Adiós, Judy

07- Mi Superior

07- Mi Superior

Presente

Observo largamente y con cansancio la rosquilla en su garra; la olfateo con desgano, la comparo mentalmente con tantas otras anteriores, y la presiono suavemente para sentir su textura esponjosa. La mordió, con un corte fino usando sus filosos dientes en lugar de, como tanta gente estúpida hacía, apresarla y generar fuerza separando el trozo del resto de la dona. Su lengua recorrió el glaseado, sus dientes trituraron la masa, y con desgano comprobó que era igual de insípida que las cinco anteriores que había ingerido. Con diferencia, en esta ocasión arrojó la rosquilla al basurero y observó el escritorio frente a él, con el itinerario de entradas y salidas. El control de tráfico y los reportes; la ciudad esta enloquecida, los diarios ardían, sus compañeros mantenían el orden alrededor de la propia estación y en las calles, en la escena del crimen y... todos estaban en servicio esa noche. Garraza mismo estaba doblando turno en ese momento; porque la ciudad había perdido a su heroína, a su protectora. A la superior.

Aquella tonta y tierna conejita granjera que había llegado inflada de fama y optimismo, para querer cambiar la ciudad, para querer hacer de este "un mundo mejor". No pudo evitar sonreír con melancolía, con amargura, preguntándose si de haber dejado la policía en aquella ocasión, acaso ella... seguiría con vida. En poco más de un año, la coneja había escalado rápidamente en importancia y méritos en la policía de lo que el propio Garraza había logrado en... cerró los ojos he intento hacer memoria de cuantos años llevaba en el puesto. Doce... doce años...

* * * * *

Doce años antes

-Apenas lograste superar las pruebas teóricas- exclamó Bogo leyendo el expediente.

-Eran exámenes muy difíciles.

Un delgado, sonriente y nervioso Guepardo se mantenía con las manos a la espalda mientras escuchaba al otro sujeto frente a él. Su mirada estudiaba con interés al enorme animal, pero al mismo tiempo temía ser descubierto así que desviaba la mirada constantemente al suelo. Su pie derecho tamborileaba en el piso, y su cola trazaba círculos a su espalda una y otra vez, invirtiendo el sentido una vez completado el trazado, y repitiendo. Un manojo de nervios como Bogo nunca había visto en su vida; alzó una ceja y soltó un suspiro, antes de volver a repasar el expediente.

-Pero fuiste primer lugar en aptitudes físicas.

-Eso me dijeron- desestimó el joven soltando una carcajada igual de avergonzada-. Apuesto que en servicio mejorare mucho más...

-Bueno, tus resultados son envidiables y si llegaras a mejorarlos seria considerablemente... sorprendente- soltó Bogo cerrando el expediente-. Me interesa más que entrenes tu mente, cadete.

-Hare lo posible, señor- respondió Garraza con extremada seriedad.

-Oye, tranquilo- se burló Bogo-. Solo soy el capitán de las fuerzas, seré tu superior pero no hay necesidad de tantas formalidades.

-Oh, disculpe entonces, se... ño... r?- Benjamín termino la frase sonriendo como si hubiera logrado disimular el error en su oración, y su acompañante solo entorno los ojos.

-Chico. El protocolo me pide ponerte a prueba... por seis meses, antes del ingreso a las fuerzas.

-¿Estaré en la oficina?- inquirió el más delgado con decepción y encorvando los hombros- ¡Le prometí a mi madre que me vería patrullando!

-Sin embargo...- Bogo sonrió ampliamente-. Un sujeto con tus habilidades físicas resulta un total desperdicio en la banca; me preocupan un poco tus resultados teóricos, pero creo que eres de la clase de tipo duro que aprende practicando.