Por un partido de hockey

Cap 13

NARRA GRACE

Hoy parece ser un día común y corriente de instituto, ya como me había acostumbrado solitario como siempre, pero este día parece más solo y triste que los demás está nublado y el cielo amenaza con llover.
Y aquí estoy en la puerta y mi paraguas en casa por que lo olvidé.

Camino normal hacia el salón donde tomaría mi primera clase de un día rutinario, después de haber ido a mi casillero y ver cómo mi ex mejor amiga estaba parada a lado mio, tan cambiada desde aquella tarde de pelea, ahora usaba tacones, minifaldas, y extensiones, era obvio que ese no era su cabello normal, pero se veía tan plastificada como las otras, una cosa más de ella es que se había metido al equipo de porristas cosa que cuando me enteré me sorprendí demasiado ella detestaba eso.

Y así fue el resto de mi día demasiado aburrido para contar detalles, lo que me mantenía sin aburrimiento era la idea de que por la tarde estaría tal vez jugando a cualquier estupidez con Ross.

Voy caminando por el pasillo principal para salir del instituto y me encuentro con Agnes besándose con Chris Peterson, muy apasionadamente, sentí como mi corazón se estrujó al instante e inconscientemente unas lágrimas comenzaron a bajar por mis mejillas tal y como el cielo no tardó en hacerlo también, porque la lluvia comenzó a caer desesperadamente.

Lo que Agnes había hecho no podía ser perdonado, era como haberme traicionado de la peor manera, ella sabía muy bien todos mis sentimientos hacia Chris y ahora hacia esto.

Salí corriendo rápidamente del lugar, la lluvia atacando en todas direcciones, corrí sin parar, tome mi celular y llamé a la primera persona que encontré en mis contactos, era Ross. No podía dejar de llorar y estaba empapada de pies a cabeza.

Llamada saliente para Ross ♥️

–¿Grace? –Escuche su voz que al instante me dio alivio.

–¿Ross?

–¿Qué pasa Gracy?

–Todo está mal... –Sollocé.

–¿Qué pasa? ¿Estás llorando?

–¿Dónde estás? Ross te necesito...

–Estoy en mi empleo, la lluvia ya no me dejó ir, pero dime dónde estás y voy por ti.

–No sé ni siquiera donde estoy, solo salí corriendo del instituto.

–Voy a buscarte, no te muevas de ahí.

–Gracias, no sé que haría sin ti.

Llamada finalizada

Paso un cuarto de hora y Ross estaba al frente de mi.

–¿Qué pasa? Ven... –Me dio un fuerte abrazo, era lo único que necesitaba.

–...–No podía hablar quería que el abrazo nunca terminará.

–Vamos a tu casa, a que te des una ducha porque estás demasiado empapada, y te preparo un chocolate caliente, nos sentamos en tu sofá con una cobija y platicamos.–Se soltó del abrazo y me dio un corto beso en la frente.

–Me parece bien.

–Lo siento, mi padre hoy se llevó el auto, pero traigo bicicleta, llegaremos no tan rápido pero seguros, además creo la lluvia ya está parando.

–No te preocupes...

–Grace prométeme una cosa.

–¿Si?

–Por lo que sea que te esté pasando ya deja de llorar, si es una persona no se merece tus lágrimas.

–Te lo prometo.

–Lo que prometes no lo rompes, ¿recuerdas?

–Lo sé. –Avanzamos en su bicicleta, no dije ninguna palabra, solo me concentraba en que las lágrimas no volvieran a salir descontroladamente,  iba cabizbaja.

Cuando llegamos a casa yo me dirigí a mi habitación a darme una ducha, y Ross se quedó en la cocina a preparar lo que me había prometido.

La ducha me sirvió para pensar en las palabras exactas que le diría, ya que él no sabía nada de Chris. Después de unos minutos bajé a la sala y me encontré con Ross y dos tazas de chocolate caliente más una manta y una película de terror, nuestras favoritas.