7:36 en punto, y no había ninguna falla. Al menos no según las cuentas del soldado.
El restaurante Angel's tenía una fachada elegante, pero no demasiado, y el interior era simplemente acogedor. Tenía ese ambiente casual con un ligero aire de clase.
Las paredes de ladrillo rojo, muebles de roble, estatuas de mármol, flores preciosas en cada mesa y debajo de ellas, unos manteles con bordados a mano. Las luces eran bajas, pero el lugar no estaba oscuro.
Era, simplemente, perfecto.
Steve ya estaba en la mesa, esperando con paciencia a que dieran las 8. En sus manos sostenía un enorme ramo de peonias rosadas y, mientras el tiempo pasaba, aprovechaba para practicar lo que le diría a Tony.
Su discurso iba más o menos así: "Tony, me alegra que vinieras, hoy luces hermoso. Compre estas flores para ti, y he encargado una botella de vino que te encantará".
Si, esta bien. No tal vez no era el mejor discurso del mundo y quizás era un poco cliché, pero, ¿qué más se suponía que debía de decir?
No podía ir y decirle "Lo de ayer fue genial, ¿no? Hay que repetir, y de paso hablemos de como no estoy enamorado de Bucky, oh, y perdón por ignorar casi tres años, son cosas que pasan, ¿sabes?".
Tony esta vez si lo mataría si dijera algo como eso en su primera cita en tanto tiempo. Así que, bueno, he lo aquí, con un ramo de flores y una ridícula idea de cita.
No era el mejor plan, pero era el mejor que tenía a la mano.
Si no hubiera sido tan precipitado pudo haber encontrado un lugar mejor para llevar a Tony o quizás, pudo hacerle una sorpresa él mismo, pero no podía darse el lujo de esperar.
Actualmente, cada minuto contaba.
¿Qué estaba exagerando? No, absolutamente no.
No estaba en una misión, sino peor, estaba en una guerra donde habían muchos enemigos dispuestos a usurpar y controlar su territorio, es decir, había mucha gente dispuesta a meterse en los pantalones y corazón de su genio.
Ya hubo, al menos hasta donde él sabe, uno que ha logrado entrar a una cama con su novio, y aunque el pensamiento aún ardía, no estaba dejando que escale. No señor, esa iba a ser la única y última vez que alguien más que no era él, tocaba a Tony Stark.
Llovería fuego si alguien se atrevía a intentarlo.
Sin embargo, antes de hacer cualquier cosa con los que se ofrecían a su pareja, primero tenía que recuperar su lugar junto a él, y no se refería a la cama. Sino a su lugar como confidente, amigo y amante.
Aunque decirlo era más fácil que hacerlo. Ni siquiera podía recordar cómo se hicieron amigos. Empezar de nuevo iba a ser duro.
"Pero lo valdrá. Lo vale todo" se dijo, mientras acariciaba las flores con ternura y miraba la hora en su reloj.
8:12 y Tony aun no llegaba.
No le sorprendía, siempre llega tarde a todos los lugares que va, y dadas las circunstancias en las que se encuentran, su genio no tenía la necesidad de fingir educación y llegar temprano.
Después de lo que le hizo la vez anterior, no está en condiciones de reclamos por impuntualidad. Por lo tanto, decidió esperar lo más paciente posible.
.
.
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Sus dedos golpeaban la mesa con un tic nervioso.8:46... y seguía solo.
"Esta bien. Todo está bien, dijo que vendría" pensó, intentando inútilmente tranquilizarse.
Él hizo esperar a Tony por horas, hacerlo esperar de vuelta era lo justo. Cosechas lo que siembras, dicen por allí.
Con eso en mente se dispuso a esperar.
Los minutos pasaron y se convirtieron en horas, las flores comenzaron a marchitarse y el restaurante iba perdiendo gente, pero se negaba a irse.
Tony dijo que iría, y él esperaría a que llegara, aun si tenía que esperarlo en la banqueta porque lo corrieron del lugar.
Steve Rogers estaba determinado, y nada lo iba a hacer cambiar de opinión.
-Stark, ¿Es esa mujer su amante? ¿Qué opina el capitán América de esto?
Bien, Steve si que estaba determinado, pero lo que acababa de escuchar hizo tambalear a su corazón.
¿De dónde venía eso? Se preguntaba, y la respuesta le llegó cuando giro su cabeza y sus ojos se toparon con una escena que le rompió el corazón.
Ahí... En uno de los televisores, claramente se podía ver la imagen de Tony, saliendo de una fiesta con una despampanante rubia a su lado.
-Esto no es cierto... - susurro, tapando su boca con una mano y aguantando el escozor en sus ojos.
Tony le había dicho que iría... y no... no lo iba a hacer porque estaba muy ocupado con esa... mujerzuela.
Dios... Se sentía tan... humillado, traicionado, celoso y... enojado. Tan, tan enojado.
-No es mi amante, sólo... una tierna amiga, ¿no es así, bebé? - respondió el castaño con una sonrisa, para luego darle un beso en la mejilla - El Capi lo sabe- dijo con una sonrisa burlona, guiñandole un ojo a la cámara que lo estaba grabando - ¿Verdad, Capi? No olvides que te quiero, cariño.
Ese había sido el "te quiero" más ácido que alguien le había dicho.
Luego de eso se podía ver como Tony arrastraba a la mujer a su auto y se iban, dejando a todos los reporteros fascinados por la entrevista.
Eso sin duda iba a estar en la sección de chismes. Y, tampoco había duda, de que si Tony se estaba acostado con una rubia esta noche, iba a ser él.
Se levantó a prisa de la silla, tomó su ramo y se dirigió a la salida con paso pesado.
Nadie se metió en su camino a la salida ni por accidente. Estaban demasiado asustados por la expresión de su rostro como para siquiera atreverse a mirar.
Algunos comensales pensaban en la terrible suerte de quien lo hizo enojar. Probablemente, dicha persona se la juegue entre un cardenal o un funeral.
Más de la mitad apuntaban al segundo.
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Estoy enferma 😷
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No puedes estar enojado... ¦¦STONY¦¦
Fanfiction"No puedes estar enojado con él por irse, cuando eres tu quien lo empujó a hacerlo. ¿Qué se suponía que él hiciera? Sin importar qué tan fuerte es, hay un límite para lo que puede soportar antes de finalmente decir: Basta." <<Reflexiones de un...