Adiós, Judy

04- Judy Dudy

04- Judy Dudy

Presente

Su mirada estaba perdida, fijamente al frente. Sus dedos se retorcían, y sus orejas zumbaban. Era incapaz de escuchar nada, pues en su cabeza solamente daban vuelta una y otra vez las palabras de Bogo.

"Lo lamento, pero... la perdimos..."

Su esposa sollozaba a un lado, con fuerza, desconsolada y abatida, pero era incapaz de intentar hacerse el fuerte. Judy era fuerte, era la más fuerte de la familia; aun contra toda expectativa, contra sus propias expectativas, Judy había logrado salir adelante y se había convertido en el icono de fortaleza dentro de la familia. Siempre que alguien sentía que desfallecía, que era incapaz de lograr algo, evocaba una imagen mental de la poderosa Judy Hopps, la primera coneja policía, y al menos lograba sacar fuerzas para continuar adelante ¿Cómo podía hacer frente a la muerte de su hija ahora? La fortaleza de dicha imagen había sido destrozada junto con el corazón de toda la familia.

Y Stu no podía más que dar vueltas al asunto y culparse a sí mismo; sin importar el enfoque que le diera, se sentía culpable. Tal vez era un mal padre por haberle permitido ser una coneja policía, por no dar por sentado que era muy posible, sobre todo para un conejo, terminar así; tal vez era un mal padre por no darle suficiente apoyo a su hija, la cual había crecido con la necesidad de probarse a sí misma constantemente... y era probable que hubiera muerto bajo dichas circunstancias. Tal vez era un mal padre por...

-Listo, acompáñenme- pidió Bogo frente a los Hopps.

Ambos alzaron la mirada y asintieron. Ambos necesitaban confrontar a Nick, y saber si eran ciertas las terribles declaraciones de los policías, sobre la culpabilidad de Nick. Ambos dudaban de ello, pero entonces necesitaban saber cómo realmente había muerto su hija. Stu, sobretodo, necesitaba confrontar al zorro... y saber si era su culpa o no. Necesitaba saber si debía odiar al zorro o a sí mismo. Y debía saberlo ya.

* * * * *

Años Antes

-Judy, solo quiero saber que sucedió...

La pequeña niña sonrió y le dedicó una amplia sonrisa de satisfacción a su padre; su madre terminó de limpiar la herida y la cubrió con un parche, tras lo cual ella volvió a ponerse su sombrero policía y se puso de pie.

-Fue solo un percance menor para la oficial Judy...

-Hopps, cariño- corrigió su madre con una sonrisa cómplice-. Los agentes de la ley se identifican por su apellido, no por su nombre de pila...

-¡Bonnie, no le des alas!

Su madre agachó las orejas, avergonzada y sorprendida a la vez, tras lo cual dio media vuelta y salió de la habitación; Judy le sonrió a su padre, pero de vuelta le recibió una mirada severa, que la pequeña no supe interpretar, así que ladeo la cabeza de forma interrogativa. Stu soltó un suspiró y entorno los ojos, antes de cruzarse de brazos y continuar.

-¿Esa herida te la hiciste jugando a los policías?

-¡Fue protegiendo a un civil de un delincuente!

-¿Y este delincuente tiene nombre?

-Es... irrelevante- respondió ella desviando la mirada.

-¿Por qué ya está en la cárcel?- inquirió su padre con sarcasmo.

Judy no era experta en el sarcasmo, pero el tono de burla fue tan hiriente que incluso ella pudo discernirlo, y agacho la mirada; su rostro se sonrojo visiblemente y sus ojos se volvieron vidriosos. Al instante, Stu se arrepintió de haber pronunciado esas palabras.