III. Desamparo a compasión

5 1 0
                                    

La compasión se relaciona con la pena que sentimos por los males de los demás, compartiéndolo, sintiendo empatía. También hay que relacionarlo con el amor, esa compañía cercana, sostener la mano de la otra persona, darle un pequeño abrazo, escuchar, apoyar.

Todo lo que nunca había tenido por parte de Gudmund. Por eso me había sentido desamparada, pero ahora la compasión era mayor, no quería verlo postrado en una cama con una infección, desangrándose o acompañando a Dios en el más allá.

¿Quería asesinarlo yo misma en mis adentros? ¿Deseaba acabar con su vida y mandarlo al verdadero infierno por adulterio? Nunca pude responder aquellas preguntas de camino al domicilio de los Lange.

Escuché inmediatamente la pelea en el patio trasero, la pareja estaba discutiendo, Yvet Lange sostenía el arma por el cañón y su cónyuge por la empuñadura, no forcejeaban a penas, estaban mirándose a los ojos con tal profundiad que pensé que interrumpir sería peor.

Finalmente tosí para que advirtiesen mi presencia, me acerqué hasta ellos evitando el barro y espatando algunas de sus gallinas.

Deje que vaya y lo mate. Es lo que merece, un hombre como mi marido arderá facilmente en el infierno, si no es hoy será pronto. Tampco la veo capaz de amarlo en tan corto tiempo, ni él es merecedor de ningún aprecio. —Proyecté a viva voz, siendo lo más cortes posible, no por educación, más bien por el temor de que una bala terminase entre mis sesos.—

La mujer se giró para mirarme mientras soltaba el arma. Su rostro estaba rojo, humedecido por lágrimas, sus labios estaban hinchados, aquella pobre muchacha había estado llorando demasiado tiempo.

No lo amo, nunca amaría a otro hombre fuera de mi matrimonio. Un día... —Su llanto hizo que no puediese continuar y su marido aprovechó para interrumpirla con un tono feroz, desgarrador y grave.—

Voy a matar a ese desgraciado violador, voy a descargar el cargador en su cuerpo y después continuaré a palos hasta abrirle la cabeza. —Sus ojos se veían perdidos pero no parpadeaba, estaba fuera de sí y me había dejado prácticamente en shock, sabía que mi marido era repugnante pero esperaba una aventura, no una violación.—

No tardó en marcharse con el arma al hombro, minutos después cogí a Yvet por la cintura y la llevé hasta una de sus sillas de la cocina. Esperé a que se tranquilizase preparándole una infusión de lavanda.

¿Tiene ganas de contarme lo sucedido? Medio pueblo cree que ha sido infiel, pero una violación dista mucho de ello. Puede confiar en mi, yo llevo años sufriendo con ese hombre. —Acerqué la taza con la infusión a sus manos temblorosas para hacerla reaccionar.—

Aquella noche estaba sola, terminando de alimentar a las gallinas, mi marido había ido a trabajar a Kominy durante dos días... Gudmund llegó borracho por la parte trasera de la casa, dando voces, estaba contando una historia... —La pobre mujer tomó unos segundos, en los cuales sus labios temblaron en mayor medida y varias lágrimas corrieron rostro abajo.— Decía que las prostitutas no querían trabajar, que le daba igual porque tenían ladillas y él podría conseguir a cualquier mujer.... Así fue, rompió la botella contra la pared exterior de la casa y me amenazó con ella, forzándome a hacer lo que quiso. —Agarró la taza con ambas manos, parte del agua se derramó pero finalmente consiguió tomar algunos sorbos.—

Sin decir nada, confiando en su palabra, ayudé a aquella pobre mujer a acostarse en su cama, esperé varias horas en aquel dormitorio, evitando estar presente en cualquiera de los hechos. Me había aliviado que Manne pudiese quedarse con el párroco, protegido de todo esto y en un lugar sagrado.


Estaba oficialmente desamparada, mi marido sería ya historia tras el encuentro con el señor Lange, los vecinos me veían como la mujer de un delincuente, ya no sería aceptada en la Iglesia, no obtendría ingresos ni trabajo jamás. Mi lugar ya no era Brodnica, tenía la oportunidad de empezar de cero como madre soltera, no en Polonia, lejos, tan lejos que pudiese olvidar los males de mi vida durante el viaje. Había olvidado la compasión hacia Gudmund y el desamparo había llegado para curarme, para darme nuevas oportunidades, este desamparo se traducía a nuevas oportunidades.


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 05, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

❝La semilla del mal❞ 🌱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora