Capítulo 1: Rock & Bondi

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Sydney, Australia. 17 de Noviembre de 2017

Mierda. Van a Matarme.Tercer día de esta semana que llego tarde. Joder. Quién haya dicho que el jet lag solo dura la primera semana miente, llegó aquí más de tres semanas y esta mierda no se da pasado. ¿Quién me mandaría a mí irme a la otra punta del mundo? Bufo con desesperación y salgo corriendo de la cama. Todavía no me acostumbro a este horario tan diferente que tienen.

Veinte minutos después y sudando como si no hubiese un mañana llego a mi destino. "Rock & Bondi" es un restaurante-cafetería del paseo marítimo, donde trabajo a tiempo parcial para poder pagar mi estancia aquí, compaginándolo con mis estudios para mejorar mi inglés y mi trabajo de niñera por horas algunos fines de semana.

Trabajar y estudiar a la vez es algo agotador pero a lo que ya estoy acostumbrada excepto a que si le sumamos que estoy al otro lado del charco y con un idioma diferente todo se magnifica. Es todo un reto. No es fácil eso está claro pero ¿quién ha dicho que las cosas eran fáciles en la vida? Y más estando lejos de tu zona de confort, con gente nueva y una vida completamente diferente a la que estabas acostumbrada.

Pero es algo que tengo que hacer por mí y por la persona más especial que llevo conmigo, algo que prometí hace mucho y que ahora tengo la oportunidad de llevarlo a cabo y que debo cumplir por las dos.

Deshaciéndome de mis últimos pensamientos y cambiando el chip entro en la parte de atrás del local, donde tenemos nuestro sitio para cambiarnos, y me dispongo a ponerme el uniforme –que en realidad consiste de un polo azul marino con el logo del restaurante y un delantal granate con bolsillos para guardar la libretita de los pedidos— recogerme el pelo en un coleta y disponerme a trabajar.

—Tarde, otra vez –Recrimina Zena, una de mis compañeras, con cara de pocos amigos cuando llegó a su lado en la barra.

—Lo sé, lo siento, el puto jet lag que no se me da pasado –Respondo soltando una bocanada de aire y cogiendo el papel donde pone que parte del local me toca hoy.

—Bueno, ahora a trabajar –Dice escueta y rondando los ojos yéndose con una bandeja llena de cafés. Raven sin duda es la más seca y borde de todos mis compañeros y esta semana me toca con ella, genial.

En menos de un segundo me pongo a trabajar haciendo las mesas del sector 1 el que está por toda la cristalera. El local se divide en tres sectores –o eso es como lo ha dividido nuestra Jefa, Lea— El sector uno son todas las mesas que están pegadas a la cristalera que da al paseo marítimo de Bondi y el que ocupa medio local porque hace una especia de L –el más cotizado por los clientes—.

El segundo sector son los sofás de la parte trasera y las mesas de cuatro en frente de la barra, y por último el tercer sector es la terraza trasera con vistas al parque que hay en el paseo y luego está la barra que normalmente está Hans, el barman, un chico muy majo alemán que ya lleva aquí un año pero hoy está la jefa para ayudarnos ya que Hans no puede venir hoy ni por la mañana ni por la noche.

Como hoy no hay mucha gente en mi zona me dedico a ayudar a mi jefa en la barra ayudándola a lavar vasos y atendiendo clientes o ayudando a Zena con la terraza. Cuando vuelvo mi jefa me hace una señal para que vaya a atender mi zona que de un momento a otro se ha llenado –deben ser ya las 10 que es cuando normalmente se llena esto— y sin fijarme mucho me dirijo a una mesa lista para tomar nota.

—Buenos días ¿Qué van a tomar? –Digo cogiendo mi libreta del bolsillo y mirando a las personas que tengo delante cuando me llevo una sorpresa.

—Vaya, Jude, cuánto tiempo –Dice con una gran sonrisa que me contagia.

—Han pasado un par de días solo –le respondo con un poco de ánimo— decidme chicos ¿lo de siempre? –Kilian y Asher ya son habituales por aquí aun cuando yo no estaba o eso me dijo Nina y siempre suelen pedir lo mismo.

Una noche por el resto de tu vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora