Glenn. -le estrechó la mano a Rick, seguidamente seguimos subiendo las escaleras hasta llegar a la azotea del edificio, luego bajamos por otras escaleras para entrar al edificio, primero entró papá, luego yo y después Rick.

Salimos del edificio y papá habló con alguien a través de un Woki-Toki. Llegamos a otro callejón y habían dos monstruos pero llegaron dos personas y los mataron, luego entramos a otro edifico con cuatro personas dentro y una de ellas, una rubia, al ver a Rick le apunto con un arma.

— ¡Hijo de perra! -le grito a Rick y se acercó a él y lo acorralo contra un mueble.

— ¡Andrea calmate! -le grito otro a señor a la rubia. Esta después de un rato dejo a Rick tranquilo.

Caminamos hasta el frente del edificio, que era una tienda de ropa, ahí habían muchos monstruos intentando romper la puerta de vidrio, uno de ellos incluso tomó una piedra la empezó a golpear contra la puerta y está ya empezaba a ceder, pero por suerte había otra puerta un poco más adelante de esta.

De pronto se empezaron a oír disparos en el techo, por lo que me asusté y sujete con fuerza la mano de mi papá y empezamos a ir al techo, allí se encontraba un hombre disparandole a los monstruos.

— ¿Qué estás haciendo Dixon? -habló el hombre que, si no me equivoco, se llama Morales.

— Oigan, más respeto al hombre armado -respondió Dixon.

Un tipo moreno le empezó a decir que parará pero sólo hizo que el señor Dixon se enojara más.

— Te diré cuando será el día que paré -dijo el señor Dixon- ¡El día en que reciba órdenes de un negro! -se tiro contra el otro sujeto.

— ¡Basta Merle! -le grito mi padre al otro hombre, que ya no se si llama Merle o Dixon, y Rick se metió en la pelea para detenerlos pero lo golpearon, el resto le empezó a gritar al señor que no se cual es su nombre que parará pero este le apunto al otro con una pistola y luego le escupió en la camisa y lo dejó.

— ¡Muy bien! ¡Vamos a hablar sobre quién manda! ¡Yo voto por mi! ¿Alguien más? ¿Eh? -habló el hombre que hace un rato estaba disparandole a los monstruos y Andrea, una señora de tez negra y mi padre levantaron la mano algo forzosos.- muy bien... -volvió a decir y luego me miro y se puso a mi altura.- ¿Y tu pequeña? ¿No votarás por mi? -mi padre lo miro y lentamente subí un poco mi mano.- ¡Bien! ¿Alguien más se opone?

— Yo. -dijo Rick y lo golpeó en la cara, luego rápidamente le puso una esposa en la muñeca y la otra la puso en un tubo de forma que no se podría mover de ahí. Lo reviso y le quitó algo del bolsillo y luego lo tiro a la calle.

Mi padre me dijo el nombre todos, al parecer el nombre de aquel señor es Merle y su apellido Dixon, luego me presentó ante ellos. Rick, Morales y Andrea estaban viendo la calle, luego Andrea se fue a buscar algo en una mochila que había en el suelo.

— Las calles ya no son seguras aquí. -dijo Merle y miro a Andrea.- ¿Nos así sen... -Merle le siguió hablando a Andrea pero no pude escuchar que decía ya que mi papá me tapo los oídos, lo mire y momentos después, cuando Merle dejó de hablar, me soltó.

— Las calles no son seguras... ¿Qué hay de las alcantarillas? -le pregunto Rick a Morales.

— No lo se, oye Glenn ¿Hay alguna tapa de alcantarilla en el callejón? -le habló Morales a mi papá. Él fue a revisar y luego dijo que no.

— Estos son edificios viejos, sueles tener túneles de drenaje hacia las alcantarillas, están en el sótano -dijo la de tez oscura, Jacqui.

Bajamos, allí había un túnel, mi padre junto con Morales bajaron a ver, Andrea y Rick fueron a hacer guardia en la entrada principal, en caso de que los monstruos pasar y yo me quedé con Jacqui.

Un rato después la primera puerta cedió y la segunda estaba por hacerlo, justo en ese momento volvieron Morales y mi papá, pero no encontraron una salida a través del túnel.

— Nos oyen ¿No es así?  ¿También nos huelen?-pregunto Rick.

— Así es, son como perros, te oyen, te huelen y si les atraes, te comen -explico mi padre.

— ¿Hay alguna diferencia en el olor? -volvió a preguntar el sheriff.

— Claro que si, ellos huelen a muerte, nosotros no. -dijo Andrea.

Rick tuvo una idea, y no la más agradable, destripar a uno de ellos y llenarte de su sangre y sesos, él y mi padre se pusieron unos trajes y los llenaron de lo ya dicho, Andrea le dio su arma a mi papá y Rick le dio la llave de las esposas a T-dog. Subimos a la azotea para verlos con los vinoculares. Salieron y los monstruos no los detectaron, pero de pronto empezó a llover y la sangre y sesos de monstruo se les calló por lo que los detectaron.

— ¡Papá! -grite asustada, aún sabiendo que no me escucharía, Jacqui me miro y me abrazo para que me tranquilizara.

Luego se montaron en un camión y se fueron. ¿Nos están dejando...?

De pronto la voz de papá pareció en el Woki-Toki diciendo que bajaremos a esperarlo en la puerta de otras y estemos listos. Tomamos nuestras cosas y corrimos a donde nos dijeron, Merle empezó a gritar que no lo dejarán, T-dog se quedó pensando en que hacer y yo me quedé esperándolo, el lo iba a liberar pero se tropezó y las llaves calleron por un agujero. Sin más que hacer T-dog volvió tan rápido como pudo y yo cerré la puerta detrás de nosotros con una cadena, en caso de que los monstruos pasarán la puerta, para que no lograran comerlo. Al pasar por la puerta principal, está cedió y los monstruos no tardaron en entrar y buscar a alguien para comer.

Llegamos a la puerta trasera y allí estaban los demás esperando a mi papá y a Rick. Avisamos que los monstruos pasaron la puerta y luego alguien tocó la puerta, la abrimos y era Rick. Subimos a la parte trasera del camión y Rick se pasó al frente para conducir.

— ¿A dónde está papá? -pregunte algo nerviosa al sheriff.

— Va más adelante en otro auto. -respondió.

— Se me calló la llave... -confesó T-dog.

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Y aquí terminar el segundo cap!

Nos vemos en otro!

La hija de Glenn Rhee [Carl Grimes y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora