No puedes estar enojado... ¦¦STONY¦¦

Cuando está callado...

... y dejando que las cosas pasen, es porque se está dando por vencido.

Volver a New York no le hacía mucha ilusión. No después de la llamada que tuvo con Steve. Sin embargo, no es como que pudiera quedarse en Londres para siempre.

En realidad... si podía, pero no debía.

Necesitaba manejar la empresa, estaban sus asuntos con los vengadores, además St...

"El mocoso se pondría triste si no vuelvo" pensó, corrigiendo a tiempo lo que pasaba por su cabeza.

En sus últimos días en Londres pensó detenidamente en su relación con Steve, y... con mucha pena noto que el capi no le llamaba porque lo extrañaba, o porque quisiera arreglar las cosas.

Estaba seguro de que el rubio no sabía a ciencia cierta el problema que había entre ambos. Y, probablemente, la única razón por la cual le había llamado tan insistentemente, era por las bromas que le estaba haciendo junto a su bebé Friday.

Para ser un soldado de la segunda guerra mundial, el Capi tenía muy poco aguante.

Un suspiro escapo de sus labios, mientras miraba su reflejo en la copa de vino tinto que sostenía en sus manos.

Miro ligeramente por la ventana de su avión privado, y su ceño se fruncio con una mueca de dolor.

El cielo era muy azul... casi como los ojos de Steve.

"Steve esto, Steve aquello... ¡Controlate Stark!" se regaño.

Estaba tan asqueado de sí mismo por caer tan patéticamente por Rogers.

Cualquiera que lo viera pensaría o pensaba ya, lo mismo que él. Pero venga...

...había pasado tantas cosas junto a Rogers.

Si bien las cosas se habían vuelto terribles de dos años al presente, los otros días que estuvo con Steve fueron distintos.

Steve era gentil... amable, cariñoso y buen amante. Pero más que eso, era un buen amigo y compañero... su confidente, su héroe... dispuesto a pelear por él y con él.

Steve se había colado tan profundo en su corazón... lo amo y le enseño a amarlo.

En ese tiempo donde era la prioridad de su amado rubio, Rogers nunca le enseñó lo que era el desamor en una relación con él.

Nunca lo preparo para este día.

Y Tony quería odiarlo... dejar de sentir aquel despreciable sentimiento de cariño, pero no podía...

...cuando compartes tanto de ti con una persona, cuando le entregas cada pedacito de tu corazón... es imposible dejar de amar a esa persona, aun cuando no quieras hacerlo.

La ventana no tenía la culpa, pero aun así Tony la cerró con un azoton poco cuidadoso.

No quería saber más de ese azul que tanto le gustaba.

Se acomodo lo mejor que pudo en el sillón de su avión. Tomo un sándwich que estaba en la mesita de cristal frente a él, y sin ningún cuidado, subió sus pies en ella.

Estaba solo, nadie podía quejarse, y... bueno, aunque hubiera alguien y se quejara, que le dieran por culo.

Es su avión.
Y a quién no le parezca, hay una puerta y paracaídas a bordo.

Con ese pensamiento marca Stark en su cabeza, abrió el empaque del sándwich, para comenzar a comerlo.

-Si muerde el emparedado con un poco más de fuerza, le devolverá el mordisco, Señor- su fiel amiga.