Falling and failing for you. {Ed Sheeran}

Capítulo 17.

(editado).

        14 de Febrero 2015.

       Corro de un lado a otro en la casa, preparo todo para cuando Ed llegue. Le he hecho una cena y le he preparado un baño en la tina con burbujas, un baño para dos personas. Es nuestra primera celebración de esta fecha. Sigo sin creer lo mucho que mi vida cambió. Sigo sin saber cómo es que me he controlado con Ed, aún muy dentro de mí está esa fangirl loca por Ed, no sé por qué aún no sale a la luz, pero lo agradezco.

        Con todas las ganas que yo podría tener, escondo día a día a la triste, bipolar, Deyna. Todos creen que ya se fue, pero ahí sigue, constante. Sacudo mi cabeza, alejando la voz mala de mi mente y me concentro en terminar de arreglar el pastel de Oreo que le hice a Ed. Cuando terminé de arreglar su pastel, fui corriendo a mi habitación, meto la mano debajo de mi colchón y saco unos boletos y pases VIP para el concierto de Backstreet Boys en Londres para finales de Abril. Los meto dentro de una bolsa de regalo y bajo corriendo las escaleras.

        Cuando llego abajo escucho el timbre de la casa sonar, empiezo a temblar y miro mi atuendo. Me veo horrible. Pienso lo que puedo hacer y se me ocurre una idea loca.

        —¿Quién es? —pregunto esperando escuchar la voz de Ed.

        —¿Cómo que quién es? Soy yo sope —escucho su voz celestial. Sonrío.

        —Espérame tantito ¿sí? —ruego a través de la puerta.

        —Está bien —lo dijo más bien como una pregunta.

        Sin decirle gracias o algo, voy corriendo al baño de abajo donde tenía un cambio de ropa por un vestido rosa viejo, de tirantes gruesos, un escote no muy pronunciado, la parte del abdomen ajustada pero a partir de la cintura caía con unas ondas muy bonitas. Me puse mi ropa interior sexy (la compré hace unos pocos días) y de inmediato el vestido, me puse los zapatos color rosa con un tacón de 5 cm. Me miro al espejo y arreglo mi cabello todo raro, me maquillo en un 2 por 3 y salgo del baño hecha una loca. Llego a la puerta y respiro tranquila, la abro y veo a un Ed vestido con un traje, sus tenis y lentes. No llevaba corbata, cosa que lo hacía ver más guapo.

        —Hola —murmuro y lo miro embelesada. Él suelta una tierna sonrisa y me mira divertido—. ¿Qué?

        —Esto —dice y pasa su dedo pulgar debajo de mis labios, se separa y me enseña su dedo. Mierda, en mis prisas me embarré el labial y me había salido. Mis mejillas se tornaron rojas y Ed se acercó a mí—. Te quiero mucho sope.

        —Te quiero mucho más Santa —digo sonriente. Me habían explicado que Santa Claus no existe y que lo de navidad lo habían hecho sólo para sorprenderme.

        —Ya supéralo —me dice él y se acerca más a mí, mira mis labios y después mira mis ojos. No sé qué vio en éstos que de inmediato me besó con mucho ímpetu.

        Nos separamos y nadie dice nada, sólo sonreímos. Entramos a la casa y él se sorprendió al ver las luces apagadas y al ver que la luz que había era gracias a las velas aromáticas que había comprado. Sonrío emocionada y lo dirijo a la cocina, hago que tome asiento en la mesa y yo saco platos y en ellos sirvo la comida. El típico Sunday Roast1. Aunque hoy no era domingo, pero me da igual.

        —Feliz 14 de febrero Ed, preparé esto para ti porque eres una persona muy importante para mí y es la mejor forma que encontré para agradecerte todo lo que has hecho por mí —digo una vez sentada, con una copa de Pimm’s2. Ed levanta su copa—. Por ser el mejor novio del mundo, ¡salud! —digo y chocamos las copas y bebemos.