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Capítulo dos.

El reloj despertador sonó, indicando que este sería su primer día de clases en el instituto St. Malcom. Estaba nerviosa. Ella era una chica bastante reservada y retraída, en su antiguo instituto sólo tenía dos amigos: Sasha y Wesley, tenía que admitir que los extrañaba un poco. Harry había continuado hablándole, sólo un poco, ya que Eli quería evitar todo lo posible hacerlo. No quería encariñarse con nadie. No por ahora. No hasta saber que su corazón estaba a salvo.

Se levantó, se puso un vestido floreado, sus vans negras y ató su pelo en un rodete. Acomodó sus lentes, y se miró en el espejo durante unos segundos antes de salir de su habitación y bajar a desayunar. William y su madre estaban sentados en la mesa, esperándola con el desayuno. Él era dueño del periódico del pueblo Piermounth, por lo tanto le había conseguido a Rachel un trabajo allí, ella era periodista, por eso solía viajar tanto.

—Buenos días. –dijo Eleonore, sentándose frente a ambos, y sonriéndoles de lado.

—Buenos días, cariño. –la saludó su madre, con una sonrisa-. ¿Cómo estás?

—Buenos días, Eli. –la saludó William, con una sonrisa-. ¿Preparada para tu primer día de clases?

—Si... -contestó ella, mientras se sentaba enfrente de su madre, tomando una taza de café. Se preparó unas tostadas con manteca, antes de agregar-. Aunque, un poco nerviosa, si es que tengo que admitirlo.

—Está bien sentirse así, querida. –dijo William, sonriéndole-. Es normal. Pero al menos conoces a Harry, ¿no es así? Es un buen inicio.

—Si... -dijo ella, y se encogió de hombros-. Puede ser.

—Cariño, estarás bien. –le dijo su madre, sonriéndole, dándole ánimos-. Estoy segura de eso. Mientras tanto... Will te llevará al colegio, yo tengo que llegar temprano a trabajar, ¿está bien?

—Claro.

***

William la dejó en la puerta del colegio media hora antes de que el timbre indique que comenzaba su primer día de clases. Ella caminó con su mochila en el hombro izquierdo, hasta llegar a la dirección del instituto, allí le darían sus horarios y el casillero que usaría durante todo el año. El director Marshall la recibió con mucho afecto, y le explicó como funcionaban las cosas brevemente. Ella arrugó la frente al escuchar que a las chicas no se les permitía maquillarse dentro del colegio y que tampoco podían teñirse de colores extravagantes. Pero decidió que aquello sería algo por lo que lucharía luego. Le dio su número de casillero y ella fue hasta este.

Su primer clase del año sería historia mundial, así que sonrió. Era de sus materias favoritas. Guardó una campera en el casillero, por si le daba frío en algún momento, colgó una foto con su padre, otra con su hermana y una última con sus amigos de su vieja ciudad. Luego se dirigió al aula que le indicaba su horario. Había algunos alumnos nada más, pero nadie le prestó atención, ya que todos se estaban reencontrando con sus amigos luego de unas largas vacaciones. Se sentó en el primer asiento, de la fila que daba al costado izquierdo, de esta forma, si alguien se sentaba a su lado, podría escribir tranquilamente.

Como todavía faltaban cinco minutos para comenzar la primer clase del día, decidió enviarle un mensaje a Wesley.

De: Eli.

Hey, Wes. ¿Qué tal?

Es mi primer día de clases aquí, estoy nerviosa.

5 Cosas que Amo de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora