TRENCH; Joshler

2 - Bandito

Se podía escuchar claramente el jaleo que tienen montado el resto del ¿clan? No encuentra otra mejor forma de describirlos, al menos de momento, son como un pequeño clan de nómadas con demasiados secretos que él no acaba de comprender. No le pueden culpar pues a penas lleva ahí un día. Ahora necesita minutos para asimilar lo que el otro chaval le acaba de contar. Le han rescatado de un sitio con nombre bastante extraño. Se queda mirando el juego crepitar frente a él, en esa pequeña hoguera de colores vivos que le llena el cuerpo de calor; tan necesitado en estos momentos.

— No lo comprendo. —Espeta.

— No hay nada que comprender. Estabas allí y ahora estás aquí, es lo que importa.

— ¿Es lo que importa? Me has traído a un sitio donde no conozco a nadie y dices que... ¿me habéis rescatado? ¿De quién exactamente?

— Es demasiado complicado para poder explicarlo en este momento.

— Arg, odio esto.

Es como tener una constante incógnita, no sólo no recuerda nada sobre él mismo sino que ahora los demás actúan como si no pudieran contarle nada al respecto de ese lapso que tiene tan... clavado. Casi como una viga de metal en el cráneo, le provoca un dolor de cabeza similar aunque la comparación pueda parecer un tanto exagerada.

— Quiero que confíes en nosotros.

Suena confiado y muy seguro de si mismo, siente como la mano del otro se posa sobre su hombro y solo eso le hace girar la vista, apartarla de las llamas y posarla sobre él. Frunce el ceño, no le ve el sentido.

— ¿Cómo puedo... cómo puedo confiar en vosotros si... no hacéis más que ocultarme cosas?

Esa mano que antes descansaba en el hombro del más bajo se desliza hasta quedar estática en el aire. Tyler la mira, es como si esperara que se la estrechara o algo similar.

— Mi nombre es Josh.

— ¿No era Nico?

— Así es como me llama todo el mundo aquí, pero Josh es mi nombre real.

— Pero

— Quiero que confíes en nosotros. —Repite con seguridad.— Y no me gustan los secretos pero he aprendido que cada cosa tiene su compás y el tuyo va realmente acelerado.

Menuda forma más rara de hablar, piensa.

"Josh" mueve un poco la mano en el aire, acercándose al otro para que este la estreche. Al final consigue su objetivo y deja la cuchara y el cuenco de madera apoyado sobre su regazo para poder coger su mano con un ligero apretón.

— Pero me lo contarás.

— Pronto. Ahora tienes que descansar.

No le cabe razón, ha sido uno de los días más raros de toda su vida.... aunque no cree que eso cuente de mucho dado que no recuerda el resto de días. Puede que hubiera uno peor, uno en el que decidiera juntar todos los refrescos de una fiesta de cumpleaños infantil para ver a qué sabe la combinación.

Le suelta la mano y deja de mirarle directamente a los ojos, tiene una facciones un tanto peculiares pero para nada desagradables. Vuelve a las llamas, en sus ojos puede verse reflejado la danza que estas tienen entre ellas, es como una preciosa lucha en busca de más oxígeno para mantenerse vivas y eso le resulta muy enriquecedor y entretenido.