Estudiar letras siempre había sido mi sueño, escribir era mi pasión más grande desde pequeña, y convertirme en escritora era lo que anhelaba desde mi primer libro, sabiendo que podía sumergir a cualquier persona en un sueño y lugar apartado de su realidad, y ni siquiera tienes que estar presente para lograrlo. No era sencillo hacerlo, parecía que todo estaba escrito ya, que alguno que otro libro te sonara parecido a otro o que las ideas eran similares, pero siempre existe una variación, nunca nada es igual de eso estoy segura.
Buscaba el aula donde daría comienzo mi primera clase, tenía que dar la vuelta prácticamente al edificio para llegar por lo que cuando llegue solo faltaban 20 minutos para el comienzo de la misma, por lo que decidí ir al sanitario, donde tuve que esperar en una fila de cuatro chicas delante de mí, no comprendía como tardaban tanto, a veces era mejor entrar al baño de chicos que no se saturaba.
Simplemente entraban a lo que necesitaban y lo dejaban, mientras que para ellas era un ritual casi ancestral, que si revisar el celular, pintar un corazón en la puerta (increíblemente aun había chicas que lo hacían), y después entre el cinturón y los múltiples accesorios de los jeans, pasaban al frente del espejo donde además de lavar sus manos y retocar el maquillaje, incluso hablaban por teléfono.
Así que cuando logre salir del baño mi clase estaba a punto de comenzar, y al llegar busque el lugar al frente porque me distraía con facilidad, tomando en cuenta que mi ansiedad estaba haciendo una insidiosa aparición era aún peor, aunque por lo general, cuando se trataba de algo que me gustaba mi atención era muy buena, pasee mi vista por toda el aula y encontré el asiento junto a una chica que parecía estar sumergida en el ordenador no sabía si chateando o en su defecto escribiendo.
- ¡Que tal! Mi nombre es Violeta- sonrió poco, una sonrisa que no llego a sus ojos- ¿Cuál es el tuyo?
-Lauren, enchantée- le dije sonriendo tímidamente
-Papá dice que Paris tiene la mejor escuela de Letras- comenzó a parlotear- por supuesto sabía que yo quería ser escritora
-Ya lo creo, concuerdo con tu papá, es la mejor- me limite a decir
-Algunos alumnos de años posteriores me han comentado que el programa no es sencillo y que el primer año es el peor- continuo como si no hubiera agregado nada- por lo que tienen altos perfiles
-Lo sé y no será para nada sencillo- suspire- además tengo una beca completa
- ¿Disculpa? - agrego poco amable- eso es muy difícil entonces
-Sin dudar- no terminaba de gustarme aquella chica- pero es algo que puedo lograr
Entro el profesor y la clase se tornó tan entretenida que me vi absorta en lo que nos explicaban, me encantaba mi carrera no podía elegir nada mejor, ni ser mejor en otra cosa, bueno eso ya se decidiría más adelante, no podía sino esmerarme en que el talento resaltara y alguien fuera capaz de reconocerlo.
Me alegre de que empezara la clase desviando mi atención de la chica sentada a mi lado no parecía ser la persona que estaría conmigo ni en un millón de años, sonreía pero sus ojos no se iluminaban con ello, hablaba pero su conversación era solo para ella misma y fingía escuchar a los demás, sabía que todos teníamos cosas buenas pero simplemente ella no era para mí alguien de quien fiarse, aunque realmente no me había tomado el tiempo de observar a mis demás compañeros en esta clase.
En las siguientes buscaría sentarme en un lugar un poco más céntrico del aula de modo que tuviera acceso a más personas que me ayudaran a compartir la experiencia de estar en la escuela y tener con quien hablar y compartir tareas era bueno. No tenía una clase de amigo predefinida, realmente solo buscaba lo contrario a lo que era Violeta, alguien que no fingiera las cosas, que incluso una risa o un enojo pudieran verse reflejados en sus ojos, ya que yo, no era ni pretendía ser alguien más.
Tras una hora de apuntes interminables y una lista considerable de autores para leer, investigar y sobre todo inspirar; y tras esa hora me fui casi corriendo hacia el edificio contiguo que según sabia pertenecía a los cursos más avanzados.
Me abrí paso entre los estudiantes que iban en dirección contraria a mí, ya que solo tenía 10 minutos para hacer el cambio por lo que me arrepentí de haber dejado en mi casillero parte de mis útiles, así que solo fui y ya después pasaría los apuntes hacia la libreta correspondiente.
Caminar por los pasillos era un espectáculo y a su vez era como atravesar un campo minado que puede matarte en cualquier momento, personas en sentido contrario, en tu sentido, algunas corriendo, otras caminando como si fuesen dueñas de los pasillos, pero las que más odiaba eran sin duda, las que iban caminando de un lado hacia y te impedían pasar, pero aun absorta en mis cavilaciones y justo antes de entrar en el salón un grupo de chicos llamo mi atención con el ruido que hacían en su salón.
Eran dos chicos y una chica, reían a carcajadas seguramente por alguna tontería que habían hecho antes de que llegara. Algo me hizo sentir atraída hasta ahí, poco propio de mi hurgar en lugares en los que no había sido invitada. Observé con detenimiento lo que había en ese salón que más bien era un lugar de trabajo y tan pronto dejaron de reír y comenzaron a hablar me di cuenta de porque me había sentido tentada a ir a ese lugar. Su voz, inconfundible para mis sentidos, capaz de hacerme estremecer en electricidad
La chica de piel morena y largo cabello rizado, reía un poco más por lo bajo, y de un modo más coqueto hacia el perfecto extraño, su sonrisa delataba que quería su atención puesta en ella, vestida con una ligera falda floreada y medias con botas, poso su mano sutilmente en su rodilla.
El chico de camisa a cuadros, también moreno apenas un poco más alto que el extraño tenía una sonrisa amable, su cabello ralo pegado a la cabeza, él estaba sentado de frente a la chica y a él, relucía que de ambos él parecía ser más amable y amigable.
Y el extraño, no entendía que era lo que me gustaba, podía decirse que era su personalidad, pero físicamente era todo lo contrario a lo que yo buscaba en un chico, no excedía mi estatura, mientras a mí me gustaban más altos que yo, su cuerpo delgado y apenas torneado, mientras para mí un cuerpo musculoso, fuerte y viril era imperioso, sus labios delgados y delineados, pero para mí los labios gruesos eran más sexies. Y ahí estaba él contrario a lo que me gustaba, provocando una electricidad casi indecente.
-Vamos eso no fue nada- reía un poco el chico vestido de camisa a cuadros
-Por favor, es más gracioso que tú-dijo la chica un poco ofendida
-Es obvio que no admitirás lo que paso, pero fue divertido- su voz, mi extraño
Decir que sentí que el estómago me salía por el ombligo era poco, tenía la esperanza de no volverlo a encontrar y, sin embargo, ahí estaba en la misma escuela, en el aula contigua a la mía, como si me persiguiera, como si fuera necesario conocerle.
Salí de ahí con la esperanza de que no me hubiera visto, ni sentido. Era inexplicable, incluso tétrico, me sonaba disparatado incluso que él fuera capaz de sentir lo que yo cada vez que estábamos cerca, una cerca electrificada irradiaba menos intensidad que nosotros.
Totalmente abrumada tome asiento de la quinta fila junto con un grupo que claramente no se conocía y se notaba incomodo, en la otra esquina estaba la chica de la clase anterior, para mi total disgusto, una chica de pequeña estatura estaba sentada a lado de un chico muy bien parecido que claramente no era francés, su constitución lo hacía destacar de los demás, pero se veía tímido o con muy pocas ganas de hablar.
Seguido de ellos dos un chico alto, delgado, moreno y de gafas con cabello largo que hacía juego con su tupida barba estaba sentado totalmente erguido y con cara de 'nadie me hable por favor', su compañera era una chica que lucía unos años más grande que nosotros, pero con una mirada amable y penetrante que te hacía pensar que sabía lo que estaba pasando por tu cabeza.
Y, por último, un chico que me miraba con curiosidad y que tenía abierto el ordenador en su butaca, no había un cuaderno o lápices, por lo que supuse tomaba sus apuntes en electrónico.
-Soy Lauren- estire la mano para estrechar la del extraño
-Ilhan- me estrecho la mano- Te presentare a los demás
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Quizá llegamos tarde
Teen Fiction¿Cómo llegué aquí? ¿Cómo supe que estaba enamorada de él? ¿Realmente es mi alma gemela? ¿Puedo manejar algo así de intenso? -No lo sé, simplemente llegó -Un día lo único que desee fue que me mantuviera entre sus brazos -Sí, completa y locamente sí...