Tres

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¶Concierto ¶




SeungCheol estaba nervioso. No, eso era poco para lo que sentía el muchachito.

A sus cortos 9 años (recién cumplidos), era todo un prodigio del violín. Era su pasión, se notaba lo mucho que le gustaba ese instrumento. Desde los 7 años que empezó a tocarlo, y desde que sus dedos tocaron por primera vez el violín, prácticamente se enamoró de este.

Solo había una cosa, o mejor dicho alguien, que superaba su amor por el violín.

Ese era su pequeño JiHoon. Pero eso se lo guardaba solo para él y su papá, quien era el único que sabía sobre quien le sacaba suspiros.

Estuvo la mayor parte del año practicando para el concierto que organizaba el recinto donde estudiaba. Pasaba tardes completas practicando en su habitación. A veces le pedía a  JiHoon que le diera su opinión, otras muy pocas a su papá, pero este andaba muy ocupado por su trabajo, así que no lo escuchaba mucho tocar. Después estaba su nana, pero ella le decía que estaba todo bien aunque haya desafinado en una nota.

Para su concierto tendría un pequeño número junto a otros estudiantes destacados en otra clase de instrumentos. Entre ellos su amigo Joshua, quien tocaría la guitarra, y Jun, quien tocaría el piano.

Una pequeña orquesta infantil.

Ahora, faltaban tan solo unos cuantos minutos para que una niña de cabellos rizados terminara de cantar su repertorio, destacando su voz dulce y hermosa. Ellos serían el último número en salir.

—Bien Cheollie, yo sé que lo harás increíble.— su papá se había arrodillado para estar a su altura, ambos detrás de bambalinas. —Eres mi orgullo. — acarició el cabello de su hijo. Aún que no lo había escuchado tocar antes por completo la canción, sabía que lo haría bien. Era un Wu, estaba en su sangre.

SeungCheol estaba vestido de un pequeño traje negro, con una corbata roja. Tenía su cabello negro bien peinado, resaltado su tiernas orejitas. Normalmente él tenía su cabello despeinado, ocultándolas.

—¡Cheollie! ¡Cheollie!— Un pequeño JiHoon vestido de una camisa azul y unos pantalones negros llegó hasta él. Mostrando una hermosa sonrisa que hizo desaparecer sus ojitos.

JiHoon, con 5 años, parecía un enanito del bosque. Uno muy tierno.

—Perdón. Se me escapó. —Se disculpó JiMin, quien venía jadeante detrás del pequeño.

—Quería desearte buena suerte. —Junto sus manos delante de él. —Eres el mejor de todo el mundo. —Se le acercó a dejarle un besito en la mejilla. SeungCheol se sonrojó hasta las orejas. Tomó sus mejillas, sonriendo totalmente avergonzado.

—Gracias Honnie~.

Fuertes aplausos se escucharon de repente y por el micrófono anunciaban su turno, nombrando a cada uno de los participantes.

Ahora él debía salir.

—¡Estaré viéndote!— Fue lo último que dijo para luego correr otra vez a su lugar, donde su papá YoonGi le esperaba.

SeungCheol soltó un suspiro nervioso, tomó el Violín que le tendía su papá y salió al escenario. Vio a sus compañeros ya listos para empezar. Él seria el centro de todos, ya que en la canción era el violín el instrumento que más destacaba.

Vio a JiHoon en la primera fila, quien le levantó los pulgares, dándole su apoyo. Sonrió, tomando confianza y empezó a tocar.

La dulce melodía recorría el teatro, hipnotizando a todo el público con lo linda que era. SeungCheol en verdad era muy bueno. La canción era lenta, totalmente bien hecha para que todos los instrumentos que los niños tocaban se notarán.

Terminaron de tocar, siendo seguidos por una horda de aplausos. Busco con su mirada a JiHoon, encontrándolo parado en su asiento sonriendo en grande mientras, según él, aplaudía muy fuerte.

Bajo del escenario junto a sus compañeros, y unos fuertes brazos lo levantaron de repente. Su papá lo cargó y noto que estaba llorando.

—No lo puedo creer. Estoy tan orgulloso. —lo abrazó más fuerte. Era algo extraño que su papá llorara. —¡Hey, tú! — de repente apuntó a un chico que caminaba por ahí —¡Este es mi hijo! ¡Yo lo hice!— gritó, asustando al chico, quien salió corriendo. Vio que unas profesoras lo miraban con una mirada entre divertida y enternecida.

Bajo a Cheol con una sonrisita avergonzada. SeungCheol le limpió las lágrimas a su padre, una acción muy tierna.

—No llores. —Dijo serio el pequeño. A pesar que sabía que era por felicidad, prefería no ver llorar a su papá. YiFan desordenó sus cabellos oscuros, luciendo muy sexy por esa acción.

Ahora más recuperado, tomó la mano de SeungCheol y salieron del lugar entre la multitud, buscando ahora a los Min.

Los encontraron en el estacionamiento, JiHoon estaba buscándolo entre las personas que salían. Cuando logró divisarlo no dudó mucho en salir corriendo hacia él para abrazarlo.

—¡Fue increíble! —Rodeó el cuerpo del mayor con sus pequeños brazos.— ¡Me encantó!

—Y bien Cheollie, ¿A donde quieres ir a festejar?— Preguntó su papá cuando llego a los niños.

—¿Podemos ir a comer hamburguesas?—.

—Claro. Yo invito— YiFan hizo un ademán a los otros adultos para empezar a caminar hasta su auto.

En el camino a su local favorito de hamburguesas, JiHoon tomó la mano de SeungCheol, entrelazando sus deditos.

Sabía que JiHoon se había sonrojado, cuando volteó su rostro para mirar a la ventana y vio sus orejas rojas.

Seguro él estaba igual, o peor.

Vio sus manos unidas y sonrió.
Mientras admiraba a JiHoon iluminado por las luces de la calle, pudo confirmar lo mucho que le gustaba.

Kids [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora