ȻȺᵽ.1 (eDiTaDo)

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"Ɇł ɍɇɇmᵽłȺƶø"

Luego de que Zeldris allá tomado por completo el reino de Camelot, decide traer a otro mandamiento al ver a sus compañeros caer.

El reemplazo de Estarossa, el mandamiento del amor.

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En el reino de Camelot, Zeldris, junto a su supuesto hermano Estarossa, traen a la superficie, a cierta criatura, al ver como los pecados se están volviendo más fuertes.

___, el mandamiento del amor, que reemplazará a Estarossa mediante su recuperación.

Con su gran poder igualado al del ex-mandamiento Meliodas, podrán vencerlos, y por fin, tomar toda Britannia para gobernar a todas las especies a su antojo, como el rey deseaba.

Pero, para traerla con ellos, el sello era inservible, necesitaban sangre de una sacerdotisa.

La única opción disponible, es Elizabeth, tercera princesa de Lioness, quien está en una travesía junto a los antes odiados, pecados capitales.

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Estarossa, fue el encargado de la tarea, a pesar de aún no estar en su máxima estabilidad, se ofreció a complacer a su hermano quien de mala gana aceptó.

Por divina suerte ,salió victorioso de esa pequeña batalla donde se enfrentó a la única presencia que estaba en ese bar junto a su objetivo... Un cerdito.

Logró causarle una herida bastante profunda y tomar su sangre en una pequeña botella con rapidez, para desaparecer al segundo de conseguir unas cuantas gotas.

Al llegar junto a Zeldris victorioso, no tardó en poner en marcha la invocación de su nuevo aliado.

Mezclando con maestría las gotas de sangre de la princesa, junto a la oscura sangre de demonio que recolectó cortándose su mano derecha, logrando que la oscuridad y la luz queden sobre un símbolo¹ que dibujaron con cenizas de una chimenea.

Estarossa por orden de su hermano, fue a una de las habitaciones principales preparando una cama junto a un gran trozo de pastel que hicieron la noche pasada.

Con todo listo, Zeldris comenzó a gritar el nombre de su aliada, junto a frases incomprensibles, haciendo que aquel símbolo brille con la intensidad de mil soles.

Estarossa quien iba a avisarle que preparó su estadía, aún con la duda de convocarla, pues, su aliada, solía ser un tanto temperamental y descuidada.

Pero no podía ir en contra de su querido hermano lastimosamente, el era quien daba las órdenes, y el desgraciadamente las cumplía como el gran hermano que era.

Estarossa se cegó con la luz cuando apareció por la sala del trono, maldiciendo en voz alta a su hermano por no decirle que ya iba a hacer la invocación.

Al disiparse aquella luz, una joven de cabello castaño y ojos azules oscuros cual mar iluminado ciegamente, casi a una tonalidad negra, piel levemente tostada y pequeñas pecas sobre sus mejillas y nariz, quien vestía ropas no tan resguardadas como una dama debería, apareció en el centro estirando sus manos hacia el centro, bostezando tranquilamente, haciendo que el pelinegro sonría con tal imagen.

El ritual había funcionado a la perfección.

Que gran día para los mandamientos.

₥₳₦Đ₳₥łɆ₦₮Ø. (MɇłɨøđȺs ɏ ŧᵾ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora