Adiós, Judy

03- Mi Chica Inalcanzable

03- Mi Chica Inalcanzable

Soltó un suspiro y se miró al espejo fijamente, por largo tiempo. Sus pensamientos eran un caos, al igual que su pelaje; pero su mirada era intensa, centrada... dolida.

¿Cuántas veces se había repetido que ella era inalcanzable? Ahora, dolorosamente, ese pensamiento era más real y definitivo de lo que nunca en el pasado lo había sido ¿No habían tenido incluso un romántico desliz? ¿Podría él haber superado al carismático zorro en algún momento a fuerza de paciencia y perseverancia? Muy en el fondo, lo creía... o lo había creído así. Ese fue el motivo por el cual se permitió ser cobarde y esperar entre las sombras, mientras veía al zorro besarla apasionadamente, mientras su chica de sueños se acostaba con otro macho. Mientras el que podía considerar un verdadero amigo disfrutaba la vida al lado de... de ella.

Todo el dolor, todo el odio, toda la tristeza las enfoco en mantenerse en pie. Eran una fuerza, una fuerza dolorosa, pero una fuerza al fin y al cabo; lo mantendrían de pie hasta que la presa que los guardaba se resquebrajara. Entonces se derrumbaría y era poco probable que lograra levantarse.

Jake tomó aire una vez más, tratando de ver en sí mismo la fortaleza que necesitaba. Todo el plan apestaba, y era arriesgado; no estaba vendiendo la posibilidad de destruir su carrera: sabía que la destruiría con total seguridad. Nick y Jake serían los responsables de todo lo que sucediera, y Bogo saldría bien librado; era consciente de ello, pero sabía que si alguien podía ir tras los bastardos que le arrancaron la vida... ese sería Nick. Además, era el único que sabía toda la historia.

Alzó sus orejas y, antes de permitirse siquiera pensarlo, se dio una fuerte bofetada. El impacto fue tan fuerte que incluso sintió un tirón en el musculo del cuello; fue suficiente para permitirse concentrarse en su dolor físico y dejar atrás el emocional. Se enderezó completamente y llego a la guardia.

-Buenas noches, Rinowitz- saludó Jake con expresión seria, cansada; devastada más bien. Era innecesario, y poco recomendable, fingir: todos estaban destrozados por los recientes sucesos, aunque nadie podía saber cuánto le afectaba... más que el propio Bogo-. Disculpa por llegar tarde.

El rinoceronte alzó una mirada cansada y soltó un suspiro, antes de ponerse de pie con desgano.

-Jake...- pronunció a manera de saludo tan desanimado que incluso el propio Colmillar sintió que su propia disculpa sonaba demasiado entusiasta. Se maldijo a si mismo mentalmente.

-¿Cómo está?- preguntó con tono seco, según lo requería su papel.

-Sentado...- respondió Rinowitz encogiéndose de hombros-. Dando su declaración.

-¿Su declara...?- la respuesta lo tomó sinceramente por sorpresa- ¿Ha presentado su declaración?

-Savage insistió en no querer esperar el periodo de cuarentena- el rinoceronte se talló los ojos con cansancio-. Aunque es probable que cualquier cosa que diga sea desacreditada...

-¿Tú crees que él realmente...?

-No lo sé. Pude verla vencer osos. Jake- respondió el otro confundido-. Un zorro salvaje no tendría que ser un problema; pero no solo se trataba de Nick, además su condición...

La referencia hizo a Jake sentir una punzada en su corazón, que su rostro reflejo de inmediato; las palabras nada malintencionadas de su compañero le recordaron que, de cierta forma, ya la había perdido desde antes que... sucediera lo de la noche anterior. Se tambaleó y con un brazo se recargó contra la pared, tratando de recuperar la compostura. Antes de que Rinowitz pudiera cuestionar a Colmillar respecto a su extraño comportamiento, la puerta se abrió tras de él.