17.

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Capítulo diecisiete. 

Eli y Ruby se encontraban en la habitación de la última mencionada. Estaban pintándose las uñas y hablando de cosas triviales. Recién terminaban de jugar al Monopoly y Eli había ganado (cosa que a Ruby no le había agradado mucho). Era domingo, así que no había mucho para hacer. Harry y Trev se habían ido al parque de diversiones con el equipo de fútbol, para celebrar que ya se acercaba fin de año y que gran parte del equipo se graduaba. 

Eli sopló sus uñas (ahora pintadas de negro) y Ruby cambió la canción que estaban escuchando. El club de chicas había organizado un baile exclusivo para chicas. No hombres. Algo que a todas las tenía un poco emocionadas. El padre de Charlie les había cedido su salón de fiestas, así que la animadora y un par más de chicas de diferentes clubes se encontraban decorándolo. Era aquella tarde y sólo faltaban dos horas. 

—No puedo esperar a ver que es lo que Trev y Harry organizan para invitarnos al baile... -comentó Ruby sonriendo mientras observaba su celular-. Agh... lo amo. Amo a Trev, Eli, ¿que quieres que te diga?

Eli largó una carcajada y rodó los ojos. Se acomodó en la cama y luego miró a su mejor amiga.

— ¿Me puedes explicar por qué tienen que invitarnos los chicos al baile? -preguntó con curiosidad-. Digo, ¿por qué no los invitamos nosotras? Yo creo que sería súper divertido organizarlo. 

—Así lo establecen las reglas del baile de fin de año, Eli -contestó Ruby, encogiéndose de hombros-. No es la primera vez que lo mencionas... ¿por qué no te unes al comité del baile y propones que esta vez sean las mujeres las que inviten a los hombres?

Eleonore miró a su mejor amiga como si se le hubiera ocurrido la mejor idea del mundo. 

— ¿¡Por qué no se me había ocurrido antes!? -exclamó, sonriente-. Por eso eres mi mejor amiga, Rubs. ¿Quién está en el comité?

—Charlie es la directora -le respondió, mientras se colocaba una piedrita en su dedo meñique-. Pregúntale si te deja entrar. Dudo que te diga que no.

Eli lo meditó unos segundos y luego asintió, sonriente. Vería a Charlie en unas horas, así que no tendría que esperar mucho. 

¡Que emoción!

***

Cuando llegaron al salón de fiestas del padre de Charlie, notaron que la mayoría de las chicas habían llegado. Eli estaba feliz. Haber logrado que las alumnas del colegio se lleven bien era algo que la ponía orgullosa. Ambas saludaron a todas las que la saludaban y Ruby se fue a hablar con las chicas del equipo de fútbol, diciendo que tenían que discutir unos últimos planes para la ceremonia de fin de año.

— ¡Eli! -escuchó que decían detrás suyo. La muchacha se giró y se encontró con Charlie- ¡Has llegado! ¿Te gusta?

El lugar lucía esplendido. Se notaba que las chicas se habían esmerado muchísimo para decorar el salón. Luces colgaban por todas las paredes. Fotos de los distintos clubes pasaban por un proyector que daba a una pared blanca enorme. La banda de chicas del colegio estaba tocando todas canciones escritas e interpretadas por mujeres. Margaritas decoraban los centros de mesa. Algunas chicas bailaban, otras hablaban y otras se sacaban fotos. Un photo-booth se encontraba en una esquina. Todo lucía maravilloso.

— ¡Luce hermoso, Charlie! -exclamó Eli, abrazándola-. Han hecho un hermoso trabajo.

—Todo es gracias a ti, Eli -le dijo la chica, riendo-. En serio lo digo.

—Yo sólo moví un par de hilos -rió Eli, sonriendo-. El resto fue todo trabajo de ustedes... y hablando de eso. Tengo que hacerte un pregunta.

—Lo que necesites -dijo Charlie, colocándose un mechón de pelo detrás de la oreja.

—Quiero entrar al comité del baile de graduación -comentó la chica, mordiéndose el labio-. Si es que no es ningún problema. 

— ¡Claro! -exclamó Charlie-. Será un placer que seas miembro del comité. Necesito buenas ideas, y tú eres excelente con eso. ¿Ya has pensado en algo?

— ¿Qué dices si esta vez las mujeres invitamos a los chicos al baile? 

— ¡Sí! ¡Me encanta! -contestó-. Es excelente, creo que eso ayudará a que haya más personas que quieran ir al baile, ¿sabes? Las chicas suelen no ir si no las invitan. No sé porqué... 

— ¡Charlie! -la llamó Ruby desde casi la otra punta del salón-. Ya está listo.

Eli la miró arrugando la frente.

— ¡Genial! -exclamó la chica y miró a Eli con una sonrisa culposa-. Tengo que ir a hacer algo, pero mañana podemos discutir esto de lo que me hablas en el comité. ¡Nos reunimos luego del colegio!

Eli asintió y Charlie se dirigió al escenario. Una de las chicas de la banda le extendió un micrófono y ella carraspeó ante él para que le presenten atención. 

— ¡Buenas tardes! -exclamó Charlie, con una sonrisa- ¡Bienvenidas a esta fiesta exclusiva de chicas! O como le pusimos con las chicas... ¡Chik-Fest! Es un placer ser su hospedadora y espero que realmente estén todas pasándola bien. Está fiesta no sería posible sin todas ustedes y les agradezco que hayan venido. Ahora... Hay alguien a quien con algunas chicas decidimos que le tenemos que agradecer más que nada. Alguien a quien sin ella, muchas de nosotras hoy no seríamos amigas. Una chica extremadamente inteligente, hermosa y muy cariñosa. Y a ese alguien... decidimos premiarla con esta hermosa medalla -dijo, mientras que Ruby le acercaba una hermosa medalla de color oro-. Y unas flores. Y ese alguien... es Eli Blake.

Eleonore miró a su alrededor, mientras todas las chicas aplaudían. Ruby se acercó a ella y la tomó de la mano, para guiarla al escenario. ¡Wow! Las chicas le habían regalado una medalla hermosa y unas flores. No esperaba nada de aquello. Abrazó a su mejor amiga y luego a Charlie. Esta última le dio el micrófono, con una sonrisa, animándola a que hable para el resto.

Eli se giró a mirar a las decenas de chicas que se encontraban frente a ella. 

—Wow... yo... -empezó a decir, con los ojos llenos de lágrimas. Observó la medalla y notó que tenía inscrito "Ganadora del Premio a la Mejor Mujer"-. ¿Ganadora del Premio la Mejor Mujer? No sé si eso sea correcto. Ya saben... yo no creo que exista una mujer perfecta. Sin embargo... gracias. Todo esto... -dijo señalando a cada una de ellas-. Esta reunión, estas nuevas amistades, todo esto son ustedes. Yo sólo propuse, pero ustedes son las que ayudaron a que pase. Los nuevos uniformes para el equipo de fútbol, los nuevos instrumentos para la banda... la ayuda para pagar parte del viaje de las animadoras... que las chicas del club de ciencias pueda ir a la competencia... chicas, todo fueron ustedes. Todas somos más unidas cuando trabajamos juntas. Realmente espero que lo tengan en cuenta y que lo sigan haciendo, día a día. Son las mejores. No podría estar más orgullosa de ustedes. Y ahora... ¡¿Esto es una fiesta o qué?! ¡A bailar!

Las chicas aplaudieron y la banda comenzó a tocar una vez más.

Lo estaba logrando.

5 Cosas que Amo de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora