Cap 3

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Volteé de repente, era alguien que no conocía. Me aleje de él.

–Hey preciosa espera... –Dijo el desconocido que parecía que tenía como unos treinta y tantos.

–No te conozco déjame en paz. –Dije alejándome de la pista, no veía a mi hermano ni a Rydel.

–Espera, ven a bailar conmigo un rato y después nos vamos por ahí...

–Déjame en paz. –Dije frustrada y preocupada.

–Ven linda, que no te dé miedo... –Dijo tomándome del brazo.

–¡DIJO QUE LA DEJARÁS EN PAZ! ¡ALÉJATE DE ELLA! –De repente se oyó una voz masculina, volteo y era Ross.

–Tranquilo amigo, me voy, disculpa no sabía que era tu novia. –Dijo el tipo desconocido un poco asustado.

–Pues ahora lo sabes. –Dijo Ross mientras pasaba su brazo por mi cuello.

Yo estaba confundida, el momento que acababa de pasar fue extraño, no se si estaba más confundida por el desconocido o por las respuestas de Ross...

–¿Te encuentras bien? –Dijo Ross alejando su brazo de mi cuello e invitándome a sentarme.

–Si, gracias, no sé que hubiera pasado si no hubieras llegado.

–¿Así que te gustan los mayores? –Pregunto con una sonrisa de oreja a oreja.

–Muy gracioso Ross.

–Ross Lynch...

–Perdone señor Lynch.

–Pero me gusta que solo me digan Ross. –Sonrió por mi cara de molestia.

–Bueno yo soy Grace Scratch, pero solo dime Grace.

–¿Y si te digo Gracy? –Preguntó coqueto.

–Solo Grace.

–Bueno...¿Y qué haces?

–¿Ahora?... Recuperándome de un ataque de un violador creo.

–Aparte de eso...¿A tu día, qué haces? –Preguntó con sumo interés.

–Estudio el instituto ¿Y tú?

–Pues antes hacía lo mismo que tú, pero me expulsaron, por algunos problemas con unas chicas locas, de hecho perdí mi beca para la universidad aunque mi familia no sabe. Siguen creyendo que sigo en el instituto pero no es así, solo salgo de mi casa y voy a la pista de hielo o voy a mi trabajo.

–Lo siento mucho, ¿en qué trabajas?

–Soy mesero en una cafetería.

–Wow, creo que deberías decirle a tus padres lo de la beca.

–Lo sé, los chicos me lo han dicho miles de veces, incluso estoy trabajando para conseguir dinero y meterme a otro instituto.

–Eso es bueno, ¿Y los demás? –Pregunté buscando a los chicos entre la gente que estaba bailando.

–Deben estar por ahí, no te preocupes por tu hermano déjalo divertirse.

–Creo que deberíamos de irnos ya  pasa de media noche. –Dije chequeando mi celular.

–¿Me prestas tu teléfono?

–Okeey...–Le di mi celular, y después tecleo algo.

–Listo, ahora ten anota tú número. –Tomé su teléfono y comencé a teclear mi número telefónico.

–Bueno creo que debemos de empezar a buscar a los chicos... –Se levantó, me extendió la mano para que fuéramos.

Tome su mano y nos dirigimos en busca. Pasábamos entre la gente, entonces empujaron a Ross contra mí ocasionando que me diera un arrimon por el trasero, me volteé a verlo extrañada.

–Lo siento, me empujaron. –Dijo un poco sonrojado.

–No te preocupes, ¿ya viste a alguien?

–Si Mark, está... ocupado con una chica. –Volteé y estaba besándose y tocándole las bubis a una chica.

–Demasiado ocupado, allá está Luke y Daniel.

Fuimos con ellos después encontramos a Rydel con unas chicas socializando y a Noah con el chico de la barra platicando.

Fuimos a dejar a su casa a Rydel y a Ross, aún no entendía lo que había pasado esta noche.

–Nos vemos Noah, ¿Grace?

–Adiós, Bye Rydel. –Respondí.

–Bye Grace. –Dijo Rydel mientras bajaba del auto.

Íbamos en camino, cuando Noah decidió callar el silencio.

–¿Y en dónde estuviste después de bailar un rato? Ya no te vi.

–Un tipo como de treinta y tantos me empezó a molestar, Ross llegó y me defendió, después platique un rato con él, y más tarde los empezamos a buscar.

–Uy Ross... –Dijo Noah en un gran tono de burla.

–Cállate, nada que ver, somos tan diferentes el ama el hockey, y yo solo tomo fotos.

–Le contaste de las fotos.

–No, solo le dije que iba al instituto.

–Mmm...

–¿Qué? –Pregunté extrañada con su reacción.

–Nada es solo que a él le encantan las fotógrafas. De hecho creo que le gustaste.

–Cállate Noah, me pidió mi número y él me dio el suyo... –Lo último lo dije casi en un susurro.

–Entonces le gustas...

Me quedé callada estaba pensando en esta noche fue extremadamente rara. Llegamos a casa y nos encontramos con una mamá furiosa.

–¿QUÉ SON ESTAS HORAS DE LLEGAR JOVENCITOS? ¡GRACE TE MANDO CON TU HERMANO Y HACEN LOS DOS LO QUE QUIEREN!

–Tranquila mamá, solo... no puedo justificarme, perdoname de verdad.

–¡A SU HABITACIÓN LOS DOS!

Mamá se preocupaba por nosotros, la entiendo yo haría lo mismo con mis hijos, ella nos había sacado a adelante sin ayuda de nuestro padre, él solo decidió abandonarnos y jamás volver.

Ella es la mejor y hoy la defraude por seguirle la corriente a mi hermano.

Me metí bajo las cobijas y me entra una llamada.



Por un partido de hockeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora